tag:blogger.com,1999:blog-19812514558782499152024-03-13T10:12:39.138-07:00heterocosmicasAndresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.comBlogger272125tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-875572679198114302024-02-10T04:52:00.000-08:002024-02-10T04:52:31.002-08:00El ser humano anclado al Cielo<b>Entrevista con el filósofo Rémi Brague.</b>
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Muchos filósofos suelen imaginar la metafísica mediante la imagen del árbol del conocimiento de Descartes: la metafísica sería similar a las raíces de un árbol, algo soterrado e intangible. Otra forma de visualizar esta rama de la filosofía es tratar de encontrar a un gato negro en una habitación oscura (que quizás no está siquiera en esa habitación). El pensador francés Rémi Brague reflexiona en torno a estas cuestiones teológico-filosóficas en <i>Las anclas en el cielo</i> (Encuentro, 2022). Asciendan por esta conversación hasta donde puedan elevarse.
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Su libro es un breve recorrido por la metafísica occidental. ¿Tenemos una arquitectura psicológica basada en lo intangible? ¿No se puede escapar del pensamiento metafísico, entonces?</b><br>
RÉMI BRAGUE: La imagen de un árbol invertido con las raíces en la cima no es mía, sino simplemente de Platón, de su obra <i>Timeo</i>. En cuanto al de las anclas en el cielo, lo tomé prestado de Rivarol, un saboyano francófono. Comencemos reconociendo esto: el pensamiento decididamente posmetafísico puede resolver algunos de los problemas que plantea la condición humana. No necesitamos la metafísica para proporcionar una descripción de la Naturaleza que permita su uso en nuestro beneficio. Me refiero a una ciencia que conduzca a una tecnología. Tampoco la necesitamos para encontrar una fórmula que permita la coexistencia pacífica de las personas en una sociedad política; todo lo que se necesita es una especie de pacto mutuo de no agresión.<br>
Por otra parte, necesitamos la metafísica para responder a la pregunta por el ser, pregunta que es por otra parte la más fundamental, pero también la más tradicional, de las que plantea la metafísica. Sin embargo, resulta que hoy en día esta cuestión ya no se limita al reducido espacio de los seminarios universitarios. Ha roto sus diques e invadido el vasto campo de la vida cotidiana. De hecho, durante siglos, áreas cada vez más amplias de nuestra vida se han emancipado de la tutela de los instintos para quedar bajo el dominio de la libertad y la razón, lo cual es en sí mismo un bien enorme que hay que celebrar. O, mejor dicho, seguirá siendo un bien mientras la libertad y la razón no se vuelvan contra la vida, que es su fundamento esencial. No necesitamos la metafísica para regular la existencia de personas que ya están vivas. Pero ¿qué pasa con las que aún no están aquí y quién reemplazará a las que mueran?<br>
La perpetuación de la especie humana está cada vez menos asegurada por la fuerza irracional del instinto; se confía cada vez más en la elección racional de la libertad. Por lo tanto, se necesitan razones para actuar; en resumen, para tener hijos. Para que esto sea legítimo, la vida debe ser un bien en sí misma y, por tanto, el Ser ha de valer más que la Nada, tesis que pertenece legítimamente a la metafísica.
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<b>A.L.: ¿Sigue Dios siendo el protagonista de nuestra era secular, pese al enfado de los nuevos ateos como Richard Dawkins?</b><br>
R.B.: Tuve la oportunidad de burlarme amablemente de la campaña publicitaria lanzada por Dawkins y sus amigos, esos carteles en los autobuses ingleses con el lema: “Probablemente no exista Dios. Deja de preocuparte y disfruta de tu vida”. Fue cómico, pero involuntariamente cómico. Por un lado, por la representación imbécil de un Dios aguafiestas, que nos haría preocuparnos (“worrying”). Pero sobre todo la invitación: “disfruta tu vida”, porque ese es todo el problema. Por un lado, la fórmula contiene redundancias innecesarias, porque ¿qué vida podríamos disfrutar sino la nuestra propia? Y, además, ¿cómo tendríamos derecho a “infligir vida” (la fórmula es de Chateaubriand) a personas a las que no podemos pedir su opinión? Para que esto tenga sentido, debemos, en última instancia, creer en un Dios benevolente, que crea la vida, que la ama y que quiere que la tengamos para siempre. De lo contrario, dar vida a niños es simplemente condenarlos a una muerte aplazada. El ateísmo, si es lógico consigo mismo, debe detener la aventura humana en la generación actual… La verdad del ateísmo es el suicidio. Dostoievski lo vio claramente en <i>Los Demonios</i> (1872), con el personaje de Kirillov. Hemos trasladado el problema del nivel del individuo al de la especie, y el experimento está en marcha…
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<b>A.L.: En La ley de Dios desarrolla la idea de que Dios ya no se presenta como un legislador. ¿Qué implica eso? Y en La sabiduría del mundo, lleva a cabo una historia de las visiones del cosmos. ¿Qué tipo de cosmovisión ve hegemónica?</b><br>
R.B.: La Ley de Dios muestra que las reglas de la buena vida provienen de Dios, pero de Dios como creador, no como legislador. Están presentes en la razón humana, en la que Dios confía para encontrar los caminos correctos para conducir sus vidas. El cristianismo no añade nuevos mandamientos al Decálogo. Pero él tiene en cuenta nuestra incapacidad para seguirlos y nos ofrece la gracia que nos da la fuerza para hacerlo, y la misericordia cuando nos hemos desviado.<br>
En cuanto a La sabiduría del mundo, termina con la constatación de una pérdida: el modelo resultante de la corriente dominante de la filosofía griega no ha resistido a los descubrimientos astronómicos modernos, y no se trata de ceder a ninguna nostalgia, menos aún al sueño de volver allí. Podríamos caracterizar nuestra visión del mundo actual como una mezcla de dos modelos, ambos procedentes de la Antigüedad. En cuanto al universo físico, lo describimos según las categorías del materialismo epicúreo: componentes muy pequeños (átomos, partículas, incluso “cuerdas”) cuya combinación fortuita produce necesariamente los fenómenos que vemos hoy. Podemos descubrir las leyes de este mundo y formularlas rigurosamente en lenguaje matemático, pero no lo entendemos en el sentido riguroso de este verbo. En consecuencia, en cuanto a nuestra presencia en él, nos sentimos como extraños que han aparecido por casualidad y que deben jugar con él como náufragos en un océano de absurdo sobre una balsa de significado.<br>
El cristianismo, por su parte, sugiere tomar en serio la primera frase del Cuarto Evangelio: “en el principio (o: en principio) estaba el Logos: razón, significado”. Y enseña que podemos tener acceso a este Logos, que es también un Amor creador que nos llama a cada uno de nosotros a ser, como la persona insustituible que somos, y que le da los medios para florecer.
