sábado, 26 de marzo de 2011

ENTREVISTA CON JOHN URRY

El 14 de abril sale a la venta UN MUNDO SIN COCHES (AFTER THE CAR), de JOHN URRY, por 23,90 euros.

He hecho unas preguntas simplonas a John Urry para hacer algo de publicidad sobre la edición de su libro en español. Saludos cordiales.

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ANDRÉS LOMEÑA: Veo que ha publicado muchos libros en sus últimos años. ¿Qué espera publicar próximamente?
JOHN URRY: Sí, he publicado Automobilities (2005), Mobilities (2007), Aeromobilities (2009), After the Car (2009), Mobile Lives (2010), Mobile Methods (2011), Climate Change and Society (2011), y The Tourist Gaze 3.0 (2011), entre otros. Tengo en mente escribir un nuevo libro sobre las interconexiones entre el petróleo y la sociedad.

AL: El crecimiento de coches y aviones perjudicó el desarrollo del tren y el transporte público. ¿Acaso hay una dominante cultural entre la sociedad y sus métodos de transporte?
JU: Sí, el sistema de movilidad dominante es el de la automovilidad, que fue un efecto derivado del descubrimiento del petróleo a finales del siglo XIX. Reducir el poder de la automovilidad y, consecuentemente, del petróleo, mejoraría de manera significativa la vida social y la política mundial.

AL: Hay historias de la comunicación y de la tecnología. ¿Hay una historia general de los medios de transporte?
JU: Hay libros de esa clase. Supongo que mi libro Mobilities (2007) intenta hacer algo similar.

AL: Sherry Turkle ha escrito Alone Together, un libro un tanto pesimista sobre las consecuencias psicosociales de redes como Facebook o Twitter. ¿Cuál es su opinión?
JU: Las tecnologías digitales son muy interesantes e importantes, pero no han sustituido de forma satisfactoria la necesidad de la copresencia y por tanto de viajar. Por eso en parte Sherry Turkle habla de estar “solos” más que estar realmente “juntos”.

AL: Robert D. Putnam escribió sobre el colapso de la “comunidad” en su libro "Solo en la bolera". Ahora sustituimos nuestras carencias con teléfonos móviles, Ipads y demás. ¿Estamos maximizando nuestras posibilidades como individuos o sucumbimos al consumismo?
JU: Pienso que hay demasiado consumismo organizado alrededor de la elección individual. La elección produce consecuencias realmente desastrosas. Para mí el individualismo y el consumismo son lo mismo. Me parecen importantes las relaciones en la sociedad civil que están menos mediadas por los productos y servicios del consumidor.

AL: ¿Es "Up in the air" una obra maestra de las relaciones sociales que trata de describir?
JU: Sí, la novela y la película capturan algunos aspectos interesantes de la hipermovilidad, lo que yo llamo “vidas móviles”. Echa un vistazo al libro que coedité, Aeromobilities.

AL: No le robo más tiempo.
JU: Muchos cambios en la naturaleza de la vida social se acercan a través del cruce entre viaje físico y comunicaciones digitales. Me parece interesante imaginar cómo serán esos cambios por llegar y si éstos reducirán a escala global los costes del petrólego de los viajes físicos.

26 de marzo de 2011.
Andrés Lomeña.

martes, 15 de marzo de 2011

LOS ESTUDIOS DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN E INTERNET EMPIEZAN AHORA

Siempre pensé que los estudios sobre Internet (medios de comunicación, redes sociales, etcétera) estaban desfasadísimos. Un ejemplo cristalino: si alguien lee LA VIDA EN LA PANTALLA de Sherry Turkle, se dará cuenta de que está leyendo algo muy antiguo, prácticamente inservible para 2011. Y es ahí cuando he visto que por fin han salido novedades que están verdaderamente actualizadas (evidentemente, en unos años también quedarán desfasadas, pero en mi opinión mucho menos):

1) The Net delusion: The dark side of Internet freedom.
2) The Googlization of everything.
3) Alone together, de Sherry Turkle.

Hay más libros, aunque sólo señalo tres. Por fin tengo la sensación de que estos libros hablan de una realidad que más o menos conocen. El problema de los libros anteriores es que ya parecían antiguos incluso cuando se publicaron (otro ejemplo: Hamlet en la holocubierta).

Quizás el problema es que esos libros se referían "al futuro". Ahora los libros que se están publicando se refieren al presente. La red ha madurado y sus críticos también. Es un momento apasionante para leer sobre estos temas. Los estudios de medios de comunicación e Internet acaban de empezar.

