miércoles, 17 de julio de 2024

Sociedades laicas o sociedades seculares

Entrevista con el sociólogo Phil Zuckerman.

La secularización es un tema muy discutido y se pueden rastrear teorías y debates en autores que van desde Max Weber a Charles Taylor, Hans Joas o Habermas. ¿Estamos a las puertas de una sociedad secular o asistimos al retorno de las religiones? Phil Zuckerman es profesor de Sociología en el Pitzer College de Claremont, en California, y apoya la tesis de la secularización en libros como Beyond Doubt: the secularization of society. Su perspectiva tiene más que ver con la tolerancia religiosa (y no religiosa) que con el activismo de los nuevos ateos.

ANDRÉS LOMEÑA: Distinguimos entre laicismo, la división entre Iglesia y Estado, y la secularización, entendida como pérdida de religiosidad. ¿Deberíamos promover el laicismo para alcanzar una sociedad secular o deberíamos, más bien, impulsar el proceso de secularización con la esperanza de que surja una sociedad laica?

PHIL ZUCKERMAN: No estoy seguro de que esos conceptos estén conectados ni de que deban estarlo. Por ejemplo, Escandinavia casi no separa entre Iglesia y Estado, y sin embargo tiene altos porcentajes de personas no religiosas. Por el contrario, Estados Unidos tiene una separación relativamente fuerte entre Iglesia y Estado y hay un nivel de religiosidad alto entre la población.

En mi opinión, la separación entre Iglesia y Estado es un objetivo más valioso, ya que asegura justicia y equidad en sociedades diversas, y lo hace de tal manera que nadie tiene que soportar una fe religiosa que no profesa ni los impuestos de nadie se destinan a ideales religiosos a los que se oponen. Además, no estoy seguro de que impulsar la secularización funcione. ¿A quién le importa si la gente es religiosa? A menos que se la impongan a otros, claro. Para mucha gente, la religión es una parte maravillosa de sus vidas. No deberíamos aspirar a que se pierda eso. Simplemente necesitamos garantías en la vida pública, el derecho y el gobierno para que la fe religiosa de ciertas personas no se imponga a toda la sociedad o a los no creyentes.

A.L.: Filósofos como John Gray ven las ideologías o la idea de progreso como religiones de reemplazo, como nuevos mitos o delirios de los que no sabemos escapar.

P.Z.: Las gafas que llevo puestas me ayudan a ver y nuestra conversación online es eficaz. Ambas se desarrollaron gracias al método científico. ¿La ciencia es una alucinación? Si así fuera, ¿por qué me sirven las gafas? ¿Cómo es que nos comunicamos con tanta facilidad desde lugares distantes del planeta? ¿Son todas las ideas de progreso un delirio? De ser así, entonces cómo explicamos que en la actualidad sepan leer más personas que nunca. ¿Cómo explicamos que las mujeres puedan votar en muchas sociedades si antes no podían? ¿Cómo explicamos la mejora de los derechos de gais y lesbianas? No sostengo que todo mejore siempre para todo el mundo. Las cosas pueden empeorar y a menudo ocurre. De hecho, creo que estamos viviendo un periodo en el que buena parte del mundo se enfrenta a un mayor sufrimiento. Pero decir que todas las ideas de progreso son fantasías parece contraproducente; alguien que cree que las cosas nunca pueden mejorar no tiene por qué escribir libros ni opinar en público. Debería quedarse quieto y esperar a su destino fatal. Soy optimista en torno a la secularización porque creo que la razón, la racionalidad, la ciencia y una visión naturalista son mejores para aliviar el sufrimiento que la magia, las oraciones, los espíritus o los dioses.

A.L.: ¿Cómo se vive una vida secular? Como ateo, la ficción es mi religión civil y no me supone un problema la falta de fe, pero no sé si para todo el mundo puede ser así.

P.Z..: Es cierto que para mucha gente una vida sin religión estaría vacía. La religión proporciona comunidad, rituales y comodidad para muchos seres humanos. Pero no sirve para todos. Aquellos que no somos religiosos encontramos el significado en otras cosas: la familia, las carreras profesionales, la naturaleza, el arte, el amor, la política, la música, las aficiones, los deportes, los animales domésticos y un largo etcétera. ¿Son ese tipo de cosas reemplazos perfectos para la religión? En absoluto. La religión tiene sus ventajas e inconvenientes, al igual que ocurre con la vida sin religiosidad.

A.L.: ¿Qué podemos leer para profundizar en la idea de la secularización?

P.Z.: Si tuviera que recomendar un libro mío, podría sugerir el de What It Means to be Moral or Society Without God. Algunos de mis libros favoritos serían Los pescadores de Hans Kirk o Quest for a Moral Compass: A global History of Ethics de Kenan Malik, Imagine There’s no Heaven de Mitchel Stephens, El queso y los gusanos de Carlo Ginzburg y Tilly Witch de Don Freeman.

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