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<b>A.L.: Jacques Delors falleció recientemente. Él, junto a otros, ha sido importante para la construcción del proyecto europeo. Usted ha analizado las raíces romanas de Europa. ¿Alguna observación filosófica sobre el presente y futuro de la Unión Europa?</b><br>
R.B.: Podemos emitir el juicio que queramos sobre la acción de Delors. Eso se lo dejo a los analistas políticos. En cualquier caso, tuvo el mérito de decir que Europa necesitaba un alma, y no sólo un mercado y unas instituciones. Lo que quiero decir con Europa no es la Unión Europea, aunque creo que el proyecto inicial era noble y digno de apoyo; en lo que se ha convertido desde entonces es otra historia. Para mí, Europa es ante todo un tipo de cultura completamente original, incluso paradójica. Si la Unión, que se enorgullece de ser europea, toma este adjetivo en un sentido más que puramente geográfico, estará diciendo la verdad. De lo contrario, se engañará a sí misma.<br>
En cuanto al alma, ¿realmente deberíamos dársela? ¿Acaso esta alma no está ya ahí desde el principio? Está presente en lo más noble de la civilización grecorromana y en las costumbres de los pueblos que entraron en ella con las grandes migraciones del final de la Antigüedad, y especialmente en la Biblia, origen común del judaísmo y el cristianismo. Tanto la herencia griega como las religiones bíblicas llegaron a nosotros a través de lo que yo llamo la “ruta romana”.<br>
Por tanto, no se trata de pretender introducir en la Unión Europea una nueva espiritualidad que vendría de fuera. Sería más sensato hacerle recuperar la conciencia de los tesoros intelectuales, morales y espirituales que yacen dormidos en su interior, y que además inspiraron a la mayoría de los padres fundadores. Prefiero llamar a estos principios “fuentes” que debemos aprovechar mediante esfuerzos activos, en lugar de “raíces”, que de todos modos ya están ahí y que nos inmovilizan. No tengo idea del posible futuro de la UE porque no soy clarividente, pero tengo algunas ideas sobre las condiciones que podrían permitirle tener futuro, y son justamente los “tesoros” que acabo de mencionar.Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-21594310124021297062024-01-16T13:55:00.000-08:002024-01-16T14:03:21.011-08:00Idealismo analítico y consciencia universal: entrevista con el filósofo Bernardo KastrupEl materialismo científico se ve a sí mismo como un hecho consumado. Sin embargo, el idealismo analítico de Bernardo Kastrup se ha propuesto demostrar su falsedad. La obra más reciente del autor, <i>Pensar la ciencia</i> (Atalanta, 2023), intenta invertir el sentido del debate y mostrar las inconsistencias lógicas de un cientificismo que o bien elimina el fenómeno de la consciencia o bien se empeña en anular verdades axiomáticas en nombre de una objetividad mal entendida. Kastrup explora un nuevo paradigma que no rechaza lo empírico, sino más bien todo lo contrario, si bien se trata de un empirismo con un enfoque diferente y con unas implicaciones, cuando menos, sorprendentes.
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Dice que la consciencia individual es algo separado de una consciencia universal. Eso me suena a una forma extraña de panteísmo.</b>
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BERNARDO KASTRUP: Añadir nombres y etiquetas no será de ayuda, así que olvídalas. Vayamos a lo básico: ¿cuál es el único hecho preteórico de la naturaleza? Se trata del hecho de la subjetividad. Antes de empezar a teorizar sobre la naturaleza de la realidad somos sujetos, y nuestras teorías se crean dentro de nuestra subjetividad. Las experiencias, con sus cualidades, tienen lugar dentro de la subjetividad. Las cantidades, por otro lado, son simples descripciones de las cualidades de la experiencia. Nosotros describimos la experiencia cualitativa de la distancia en metros, o la del tiempo en minutos, o la temperatura de un objeto en grados Celsius, el peso del equipaje en kilogramos, y así sucesivamente. El materialismo confunde la descripción con la cosa descrita, el mapa con el territorio. No necesitamos eso.
