lunes, 22 de julio de 2024

Por qué morimos

Entrevista con el biólogo Venki Ramakrishnan, premio Nobel de Química 2009.

Nacemos, envejecemos y morimos. Sabemos mucho sobre el nacimiento, nada sobre lo que hay más allá de la muerte y bastante sobre el envejecimiento, aunque queda mucho por aprender. El premio Nobel de Química Venki Ramakrishnan ha publicado Por qué morimos (Pasado & Presente, 2024), un recorrido apasionante por la vida (y la muerte) celular. ¿Viviremos más? Es posible. ¿Viviremos mucho más? Es improbable. ¿Sabemos más que antes? Sin duda.

ANDRÉS LOMEÑA: El envejecimiento se explica a partir de los daños químicos de las células. Me pregunto si hay más factores exógenos que endógenos en el envejecimiento.

VENKI RAMAKRISHNAN: El daño molecular y celular viene de todo el entorno, así que en ese sentido el envejecimiento es un proceso natural. Hemos desarrollado mecanismos sofisticados para reparar los daños, ya que de lo contrario ni siquiera llegaríamos a la madurez, pero en última instancia esos mismos mecanismos se vuelven disfuncionales cuando envejecemos, por lo que se acelera el cambio.

A.L.: Habla de la hormesis varias veces. ¿Desempeña un papel importante en el envejecimiento?

V.R.: La hormesis es un fenómeno general donde una pequeña cantidad de algo dañino puede impulsar una respuesta que termina siendo beneficiosa. Incluso el ejercicio tiene elementos de hormesis porque impulsa respuestas beneficiosas. Es un poco como el dicho aquel de lo que no nos mata nos hace más fuertes.

A.L.: El límite de Hayflick es el número de duplicaciones que sufre una célula y tiene que ver con los telómeros, ¿es así?

V.R.: Se cree que el límite de Hayflick está relacionado con el acortamiento de los telómeros, que son extremos de los cromosomas que tienen una estructura y ciertas secuencias especiales. En cada ciclo, los extremos se acortan y finalmente la estructura especial se deshace. Cuando lo hace, la célula lo ve como un cromosoma “roto” y desencadena una respuesta que envía a la célula a un estado llamado senescencia.

A.L.: ¿Qué líneas de investigación ve prometedoras?

V.R.: Hay varias, como crear medicamentos que se dirijan a las vías afectadas por la restricción calórica, preferentemente deshaciéndonos de las células senescentes; también hay factores en la sangre joven que pueden ofrecer efectos beneficiosos y factores en la sangre vieja que pueden ser perjudiciales; por último, reprogramar células para que podamos regenerar células madres y tejidos.

A.L.: Gerontólogos como Aubrey de Grey lanzan predicciones muy poco creíbles. ¿Por qué tanta gente se deja persuadir por futurólogos y transhumanistas?

V.R.: Los seres humanos sienten una angustia natural en torno al envejecimiento y la muerte, así que nos volvemos muy crédulos cuando alguien promete que podemos hacer algo al respecto. Eso ha sido así durante siglos y algunas de estas personas son simplemente la última manifestación de este hecho.

A.L.: ¿El premio Nobel es una buena receta para aumentar la longevidad?

V.R.: Hubo un estudio que sostenía que la gente que había recibido el Premio Nobel vivía ligeramente más que aquellos que habían sido nominados, pero no lo ganaron. Ducho mucho que esto tenga relevancia y seguramente se hizo como una broma, pero quizás algo que puede ayudar es reducir el estrés y ser más sociable, además de la triada que representan la dieta, el ejercicio y el sueño.


miércoles, 17 de julio de 2024

Sociedades laicas o sociedades seculares

Entrevista con el sociólogo Phil Zuckerman.

La secularización es un tema muy discutido y se pueden rastrear teorías y debates en autores que van desde Max Weber a Charles Taylor, Hans Joas o Habermas. ¿Estamos a las puertas de una sociedad secular o asistimos al retorno de las religiones? Phil Zuckerman es profesor de Sociología en el Pitzer College de Claremont, en California, y apoya la tesis de la secularización en libros como Beyond Doubt: the secularization of society. Su perspectiva tiene más que ver con la tolerancia religiosa (y no religiosa) que con el activismo de los nuevos ateos.