ENTREVISTA CON ANTONIO ESCOHOTADO

RECUPERO LA PRIMERA ENTREVISTA QUE HICE DE FORMA ESPONTÁNEA (ES DECIR, NO ERA PARA NINGÚN PERIÓDICO).

EL ENCUENTRO DIGITAL FUE CON ANTONIO ESCOHOTADO PARA LA REVISTA CRONOPIS... EN ALGÚN MOMENTO DE 2006-2007.

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Un encuentro con el filósofo y sociólogo Antonio Escohotado es todo un viaje hacia el conocimiento. El escritor de la monumental “Historia General de las Drogas” nos habla sobre su visión del mundo, obviando las polémicas que a veces han ido asociadas a su nombre. Este defensor del consumo responsable nos ofrece una lectura atenta del presente, dejándonos entrever una miríada de sueños e ideas.

ANDRÉS LOMEÑA: Leí en una de sus entrevistas que uno de los mayores placeres de la vida es dormir sin soñar. ¿Dónde estamos en ese instante? Así dicho, parece que es lo más cercano a la experiencia de la muerte.
ANTONIO ESCOHOTADO: Dormir sin sueños es la eternidad serena, efectivamente. Nos repara cada día, y responde también a la pregunta sobre el más allá: la ultratumba es dormir.

AL: ¿Ha sido muy aventurero en la vida?
AE: Sí, sentimental y profesionalmente, quizás demasiado, y también me hinché de viajar por la geografía exterior e interior.

AL: ¿Se han trivializado últimamente los viajes interiores?
AE: En los años sesenta y setenta no estuvo ausente la trivialidad.

AL: Muchos le consideran un gurú. ¿Le incomoda? ¿Cómo acabaría con esta mitificación?
AE: He intentado conocer de primera mano y disfrutar con algunas drogas, sin masoquismo. Mi vocación es técnico-científica, y me molesta ser tomado por guía religioso, santón o chamán tanto como a un ingeniero con un brujo. Toda magia es risible, cuando no criminal.

AL: Como filósofo, ¿Qué opinión le merece Peter Sloterdijk? ¿Qué pensadores deberíamos conocer todos, si es que hay alguno?
AE: Me avergüenza no haber leído aún a Sloterdijk, aunque lo haré. Aristóteles y Hegel son a mi juicio las dos cabezas supremas.

AL: Las utopías del siglo XVII describían una sociedad ideal; Francis Bacon o Tomás Moro especularon con el futuro. Yo tengo una utopía propia: una sociedad donde la cultura del prohibicionismo se ha abolido (drogas, prostitución) y en la que existe una Renta Básica (Un ingreso mínimo para todos los ciudadanos, independientemente de que trabajen o no). ¿Qué inconvenientes tiene mi utopía?
AE: Una sociedad como la española actual, por no decir la danesa o la canadiense, ha abolido la angustia de sobrevivir. Nadie se muere aquí de hambre o siquiera se acerca a estados de necesidad aguda, pero esa prosperidad no se ha conseguido gracias a un plan sino por una autoorganización en gran medida impersonal e inconsciente. Las sociedades educadas son ricas, vivan donde vivan, porque basta no obstaculizar la comunicación para promover opulencia.
En cuanto al trabajo, sustituirlo por un salario social desincentiva demasiados actos y supone un retorno al sistema de cartillas de racionamiento que fulminó al Imperio Romano y luego a las llamadas democracias populares. Descubra cada cual modos de ser útil a otros, aplíquese a ello en función de las ganas que tiene de gastar dinero, y en situaciones de pleno empleo eso bastará para que los ingresos se difundan. La fuente de todos los males económicos es considerar que una sociedad compleja puede dirigirse mediante decretos. La economía es tan refractaria al voluntarismo simplista como el clima. Pedir que llueva el martes y haga Sol el miércoles no es menos absurdo, por ejemplo, que elevar el salario mínimo sin un previo incremento de la productividad. El resultado de esto último sólo puede ser que se reduzca la capacidad adquisitiva real.

AL: Un viaje alucinógeno puede provocar una sensación que algunos describen como "estallido de significado". Este colapso, ¿Puede ser un síntoma de que la persona tomó una dosis excesiva, o acaso que no estaba preparada para que abrieran las puertas de su percepción?
AE: Es consustancial al viaje profundo quedarse sin significados, y los viajeros deberían saberlo a priori. Las bondades de ese "colapso" vienen de que poco a poco nos recobramos, con un sentimiento de inmenso alivio. Haber atravesado el duro trance nos hace más humildes e inteligentes.

