domingo, 20 de enero de 2013

ENTREVISTA CON MARTIN PRIESTMAN (LA NOVELA NEGRA)

Breves reflexiones sobre novela negra, policíaca o de detectives, términos que uso de forma más o menos indistinta.

ENTREVISTA CON MARTIN PRIESTMAN

ANDRÉS LOMEÑA: Casi todos los géneros se han estudiado: Loving with a vengeance de Tania Modleski ha estudiado la novela rosa, Rethorics of fantasy de Farah Mendlesohn la literatura fantástica, y The historical novel de Jerome de Groot la novela histórica. Parecía necesario rellenar el último vacío teórico con un estudio de la novela negra. ¿Cuál es el estado de la cuestión de la novela criminal y de detectives?
MARTIN PRIESTMAN: Ahora hay muchos cursos sobre novela negra en las universidades inglesas y estadounidenses, y excelentes ensayos (Stephen Knight, Lee Horsley, Gill Plain y otros). En mi curso en Roehampton, estudiamos las razones de su popularidad adictiva desde tres ángulos: motivos sociohistóricos (¿Por qué sólo emerge a mediados del siglo XIX y virtualmente nunca antes?), motivos psicoanalíticos (los freudianos clásicos hacen varias comparaciones entre los criminales, las víctimas y los detectives por un lado y los tres actores principales en el complejo de Edipo por otro) y por último, motivos narratológicos (quizás este género simplemente intensifica los mecanismos de revelación del secreto de la mayoría de las narraciones).

A.L.: Tzvetan Todorov publicó una tipología de la ficción detectivesca en la que diferenciaba la trama del asesinato y la trama de la investigación. ¿Cuáles han sido las innovaciones más importantes en el estudio de la novela negra como género?
M.P.: El capítulo de Todorov que mencionas es útil para considerar hasta qué punto el género suprime la “primera historia” (qué ocurrió realmente) en favor de la “segunda historia” (intentar resolver el caso). Las subdivisiones que uso suelen estar bastante aceptadas: clásica (o la “Edad de oro”), historia detectivesca [whodunit], suspense [thriller], más centrada en el suspense que en la curiosidad; y las pesquisas del detective privado [private-eye detection], que mezcla las dos. Recientemente (desde los años ochenta), la ficción de asesinos en serie (con sus propias reglas sobre cómo mantener el suspense) han llegado a formar en buena medida un nuevo subgénero.

A.L.: Quisiera preguntarle ahora por la geopolítica de la novela negra, el tipo de trabajo que realiza Franco Moretti para la novela. Obras como Death in a cold climate: A guide to Scandinavian crime fiction de Barry Forshaw quizás nos den una pista sobre las diferencias culturales y nacionales de este género.
M.P.: Moretti ha escrito sobre Sherlock Holmes en Signs taken for Wonders. ¿La geopolítica de la novela negra? Muchos estudios se acercan brevemente a los escritores no anglófonos (Gaboriau, Simenon, Durrenmatt, etc), y por supuesto ahora todo el mundo está hablando sobre la novela criminal escandinava. Me temo que no he llegado a una gran teoría que resulte convincente sobre cómo los géneros cambian de acuerdo con el lenguaje, la nación o la cultura, y sería escéptico ante algo así. Deberíamos mirar de cerca el contexto específico de cada libro, y los críticos anglófonos deberían ser más abiertos a otras culturas. Ni qué decir que la tradición estadounidense y la británica están enfrentadas la una a la otra en cuanto a historia política y cultural.

A.L.: ¿Qué influencia han tenido las novelas de Larsson en el género? Los bestsellers son un fenómeno muy ambivalente. Aún recuerdo que los editores españoles no quisieron vender La carretera de Cormac McCarthy como ciencia-ficción porque esa etiqueta dañaría el prestigio del autor. No sé si la novela negra tiene el mismo estigma cultural.
M.P.: Pienso que Larsson hacía novela negra y nada más; en este género abundan preocupaciones similares sobre asuntos de la vida real, como el legado nazi, la violencia sexual, la discriminación de género, la corrupción generalizada, etcétera. Los intentos de encajar la novela negra dentro del canon de la literatura mainstream corren el riesgo de acabar con algunas de sus características genéricas más llamativas, rasgos que no le privan de la “seriedad” o de ser “buena” literatura. Muchos escritores “literarios” rinden un homenaje explícito a ciertos aspectos del género (Ian McEwan, Martin Amis, Julian Barnes, Sebastian Faulkes, John Banville y otros), así que no hay necesidad de bajar la cabeza por la vergüenza. El ejemplo de La carretera es interesante. Es muy importante saber cómo se vende algo, y quizás la etiqueta de novela negra todavía implica una obra menos “seria” que otra que no lleva esa etiqueta.

Andrés Lomeña
20 de enero de 2013

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