La naturaleza puede estar constituida por estados experienciales, incluso si la mayoría de esos estados son externos a nuestras mentes individuales. Es decir, para que la naturaleza sea experiencial no se necesita que esté dentro de nosotros, como ocurre con mis pensamientos, que son experienciales y sin embargo están fuera de tu mente. Con el idealismo analítico, toda la naturaleza se forma mediante estados experienciales, tanto los que están ahí dentro como ahí fuera. Esos estados son excitaciones (vibraciones) de un campo espacialmente abierto de subjetividad. Igual que no hay más onda en un lago que el propio lago formando ondas, no hay más estados experienciales que los del campo de subjetividad. Tú y yo somos segmentos disociados del resto de la naturaleza a causa de esa disociación, igual que una persona que sufre un trastorno de identidad disociativo parece tener varios centros de conciencia separados o personalidades alternativas.
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<b>A.L.: Le confieso que yo soy un materialista, aunque acepto que quizás no haya entendido bien lo que el propio materialismo implica. ¿Ve posible una convergencia en el pensamiento de algunos autores occidentales materialistas y su enfoque?</b>
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B.K.: No soy quién para pensar que todos necesitamos cogernos de las manos y cantar el Kumbaya. Hay campos diferenciados de la actividad intelectual humana que a menudo son incompatibles. Otros son compatibles, pero buscan responder a diferentes preguntas. El superhombre de Nietzsche, por ejemplo, es un intento de encontrar un sentido vital en ausencia de una relación con la trascendencia. Tiene poco sentido preguntarse si es compatible con el idealismo analítico, ya que incluso aunque este idealismo abre la puerta a la trascendencia, si uno no puede sentirla, tendrá que luchar con el problema que Nietzsche afrontó.
En lo que concierne a mi obra, la pregunta es: ¿cuál es la naturaleza esencial de la realidad? En otras palabras, qué es la realidad, en contraposición a cómo se comporta (a esto último responde la ciencia). Las respuestas provisionales a esas cuestiones serán verdaderas o falsas con independencia de si encajan con otros dominios de la actividad humana que buscan responder a diferentes cosas, como el arte o la economía. Dicho esto, el idealismo analítico encaja sorprendentemente bien con las doctrinas de muchas de las tradiciones espirituales del mundo, a las que Aldous Huxley llamó la filosofía perenne. Eso, desde luego, es reconfortante para mí.
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<b>A.L.: Otra idea que me confunde es su opinión sobre el panpsiquismo. Patricia Churchland se ha burlado de esta corriente filosófica al decir: “¿Un muerto es consciente? Si todo tiene consciencia, ¿por qué no la iban a tener los cadáveres?”</b>
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B.K.: El error fundamental que comete la gente cuando se pregunta si una taza de té o una cuchara es consciente es proyectar la estructura del lenguaje en el mundo, como si eso fuera la estructura ontológica del mundo. Lo que posee nombre no es necesariamente distinto de otras cosas. Tenemos nombres para todos los océanos (Atlántico, Índico, Pacífico), ¿pero dónde termina el Pacífico y dónde empieza el Índico? La respuesta es que no hay océanos; los océanos son un artefacto lingüístico del pensamiento que nosotros proyectamos sobre el mundo. Es conveniente pensar en océanos separados, pero eso es todo. ¿Dónde termina un río y empieza el mar? Si una mesa es consciente, ¿adquiere una de sus patas una vida interior consciente si la arranco de la mesa? ¿Qué ocurre si la vuelvo a colocar? ¿Si una roca en la cima de una montaña se desprende y rueda cuesta abajo, ¿su consciencia se separa de la de la montaña mientras está en el aire y luego se fusiona con la de la montaña cada vez que rebota?
La respuesta a todas estas preguntas es que en la naturaleza no hay objetos: no hay mesas, ni patas de mesas, rocas, montañas, ríos u océanos. El universo inanimado es un todo integrado en un nexo causal. Nosotros lingüísticamente creamos segmentos de este todo integrado para nuestra conveniencia y luego confundimos la estructura de nuestro lenguaje con la estructura de la realidad. Solamente los seres vivos son empíricamente distinguibles de sus entornos, por lo que si me clavas una aguja en el brazo la sentiré, pero si la clavas en una pata de la silla sobre la que me siento, no la notaré. Todo lo demás (el mundo inanimado que rodea a los seres vivos) es una única cosa, no una colección de cosas. Y esa cosa es consciente, sí. Pero no tiene sentido preguntarse si la cuchara es consciente porque ya hemos dicho que no hay cuchara. Lo que llamamos así es un segmento de un todo que creamos arbitrariamente. Solo existe un todo consciente y los seres vivos conscientes que están disociados de ese todo.
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<b>A.L.: En el libro cuenta que tuvo una disputa muy agria con Michael Graziano.</b>
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B.K.: Graziano me llamó místico porque no tenía nada mejor que replicar a mi crítica de su afirmación increíblemente simplona de que la consciencia no existe. Recurre a un hombre de paja y a los ataques ad hominem cuando se queda de inmediato sin argumentos sustanciales. Simpatizo con los místicos, pero ese no es mi camino. Soy una persona que utiliza la razón y la evidencia. Tengo enormes dificultades para desacoplar mi estado de consciencia de su base analítica. Los relatos de los místicos me reconfortan porque parecen encajar bien con el idealismo analítico, pero no defiendo mi postura en base a un conocimiento espiritual. Discuto en base a la evidencia empírica, el principio de parsimonia, el poder explicativo, la consistencia interna y la coherencia general.