ANDRÉS LOMEÑA: Distinguimos entre laicismo, la división entre Iglesia y Estado, y la secularización, entendida como pérdida de religiosidad. ¿Deberíamos promover el laicismo para alcanzar una sociedad secular o deberíamos, más bien, impulsar el proceso de secularización con la esperanza de que surja una sociedad laica?

PHIL ZUCKERMAN: No estoy seguro de que esos conceptos estén conectados ni de que deban estarlo. Por ejemplo, Escandinavia casi no separa entre Iglesia y Estado, y sin embargo tiene altos porcentajes de personas no religiosas. Por el contrario, Estados Unidos tiene una separación relativamente fuerte entre Iglesia y Estado y hay un nivel de religiosidad alto entre la población.

En mi opinión, la separación entre Iglesia y Estado es un objetivo más valioso, ya que asegura justicia y equidad en sociedades diversas, y lo hace de tal manera que nadie tiene que soportar una fe religiosa que no profesa ni los impuestos de nadie se destinan a ideales religiosos a los que se oponen. Además, no estoy seguro de que impulsar la secularización funcione. ¿A quién le importa si la gente es religiosa? A menos que se la impongan a otros, claro. Para mucha gente, la religión es una parte maravillosa de sus vidas. No deberíamos aspirar a que se pierda eso. Simplemente necesitamos garantías en la vida pública, el derecho y el gobierno para que la fe religiosa de ciertas personas no se imponga a toda la sociedad o a los no creyentes.

A.L.: Filósofos como John Gray ven las ideologías o la idea de progreso como religiones de reemplazo, como nuevos mitos o delirios de los que no sabemos escapar.

P.Z.: Las gafas que llevo puestas me ayudan a ver y nuestra conversación online es eficaz. Ambas se desarrollaron gracias al método científico. ¿La ciencia es una alucinación? Si así fuera, ¿por qué me sirven las gafas? ¿Cómo es que nos comunicamos con tanta facilidad desde lugares distantes del planeta? ¿Son todas las ideas de progreso un delirio? De ser así, entonces cómo explicamos que en la actualidad sepan leer más personas que nunca. ¿Cómo explicamos que las mujeres puedan votar en muchas sociedades si antes no podían? ¿Cómo explicamos la mejora de los derechos de gais y lesbianas? No sostengo que todo mejore siempre para todo el mundo. Las cosas pueden empeorar y a menudo ocurre. De hecho, creo que estamos viviendo un periodo en el que buena parte del mundo se enfrenta a un mayor sufrimiento. Pero decir que todas las ideas de progreso son fantasías parece contraproducente; alguien que cree que las cosas nunca pueden mejorar no tiene por qué escribir libros ni opinar en público. Debería quedarse quieto y esperar a su destino fatal. Soy optimista en torno a la secularización porque creo que la razón, la racionalidad, la ciencia y una visión naturalista son mejores para aliviar el sufrimiento que la magia, las oraciones, los espíritus o los dioses.

A.L.: ¿Cómo se vive una vida secular? Como ateo, la ficción es mi religión civil y no me supone un problema la falta de fe, pero no sé si para todo el mundo puede ser así.

P.Z..: Es cierto que para mucha gente una vida sin religión estaría vacía. La religión proporciona comunidad, rituales y comodidad para muchos seres humanos. Pero no sirve para todos. Aquellos que no somos religiosos encontramos el significado en otras cosas: la familia, las carreras profesionales, la naturaleza, el arte, el amor, la política, la música, las aficiones, los deportes, los animales domésticos y un largo etcétera. ¿Son ese tipo de cosas reemplazos perfectos para la religión? En absoluto. La religión tiene sus ventajas e inconvenientes, al igual que ocurre con la vida sin religiosidad.

A.L.: ¿Qué podemos leer para profundizar en la idea de la secularización?

P.Z.: Si tuviera que recomendar un libro mío, podría sugerir el de What It Means to be Moral or Society Without God. Algunos de mis libros favoritos serían Los pescadores de Hans Kirk o Quest for a Moral Compass: A global History of Ethics de Kenan Malik, Imagine There’s no Heaven de Mitchel Stephens, El queso y los gusanos de Carlo Ginzburg y Tilly Witch de Don Freeman.