ANDRÉS LOMEÑA: Después de tantos años estudiando la conciencia, no estoy seguro de si sigue considerando el problema de la mente como un misterio filosófico. ¿Cuáles serían sus conclusiones si tuviera que escribir un libro del tipo La conciencia explicada para torpes?
NICHOLAS HUMPHREY: Mi respuesta sería: no somos torpes, somos los mayores expertos en el mundo. Como ya escribí en su momento, somos “conocedores de la conciencia”. Según mi visión, la conciencia ha llegado a ser lo que es en el curso de la evolución para impresionarnos con sus cualidades trascendentes. Somos quienes nosotros creemos que somos debido a la conciencia.
AL: Leí La mirada interior y me encantó su historia sobre el error de Santa Catarina, que otorgaba (equivocadamente) distintos grados de conciencia a los animales. Esa conciencia se establece con criterios antropocéntricos (el tamaño del cerebro, la similitud entre nuestros sistemas nerviosos, etcétera). ¿Es ésa la única vara de medir posible para un investigador como usted?
NH: El comportamiento es la vara de medir. Cuando veo el disfrute de un animal simplemente por estar ahí, como por ejemplo con los chimpancés y los delfines, inmediatamente pienso: ¡Sí, la conciencia!
AL: Le preguntaba por los grados de conciencia porque imagino que deberíamos articular nuestra ética en función del conocimiento que tenemos sobre la vida, ¿no es así? El filósofo utilitarista Peter Singer propone ampliar la esfera moral a los animales porque éstos son capaces de sufrir. No sé qué posición tiene usted sobre los derechos animales.
NH: No creo que sea de ayuda hablar de “derechos” para los animales. Los derechos sólo tienen sentido para criaturas que pueden saber (en principio) que los tienen.
AL: Creo que pertenece a un grupo de evolucionistas eminentes, junto con Daniel Dennett y Steven Pinker. ¿Cuáles son vuestros puntos en común?
NH: Todos somos científicos naturales. Queremos saber cómo el mundo (tal y como lo encontramos, en todo su esplendor) ha llegado a ser como resultado de ciertas leyes naturales.
AL: ¿Cuál es su opinión sobre el principio antrópico? ¿Es la conciencia humana el objetivo último del universo?
NH: No necesitamos esa absurda versión fuerte del principio antrópico. Yo creo en la versión débil de este principio, que dice que vivimos en el universo en el que vivimos porque no podríamos vivir en un mundo con diferentes leyes y constantes físicas, lo que resulta científica y filosóficamente satisfactorio.
AL: ¿La expresión “izquierdista darwiniano” es apropiada para usted?
NH: Sí, siempre he estado en la izquierda política. Pero la política tiene muy poco que ver con mi ciencia. Pienso que un darwinista podría ser de izquierda o de derecha.
AL: ¿Está preparando algo nuevo?
NH: Sí, demasiadas cosas. Mi nuevo libro tratará sobre el efecto placebo.
Andrés Lomeña Cantos
16 de mayo de 2012
Corta pero interesante
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