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<b>A.L.: Seguro que ya está pensando en otros proyectos.</b>
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B.K.: Acabo de terminar un libro, <i>Idealismo analítico en pocas palabras</i>, que saldrá en octubre de 2024. También estoy escribiendo uno nuevo sobre la noción jungiana de daimon y el papel que este desempeña en mi propia vida, así como su relación con la mente occidental. Durante 2024, espero escribir algún texto teórico nuevo y original para construir un modelo conceptual riguroso de disociación basado en el principio de exclusión de la Teoría de la Información Integrada. También estoy pensando en el fenómeno OVNI, dadas las recientes revelaciones que hubo. Ya veremos si eso me lleva a publicar algo.Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-59849727779484086622023-04-03T14:44:00.003-07:002023-04-03T14:46:41.837-07:00Plan de 10 puntos de Maria Ressa, Premio Nobel de la Paz 2021, para abordar la crisis de informaciónApelamos a todos los gobiernos democráticos respetuosos con los derechos a:<br>
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1. Exigir a las empresas tecnológicas que lleven a cabo evaluaciones independientes sobre su impacto en los derechos humanos, que tendrán que hacerse públicas, así como demandar transparencia en todos los aspectos de su negocio (desde la moderación de los contenidos hasta el impacto de los algoritmos en el procesado de datos, pasando por las políticas de integridad).<br>
2. Proteger el derecho a la intimidad de los ciudadanos mediante leyes robustas de protección de datos.<br>
3. Condenar públicamente los abusos contra la libertad de prensa y contra los periodistas en general, y comprometerse a financiar y asistir a medios de comunicación independientes y a periodistas sometidos a ataques.<br>
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Instamos a la Unión Europea a: <br>
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4. Ser ambiciosa a la hora de hacer cumplir las Leyes sobre Servicios y Mercados Digitales para que esas leyes signifiquen algo más que simple “papeleo” para las empresas y para que estas se vean obligadas a aplicar cambios en sus modelos de negocio, como el de poner fin a la amplificación algorítmica que amenaza a derechos fundamentales y esparce la desinformación y el odio, incluidos los casos en que los riesgos tienen su origen más allá de las fronteras de la UE.<br>
5. Proponer urgentemente una legislación que prohíba una publicidad de vigilancia, reconociendo que dicha práctica resulta fundamentalmente incompatible con los derechos humanos.<br>
6. Hacer cumplir adecuadamente la Regulación sobre la Protección de Datos Generales para que los derechos sobre los datos de las personas sean finalmente una realidad.<br>
7. Incluir potentes salvaguardas para la seguridad de los periodistas, la sostenibilidad de los medios de comunicación y las garantías democráticas en el espacio digital en la redacción de la próxima Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación.<br>
8. Proteger la libertad de los medios de comunicación cortando de raíz la corriente de desinformación. Ello implica que no deberían existir exenciones especiales ni trajes a medida para ninguna organización ni individuo en ninguna legislación relativa a tecnología o medios de comunicación. Con los flujos de información globalizados, ello supondría entregar un cheque en blanco a los gobiernos y los actores no estatales que producen desinformación a escala industrial para dañar las democracias y polarizar las sociedades en todo el mundo.<br>
9. Plantar cara a la extraordinaria maquinaria de los <i>lobbies</i>, a las campañas de <i>astroturfing</i> [técnica publicitaria usada en redes sociales para crear una corriente de opinión falsa] y a la existencia de puertas giratorias entre grandes empresas tecnológicas e instituciones de gobierno europeo.<br>
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Llamamos a la ONU a:<br>
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10. Designar a un enviado especial del Secretario General de Naciones Unidas concentrado en la Seguridad de los Periodistas (SESJ), que desafíe el <i>statu quo</i> y, finalmente, eleve el precio de atentar contra los periodistas.<br>Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-57916033735343235832022-03-26T05:13:00.008-07:002022-03-26T05:19:57.891-07:00Los hardcorianosEl HUFFPOST ha perdido uno de mis artículos y he querido rescatarlo para el blog.
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<i>Un ajuste de cuentas con el pasado musical.</i>
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<b>El evangelio del hardcore.</b>
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La música hardcore fue parte de mi adolescencia. Por suerte (aprendí y disfruté) y por desgracia (presencié lo peor del borreguismo y de la conformidad social). A muchos de ustedes ni les sonará. Seguramente torturaron sus mentes con alguna otra cosa. Ahora la mitad de los hardcorianos reniega de aquella embolia adolescente. La otra mitad ha cronificado la enfermedad por pereza intelectual o por nostalgia: “Si a los veinte años no eres hardcore, es que no tienes cabeza; si a los cuarenta has dejado de serlo, es que no tienes corazón”.
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El hardcore era la madre del cordero del terraplanismo musical de mi época: o eras hardcoriano, o eras el otro, el extranjero, el enemigo. El fanatismo hardcore tenía unos valores prístinos y nobles. Al igual que cualquier religión que se precie, no se contentaba con encarnar La Verdad, sino que además debía hacer proselitismo: “El hardcore significa integridad y autenticidad”. Valores tan elevados como vacíos de significado, un poco como el creyente que está a favor de la vida (y en contra del aborto) por considerarla sagrada, pero aprueba alegremente la pena de muerte. No hay contradicción cuando no te planteas el valor de la coherencia.
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Autenticidad significaba no venderse, ser una minoría compacta, estar unidos por una marginalidad acomodaticia e irreal. Si el sociólogo francés Pierre Bourdieu viera el panorama, se descojonaría ante un intento tan pueril de distinción disfrazado de gente de las calles. Los hardcorianos que conozco han pisado los bajos fondos de las ciudades tanto como Leonor de Borbón. En cuanto al valor de la integridad, tenía que ver con la honestidad y la lealtad. Y los hardcoretas lo eran en abstracto. Al fin y al cabo, su única praxis era sentirse hardcoretas. Es la lógica impecable del votante de un partido cuya lealtad consiste en apoyar todo lo que decida su partido.
