miércoles, 19 de junio de 2013

ENTREVISTA CON WILLIAM MORGAN SOBRE LA FILOSOFÍA DEL DEPORTE

Esta entrevista podría haber sido mucho más provechosa, pero bueno, hice lo que pude.

ENTREVISTA CON WILLIAM MORGAN

ANDRÉS LOMEÑA: ¿Qué aspectos de la filosofía del deporte considera relevantes?
WILLIAM MORGAN: Para mí, una preocupación central sería la de articular una “teoría normativa” adecuada para hablar sobre los diversos temas éticos que surgen en el deporte. Por una teoría normativa quiero decir un conjunto de estándares o normas con las que evaluar algunas materias como el dopaje, el engaño y otras cuestiones. Sin esos estándares, los temas éticos del deporte desembocan en juegos de poder o en simples gilipolleces. Me temo que en esta parte del mundo el discurso contemporáneo sobre el deporte se parece mucho a esto último.

A.L.: ¿Cuál es exactamente su tesis en Why sports morally matter?
W.M.: Mi postura en este libro es que el deporte bien entendido (lo que implica deporte que no se vea comprometido por los valores del mercado) requiere el ejercicio constante de ciertas virtudes como la imparcialidad, la honestidad y la integridad en la búsqueda de la experiencia atlética. En pocas palabras: el deporte puede servir y de hecho sirve como un “laboratorio moral” donde exploramos formas de lograr la excelencia atlética de maneras moralmente aceptables, e incluso ejemplares. El problema es que la élite deportiva actual está demasiado guiada por preocupaciones económicas y eso socava la posibilidad de practicar los deportes de una forma ética.

A.L.: ¿Qué tipo de relación ve entre el deporte y la religión?
W.M.: Los deportes encarnan muchas de las funciones que la religión realizaba antes de que nuestra sociedad se volviera secular. Estoy pensando sobre todo en la capacidad de algunos deportes para reunir a las personas, dándoles un rasgo de identidad comunitaria con el que siguen y juzgan las acciones que tienen lugar en el campo. Por eso muchas personas se preocupan de lo que pasa en los deportes con una implicación mucho mayor que la que tienen en política.

A.L.: Dicen que filosofar es aprender a morir. ¿Cómo afecta el individualismo a este aprendizaje?
W.M.: Pienso que filosofar es más bien aprender a vivir, a vivir de verdad, pues tensamos concienzudamente nuestras vidas en busca de significado. El deporte es una reafirmación de la vida, incluso cuando la muerte está a la vista en algunos deportes extremos. El mayor problema de mi cultura es el “hiperindividualismo”, la idea de que las grandes hazañas sólo pueden realizarse por individuos que no están en deuda con nadie ni dependen de otros. Ése es un gran error.

A.L.: ¿Cómo explica el aumento de las carreras populares de los últimos años?
W.M.: Las carreras se han propagado en Norteamérica durante mucho tiempo. Esto tiene que ver, en parte, con el ejercicio como modo de vida saludable, y en parte como un esfuerzo de las personas por revalorizar los objetivos de sus vidas anodinas. Buena parte del tiempo que gastan los seres humanos se va en trabajos que no consideran intrínsecamente interesantes ni estimulantes. Eso explicaría por qué un gran número de deportes son tan populares hoy en día.

A.L.: ¿Es la lucha contra el dopaje una batalla perdida?
W.M.: El tema del dopaje es un desastre sin esperanza alguna. El doping continuará mientras alguien pueda hacerse rico en la élite del deporte. Los que se dopan suelen ser más inteligentes que quienes les controlan y van un paso por delante de ellos. Creo que en la próxima década la sociedad tendrá que aceptar el dopaje, tras el perfeccionamiento continuo de los entrenamientos y la nutrición para mejorar en la competición. Esta “gentrificación de las sustancias” en la vida cotidiana ya se está dando con los hombres que toman Viagra para mejorar su virilidad, o con los estudiantes que toman algo para concentrarse en sus estudios. No veo vuelta atrás en esa idea dominante de vivir mejor a través de la química.

A.L.: Zapatero hizo una media maratón en algo menos de dos horas, pero según parece Aznar le sacaría 25 minutos de ventaja en esa prueba. ¿Es el deporte una forma de legitimación de la política?
W.M.: En Sport and Political Ideology, John Hoberman afirma que los líderes políticos de la derecha gozan pensando en ellos mismos en términos de grandeza física, como superatletas capaces de proezas asombrosas. No conozco bien las inclinaciones de esos ex presidentes, pero cumplirían el patrón si tienden a la derecha. En cambio, los líderes políticos de la izquierda suelen verse en términos mucho más cerebrales. Sospecho que los líderes políticos hacen esas cosas para que parezca que son personas ordinarias y que no están fuera del contacto con la población general.

Andrés Lomeña
19 de junio de 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario