Hasta enero estuve viviendo en el barrio de Clot, en calle Valencia 569. Un poco más arriba, en el número 613, unos desalmados han dejado morir a un montón de animales. Yo pasaba todos los días por esa tienda.
Vaya asquito de gente. Aunque es una contradicción en sí mismo establecer "derechos humanos de los animales", necesitamos endurecer este tipo de actos. Con el tiempo creo que me radicalizo más, en lugar de moderarme. Casi me planteo pasarme de Greenpeace a PETA. Igual acabo en la cienciología, vete a saber.
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