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Si no eras hardcore, se mofaban de ti por ser grunge, heavy o popero. Una tribu urbana que no quería ser prejuzgada ni etiquetada repartía etiquetas sociales sin ruborizarse. No obstante, la infausta moda del hardcore tiene una parte positiva: podemos inferir dinámicas parecidas en otros estilos musicales, aunque yo creo que en mi entorno la hegemonía de los hardcoritos se llevó la palma del integrismo. Había discusiones demencialmente narcisistas acerca de quién era realmente más hardcore o sobre si sentían realmente la música o no. Si intentabas plegarte a esta nueva secta del ruido, podías salir escaldado por tus captadores. Un amigo que llegó tarde a esta dogmática revolución del sonido se bajó un poco los pantalones (literalmente, cosas de la estética hardcore) y lo admitieron a regañadientes como un hardcoriano de segunda (sin el pedigrí del “verdadero” hardcoreta). Ya saben: integridad y autenticidad.
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Simone de Beauvoir escribió que la mujer no nace, se hace. Bien, pues en el hardcore no es así.
El hardcoriano (varón, apenas hay mujeres) nace, no se hace.
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<b>Tratado sobre el hardcore.</b>
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Primero quise escribir una novela sobre el hardcore. No me vi capaz y pensé en un cuento. Luego entendí que me interesaba más la (anti)filosofía de este estilo musical (vacuo y despolitizado donde yo lo padecí, aunque no puedo hablar de cómo ha sido en otras partes del mundo); reconvertiría el cuento en un breve tratado filosófico sobre cómo el accidente puede convertirse en sustancia. No hay nada más inmutable y a la vez voluble que el hardcore: si te gustaba la banda NOFX, entonces era forzosamente un grupo de hardcore melódico. Se ajustaban las categorías a tus preferencias personales y listo. La metafísica del hardcore consiste en que el estilo no evoluciona, pero se adapta, ex-ante, a lo que dirán sus popes. Y esos popes son invisibles, o no son fáciles de ver, y nadie sabe bien quién controla la masa ni los pogos de los conciertos. ¡El hardcore encierra un misterio en su duro corazón!
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Finalmente, solo he conseguido escribir un artículo muy cutre sobre el hardcore, lo cual otorga la victoria a los hardcorianos: la mediocridad es el tatuaje indeleble que tendremos quienes nos hemos socializado a través de esa música, que fue el vehículo idóneo para transmitir una vigorosa filosofía de la nada. Asimismo, el hardcore es la moral relativista perfecta: tiene una esencia, pero al igual que Groucho Marx, tiene otra si no te gusta. El hardcore es como Dios hecho verbo: “Yo soy el que soy, es decir, el hardcore no es más que hardcore, pero también es algo más que simple música, es un estilo de vida, es algo más grande que su propio Ser”.
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La música hardcore que recibí en forma de hostias es la diarrea mental de quienes se enorgullecen de pensar sin pensar, de follar sin nadie con quien hacerlo y de hacer música desde la rabia para justificar que no tienen por qué justificarse de nada. El hardcore, tal y como lo importaron en mi barrio, es como el dictador de Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos: alguien que se creó a sí mismo, la causa incausada.
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El hardcore, a ojos de sus correligionarios, nació de su propio fuego interior y la llama aún perdura… achicharrando así a quienes hagan oídos sordos a un falocentrismo musical amplificado y lleno de distorsiones.
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<i>Hardcore lives!</i>Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-54640039354317237352021-08-31T22:53:00.002-07:002021-08-31T22:57:50.057-07:00¡Hay que desculturizar la cultura!<b>Entrevista con el profesor Víctor Vich.</b>
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Tenemos nuevo ministro de cultura y parece un buen momento para reflexionar sobre cómo promover la vida cultural de los ciudadanos. Para ello hay que fomentar la gestión cultural, es decir, el diseño y aplicación de políticas culturales. No faltan elogios a la cultura ni másters de gestión cultural, aunque echamos en falta una visión crítica de los gestores culturales. Víctor Vich, autor de Desculturizar la cultura, aboga por una gestión cultural transformadora porque todo lo demás sería cultura sin fondo, barbarie disfrazada de civilización.
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: ¿Qué entiende por desculturizar la cultura?</b>
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VÍCTOR VICH: Por desculturizar la cultura me refiero a cuatro dimensiones. En primer lugar, se trata de sacar a la cultura de su autonomía, de los meros debates culturalistas y articularla con problemáticas sociales. La cultura es estructuradora de todos los campos de la vida (económicos, laborales, etcétera). En segundo lugar, se trata de entender la cultura en su tensión interna: en su dimensión liberadora, pero también en su manera de reproducir u ocultar el poder. La cultura es una buena y una mala palabra. La poesía de César Vallejo es cultura, pero desgraciadamente también lo es el patriarcado o la violencia doméstica. La cultura no solo es un objeto, sino además una manera en la que el vínculo social ha quedado regulado. Es un también hábito. En tercer lugar, el proyecto apuesta por revelar las dimensiones culturales de problemas aparentemente no culturales. La regulación de la jornada laboral no parece un tema cultural, sino de legislación, pero lo es. El derecho al tiempo libre es para mí la primera demanda de cualquier política cultural. Desde ahí, se trata de posicionar al sector cultural como una agente de transformación social más allá de las puras lógicas del mercado.