AL: Terence Mckenna , ¿Era un loco o un visionario?
AE: Era un tipo de entendimiento despierto que habría llegado a conclusiones menos arbitrarias estudiando bastante más.

AL: La ficción literaria me ha hecho viajar a sitios que nunca podré encontrar en la realidad; no puedo visitar maravillas como "Castroforte del Baralla" si no es gracias a una novela. ¿Qué lugares literarios visita usted?
AE: Leo ante todo historia, porque la realidad es siempre más profunda y variada que la fantasía, a mi juicio.

AL: Me gustaría saber si la búsqueda de conocimiento puede convertirse en algo destructivo, aumentando nuestra neurosis o sumergiéndonos en la melancolía.
AE: La búsqueda de conocimiento puede ser un cajón de sastre. Si se trata de una experiencia introspectiva empieza y termina en nuestro yo. A mí me interesa cada vez más el tipo de conocimiento que alcanzan los profesionales en sus respectivos campos.

AL: ¿Confía, como Habermas, en la posibilidad de salvar el proyecto ilustrado?
AE: Aborrezco el verbo salvar tanto como el verbo creer, que atribuyo a los pobres de espíritu. Nuestras sociedades han ido progresando en civismo sin que nos diésemos cuenta, simplemente al espabilarse la mayoría de sus miembros en términos prosaicos, aprendiendo a prestarnos servicios. Hay ilustrados sabios como Hume o Kant, e ilustrados no sabios; el mejor antídoto para las trivialidades autoritarias de Voltaire, Rousseau, Helvecio o D'Holbach es leerlos, comprobando hasta qué punto su crítica es acrítica y está envuelta en autocomplacencia.

AL: Se dice que su libro "Historia General de las Drogas" no tiene precedentes en ninguna lengua. ¿Es cierto o es puro márketing editorial? ¿Podemos compararlo en algún grado con "Historia de la sexualidad" y "Vigilar y Castigar", o sería erróneo equipararlo con las obras de Foucault?
AE: Mi historia de las drogas es sólo el esqueleto de un trabajo que esperaba ver completado por muchos otros investigadores, pues ver el mundo desde esa perspectiva implica abrir una ventana donde no la había, pero requiere encontrar muchísimas más informaciones diseminadas en infinitas fuentes. Lástima que sólo haya estimulado unos pocos estudios de rango científico, como el de J.C. Usó.
En cuanto a Foucault, su trabajo es muy irregular. El libro sobre la cárcel es excelente, todo lo contrario que su historia de la sexualidad. Mi vocación no es impresionar o provocar, sino enterarme de qué pasó aquí y allá. Cuanto más sepa del pasado y el presente más cumplo el destino elegido.

AL: ¿La antropología está en peligro de extinción?
AE: Las disciplinas vienen y van. El hecho de que hayan desaparecido los grupos ágrafos de cazadores-recolectores obliga a otra antropología. También la sociología parece en trance de extinción.

AL: Según muchos intelectuales, la postmodernidad no nos ha enseñado nada y está a punto de llegar a su fin. ¿Está de acuerdo con la afirmación?
AE: La postmodernidad es inseparable del "epatamiento", y a mi juicio nace con "Crítica de la razón dialéctica" de Sartre, que sería un fracaso conceptual si no fuese una obra ridícula.

AL: ¿Se puede tener sexo cuando se está en un viaje alucinógeno?
AE: Sí, incluso en la subida, y entonces tenemos una potencia y una fantasía inigualables.

AL: Por último, ¿qué diagnóstico tiene del presente? ¿Qué viaje nos propone para el futuro?
AE: El simplismo voluntarista de los anticomerciales seguirá convergiendo con el simplismo voluntarista de los islámicos, y la sensación de fragilidad, sinsentido y aburrimiento dentro de la opulencia seguirá aguijoneándonos. Mi propuesta es la ya antigua: "sapere aude", atrévete a saber.

DESPIECE 1.

AL: Su plato de cocina favorito.
AE: Las migas con huevo frito.

AL: Un deporte.
AE: El ajedrez.

AL: Un disco de música.
AE: Cualquier antología de los Beatles.

AL: Una película.
AE: Sin perdón.

AL: Algo que no perdonaría.
AE: La crueldad.

AL: La última vez que lloró.
AE: Lloro siempre de entusiasmo, cuando un libro me muestra actos de grandeza ética.

AL: Un pronóstico.
AE: Más de lo que ya hay.

AL: Un vicio inconfesable.
AE: Las películas X.

AL: Alguien que le saca de quicio.
AE: El charlatán.

DESPIECE 2.

AL: ¿Cómo cree que se le recordará?
AE: Ni idea. Querría quedar como alguien que se buscó a sí mismo estudiando el resto de la realidad.

AL: ¿Cuántos libros lee de media al año?
AE: 40 o 50.

AL: ¿Cómo celebra su cumpleaños?
AE: No lo celebro.

AL: En una escala de uno a diez, qué importancia tiene el sexo en su vida. ¿Y la amistad?
AE: 8 para el sexo y 10 para la amistad.

AL: Con quién viajaría a la India... ¿Y de viaje de negocios?
AE: No me gusta la India, y hace mucho que no hago negocios.

AL: ¿Le asustan las nuevas tecnologías?
AE: Para nada.

AL: ¿Es usted... cínico?
AE: En el sentido de buscar la naturalidad.

AL: ¿Conversador?
AE: Hasta la verborragia.

AL: ¿Gracioso?
AE: El humor del absurdo es el único que me conmueve.

ENTREVISTA CON JOHN STOREY

Los estudios culturales importan. El estudio de la cultura popular es más importante que los estudios de comunicación y que muchos otros estudios de humanidades. Ésa es mi opinión, de ahí que quiera rendir un pequeñísimo tributo a los cultural studies con esta entrevista a John Storey, autor del libro TEORÍA CULTURAL Y CULTURA POPULAR.

ANDRÉS LOMEÑA: ¿Son los estudios culturales el nuevo compañero de aventuras de la sociología y la antropología?
JOHN STOREY: Los estudios culturales han transformado nuestra forma de pensar en la cultura y en la vida cotidiana. Ahora se une a la antropología y la sociología como la mejor forma de pensar seriamente en la cultura popular. Quizás su mayor contribución ha sido tomarse la cultura en serio y pensar en ella en relación con el poder sin ahogarse en un mar de pesimismo.

AL: La edición española de Teoría cultural y cultura popular corresponde a la tercera edición inglesa. Usted ya ha publicado la quinta edición. ¿La podremos ver en nuestro idioma?
JS: No estoy seguro de si habrá una quinta edición en español. Ojalá, pero realmente no lo sé. Pienso que la mayor novedad de la quinta edición fue la inclusión explícita de contenidos sobre raza y etnicidad. Ahora trabajo en la sexta edición y todavía estoy pensando qué la diferenciará de la quinta.

AL: Sabemos que Dumas, Dickens o Hugo eran escritores populares y en la actualidad son considerados unos genios. Sin embargo, escritores populares como Dan Brown o Ken Follett no sobrevivirán como autores de prestigio. ¿Qué ha cambiado?
JS: No creo que haya una division natural entre alta cultura y cultura popular. Una de las condiciones más importantes para la existencia de la alta cultura es el poder institucional para legitimar esas distinciones. La formación de un canon, que es siempre un aspecto clave en la formación de un campo particular de la alta cultura, es necesaria, pero también expone la artificialidad de las distinciones que propone. Y tienes razón, es muy poco probable que Brown o Follett pertenezcan al canon de la literatura occidental.

AL: Mi generación se ha visto más influenciada por el porno que por los intelectuales. No sé si incluirá los “porn studies” en su libro. ¿Se puede hablar de una “poscultura”, como sugirió George Steiner?
JS: No tengo planes de incluir los estudios porno en la sexta edición. Steiner tiene algo de razón al pensar el momento actual como “poscultural”. Pero esto es poco más que un momento histórico dentro de lo que podríamos llamar la precultura del siglo XVIII. En otras palabras, el concepto, inventado en el siglo XIX, ha perdido gran parte de su poder en el siglo XXI.

AL: ¿Qué nuevos fenómenos culturales espera? ¿El parkour?
JS: El que mencionas ya tiene ese estatus. Es difícil predecir el futuro, que traerá cosas que no podemos imaginar ahora.

AL: ¿Cuál es el futuro de los estudios culturales? ¿Quién trabaja en ellos en la actualidad? ¿Armand Mattelart? ¿Zizek?
JS: Los dos que mencionas son importantes. Sin embargo, el futuro de los estudios culturales no dependerá de los grandes pensadores, sino de los profesores, instituciones y estudiantes.

AL: Ya que hablamos de cultura popular, ¿tiene gustos extraños?
JS: No, me gusta el fútbol, las películas y la música.

AL: ¿Alguna conclusión?
JS: Las personas no deberían esperar demasiado de los estudios culturales, pero tampoco deberían subestimar su impacto en la vida académica.

15 de marzo de 2011
Andrés Lomeña