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<b>A.L.: ¿Qué instituciones han de liderar las políticas culturales?</b>
V.V.: Hay al menos tres actores en la gestión cultural: la sociedad civil, el estado y el mercado. Una gestión exitosa es la que consigue articularlos. Las políticas culturales más interesantes son las que surgen de los intereses de la propia población y no son impuestas desde arriba.
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<b>A.L.: ¿Por qué le parece errada la postura en materia cultural de Mario Vargas Llosa?</b>
V.V.: Vargas Llosa escribió un libro titulado La civilización del espectáculo donde se queja de la cultura contemporánea, pero en sus argumentos casi no aparece la palabra capitalismo. El capitalismo (que él mismo defiende casi como un cruzado) es el sistema que fomenta los males que su visión detecta. Con los años, Vargas Llosa no solo se ha vuelto un intelectual cada vez más conservador, sino increíblemente contradictorio. Es una pena.
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<b>A.L.: ¿La cultura ayudará a arreglar otro tipo de problemas?</b>
V.V.: Seguimos sin entender el rol decisivo de la cultura para combatir los grandes problemas nacionales. Este es un punto clave: no hay reforma educativa sin políticas culturales sólidas. La escuela no es el único lugar educativo; los niños no son los únicos que necesitan educarse en este país. En la sociedad actual mercantilizada todos necesitamos reaprender y las políticas culturales son decisivas al respecto.
Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-55979298411677692342020-02-25T02:00:00.001-08:002020-02-25T02:00:11.585-08:00ENTREVISTA A MARIO BUNGEEntrevisté al filósofo argentino Mario Bunge a finales de 2006. Ahora leo sobre <a href="https://elpais.com/elpais/2020/02/25/ciencia/1582620413_320805.html">su fallecimiento (1919-2020)</a>. He recuperado la entrevista, que por algún motivo se perdió en el ciberespacio.<br />
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<b>ENTREVISTA A MARIO BUNGE</b><br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: En su opinión, ¿Qué es lo más perjudicial de la postmodernidad y quiénes la han alentado?</b> <br />
MARIO BUNGE: El irracionalismo, o sea, el rechazo a la razón y, con ello, el rechazo a lo característicamente humano. El postmodernismo nació en Francia hace unas tres o cuatro décadas. Sus figuras más influyentes fueron Derrida, Barthes y Foucault. <br />
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<b>A.L.: Califica el psicoanálisis como una pseudociencia. ¿Qué opinión le merece el conductismo?</b><br />
M.B.: El psicoanálisis es una pseudociencia porque en más de un siglo de existencia no se ha montado un solo laboratorio psicoanalítico para poner a prueba las fantasías de Freud y sus adláteres. El conductismo, aunque científico, es muy limitado, ya que no se ocupa de la mente. Por este motivo ha muerto hace tiempo. La psicología viva es la neurociencia cognitiva y afectiva. <br />
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<b>A.L.: Si no podemos fiarnos de Richard Dawkins en materia evolutiva, ¿A quién hacemos caso?</b> <br />
M.B.: A los trabajos de investigación que publican las revistas científicas, tales como Nature y Science, las que no publican las homilías de Dawkins, quien se limita a divulgar, en periódicos no especializados, la biología evolutiva de su invención. <br />
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<b>A.L.: En la polémica entre Jürgen Habermas y Peter Sloterdijk sobre la eugenesia, ¿Por quién se decanta?</b> <br />
M.B.: Nunca oí hablar de Sloterdijk. No todas las celebridades europeas logran atravesar el Atlántico. <br />
<br />
<b>A.L.: ¿Usted considera resuelta la dicotomía cuerpo-mente?</b> <br />
M.B.: En efecto. Ya desde Hipócrates se sabe que los procesos mentales son cerebrales: que no existe el alma inmaterial e inmortal, invención de teólogos recogida por filósofos que no están al día con la psicología biológica. <br />
<br />
<b>A.L.: Por último, ¿Qué visión tiene del presente o qué consejo nos da para el futuro?</b><br />
M.B.: Andamos muy mal porque estamos asesinando a la naturaleza y porque no practicamos la democracia. Creo que hay que tomar medidas drásticas para salvar la naturaleza y construir sociedades que no se basen en la explotación de las personas y naciones débiles. <br />
Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-70551656253875825992019-03-03T06:02:00.002-08:002019-03-03T06:04:28.123-08:00ENVIDIA COCHINA de LAS RANAS DEL NACIMIENTORecupero <a href="https://drive.google.com/open?id=1z09RzcnRM8fsovpbhDG-pc15DvbHjSIx">esta canción</a>, todo un himno en Coín durante los años noventa.Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-59300540301823865412018-06-28T11:35:00.001-07:002018-06-28T11:35:32.276-07:00RESCOLDOS MENTALESLlega la edición décimo aniversario de EMPACHO INTELECTUAL (2008): RESCOLDOS MENTALES (2018).<br />
<br />
Cuelgo dos archivos: en <a href="https://drive.google.com/open?id=1E-MeZgCWxEgT5ZWmfbshJu8dWHXSZAmo">.epub</a> y en <a href="https://drive.google.com/open?id=1mItgAzpKTaXClFpJf7eypQRA8Fa3jVPU">.pdf</a>. Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-74068448809124157762018-05-14T14:07:00.000-07:002018-05-15T04:07:23.460-07:00ENTREVISTA CON CARLO ROVELLIFísico italiano, autor de La realidad no es lo que parece (2015), <br />
Siete breves lecciones de física (2016) o El orden del tiempo (2018)<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: En El orden del tiempo explica maravillosamente bien cómo el tiempo pasa más deprisa en la montaña que a nivel del mar. Y lo mismo ocurre con la velocidad: el tiempo pasa más deprisa si estás quieto que si estás en movimiento. Me gustaría preguntarle por el orden del tiempo en las partículas elementales.</b><br />
CARLO ROVELLI: Si dos partículas se sitúan próximas la una a la otra, “el tiempo pasa igual” para ellas. Pero no es así cuando se mueven. Por ejemplo, los muones tienen una vida muy corta, pero los que se producen por los rayos cósmicos en la parte superior de la atmósfera bajan a La Tierra muy rápido, tan rápido que el tiempo va más lento para estas partículas. Gracias a esto viven más y sobreviven todo el vuelo.<br />
<br />
<b>A.L.: El tiempo de Planck es el tiempo más breve que podemos medir, una especie de átomo del tiempo. He leído que una investigación reciente replantea esta cuestión.</b><br />
C.R.: Ha habido especulaciones sobre los intervalos mínimos de espacio y tiempo y estos podrían ser mayores de lo que en general se esperaba. Algunas personas creían que eso podría llevar a que se produjeran agujeros negros diminutos en el acelerador de partículas del CERN. Hasta ahora, la naturaleza ha dicho no a esas especulaciones porque no ha aparecido ningún agujero negro.<br />
<br />
<b>A.L.: Describe el tiempo como un conjunto de estructuras o estratos. ¿Están la materia oscura y la energía oscura relacionadas de alguna forma con la comprensión del tiempo?</b><br />
C.R.: No veo una relación directa con la energía oscura. De hecho, creo que esta no es tan misteriosa como se suele decir. La materia oscura, en cambio, es algo misterioso y nosotros estamos investigando una posible relación entre la gravedad cuántica y la materia oscura, pero de momento esto no es más que una especulación alocada.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuál es su opinión sobre el multiverso?</b><br />
C.R.: Por el momento no veo ninguna evidencia interesante para creer en una pluralidad de universos. Si llegan pruebas, las tendré en cuenta. Los multi-universos son un intento de explicar unas cuantas observaciones que contendrían muchísimos mundos; la buena ciencia explica muchas observaciones con pocos elementos.<br />
<br />
<b>A.L.: Su libro es un homenaje muy conmovedor a los físicos Wheeler y DeWitt. Esta no pretende ser una pregunta, sino una simple alabanza a sus hermosas palabras.</b><br />
C.R.: ¡Gracias! Ellos han sido mis héroes intelectuales y también me llegan al corazón.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuál de sus libros recomendaría a los alumnos de instituto? ¿Y a los de universidad?</b><br />
C.R.: Para estudiantes de instituto, recomendaría sin dudarlo Siete breves lecciones de física. Algunos centros italianos ya lo han elegido como lectura recomendada, e incluso como lectura obligatoria. A los estudiantes de universidad les sugeriría Anaximandro de Mileto: el nacimiento del pensamiento científico. Es un libro extraño, pero me encanta.<br />
<br />
<b>A.L.: Gracias por su tiempo. ¿Qué piensa escribir ahora?</b><br />
C.R.: No tengo previsto publicar ningún libro nuevo porque he vuelto a la investigación científica a tiempo completo. Estoy trabajando en los agujeros negros, tratando de comprender lo que, de acuerdo con la gravedad cuántica, ocurre en el centro de estos fenómenos.<br />
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Andrés Lomeña<br />
14 de mayo de 2018Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-5750458650281016392018-05-12T03:29:00.004-07:002018-05-12T03:29:25.531-07:00ENTREVISTA CON DAVID ALWORTH<b>ANDRÉS LOMEÑA: Ha explorado el “mundo palpable” y ha descubierto que los lugares literarios aún son terra incognita. ¿Cómo se ha acercado a los sitios de la literatura como espacios para los encuentros sociales? Y sobre todo, ¿cómo deberíamos revisitar la historia literaria para comprender los lugares de las novelas y de otras ficciones?</b><br />
DAVID ALWORTH: Tengo la sensación de que las localizaciones son un rasgo muy poco explorado en la ficción literaria y en las novelas en particular. Hay muchos libros excelentes sobre personajes, como el de los académicos Deidre Lynch, John Frow y Alex Woloch, pero la discusión sobre los lugares narrativos es difusa y dispersa. Creo que necesitamos una teoría de los lugares que sea comparable a la que se ha desarrollado para los personajes literarios. Idealmente, esa teoría se aplicaría a un amplio espectro de ficciones, desde los principios al presente. Yo empecé con las ficciones estadounidenses de posguerra, ya que esos relatos nacieron en un contexto donde el “lugar” era un término crucial para la producción cultural y literaria. De este modo, me di cuenta de que la historia de la novela es también la historia de la especificación de los lugares: el proceso de definir y delimitar un sitio particular y su sociabilidad. ¿Podríamos haber llegado, por ejemplo, al realismo literario sin lugares como las islas, los barcos, los interiores domésticos, las ciudades y las mansiones? Quizás, pero sería un tipo de realismo muy diferente que podría haberse leído más como ciencia-ficción o fantasía.<br />
<br />
<b>A.L.: Su investigación se acerca al realismo especulativo de Grant Hamilton o a la teoría del actor-red de Latour. Me consta que Eileen Joy trabaja en un libro titulado Weird reading. ¿Qué está sucediendo en el campo literario y cuál es su contribución?</b><br />
D.A.: Mencionas a algunos de los académicos que me han ayudado a pensar en este tema. Quisiera contribuir a este asunto con la idea de que la literatura (y la novela realista en particular) encierra una sociología en sí misma: el esfuerzo por desentrañar el misterio y la complejidad de la vida colectiva, una explicación literaria del flujo fronterizo y transitorio entre personas, cosas y sistemas. En la literatura hay un tratado de las relaciones y la sociabilidad tan robusto como el tratado de la conciencia humana y las cosas materiales que vemos en las novelas de, pongamos por caso, Henry James. Hay un motivo por el cual Erving Goffman trató las novelas como algo más que un tipo de registro social, y es que adaptó las ideas sobre las interacciones sociales de Kenneth Burke, que a su vez adaptó esas ideas de los prefacios de James. La novela, o lo que yo entiendo como novela, es un recurso sociológico de primer orden que nunca puede reducirse a un mero informe sobre la sociedad que la produjo o sobre las mistificaciones ideológicas de la sociedad.<br />
<br />
<b>A.L.: Mi lectura atenta es pobre porque solo consigo ver en algunas ficciones la alienación de los personajes en su entorno. Supongo que no puedo escapar del todo al análisis marxista en forma de inconsciente político que propone Fredric Jameson, algo que usted ha intentado superar. ¿Lo ha conseguido?</b><br />
D.A.: Es difícil rebatir a Jameson y casi imposible estar en desacuerdo con Marx. Ambos pensadores siguen siendo fundamentales para mí. Sin embargo, combato sus abstracciones: sociedad, estructura, clase. No es que yo reniegue de la existencia y la fuerza de esas abstracciones, pero me pregunto si esos conceptos son precisos para el presente. ¿Se sostiene la idea marxista de clase? ¿El concepto de sociedad de Jameson (que toma de Marx y de Durkheim) aún explica la experiencia real de un actor social en la era digital? La respuesta, como sugeriría cualquier pensador dialéctico, es sí y no. Habitamos un mundo social con circunstancias más o menos apremiantes muy dispares a las de finales del siglo XIX, por más que el proceso de modernización y la acumulación del capital que tanto Marx como Jameson discutieron sigan condicionando la producción, la circulación y el consumo de cultura.<br />
<br />
<b>A.L.: Los espacios que analiza son supermercados, vertederos, ruinas, psiquiátricos y carreteras. No sé si la razón del olvido de los lugares en las novelas se debe a la dificultad de reducir las acciones a unos pocos sitios representativos. Después de todo, la maleabilidad de la novela implica que se puede saltar de un espacio a otro. ¿Cuál es su explicación?</b><br />
D.A.: Bajtin caracterizó la novela como un género “plástico” en sí mismo, lo que quiere decir que es una forma infinitamente flexible y fluida. No es ninguna sorpresa que haya sobrevivido en el presente, a pesar de todas las fuerzas culturales desplegadas contra ella. Mi intuición es que la novela continuará existiendo mucho tiempo, probablemente como una forma artística algo obsoleta; no obstante, tal y como advirtió Walter Benjamin, la obsolescencia tiene un gran poder analítico. Seguiremos aprendiendo con las novelas cómo es la vida social en ciertos lugares, más que nada porque la vida social siempre es específica de los sitios o está muy localizada ambientalmente, como cualquier otra forma de vida (tal y como te diría un biólogo). La ciencia-ficción, la fantasía, la literatura de terror y otros ejemplos de la llamada literatura de género no son menos útiles que las novelas de Virginia Woolf o James Joyce para comprender los vínculos sociales.<br />
<br />
<b>A.L.: Pienso en las camas de Oblomov y En busca del tiempo perdido, o en la bañera de El cuarto de baño de Jean-Philippe Toussaint. Encuentro lugares que representan una extraña búsqueda de la inmovilidad. Por el contrario, hay lugares como las carreteras donde el movimiento es el motor del artefacto literario. ¿Qué sitios cree que faltan por analizar? Imagino que no pudo abarcar todos los lugares fértiles para el estudio literario.</b><br />
D.A.: Nunca intenté abarcarlo todo en Site Reading. Esa completitud es una fantasía. En lugar de eso, intenté ofrecer un paradigma productivo para repensar la ficción narrativa en prosa en relación con la vida social y los lugares situados en el espacio y el tiempo. La esperanza que albergo es que mi análisis sea útil para otros académicos. La ambición de completitud se convierte así en algo más que una fantasía: se vuelve una aspiración colectiva. ¿Qué pasaría si leemos las novelas como intentos de entender la vida social en lugares específicos, es decir, como explicaciones microsociológicas de experiencias individuales en la colectividad? No sé la respuesta. Todo lo que sé es que la colectividad se manifiesta en localizaciones materiales, al igual que la subjetividad, la conciencia y la individualidad se manifiestan a través de personas completamente corporeizadas. Deberíamos prestar atención a cualquier tipo de lugar con la misma intensidad con la que hemos observado a las personas y las cosas.<br />
<br />
<b>A.L.: No bromeo al decirle que esperaba con ansiedad un libro sobre las portadas de libros… y usted lo ha escrito, aunque aún no se ha publicado. ¿Nos puede anticipar algo?</b><br />
D.A.: El libro sobre las portadas de libros aún está en desarrollo. Me alegra mucho que quieras adelantar algo sobre él, pues eso hace que me sienta alguien de provecho, así que gracias. Es un proyecto colaborativo con el diseñador Peter Mendelsund. Él está elaborando todas las imágenes y diseños mientras que yo me encargo de la escritura. Es un experimento transmediático, una verdadera colaboración. Nuestro objetivo es entender mejor si las portadas de libros se pueden entender como arte o simplemente como publicidad. Nosotros creemos que son artísticas, pero reconocemos que las portadas de libros se sitúan en los confines de la literatura y de este modo conforman un espacio limítrofe entre el texto y el mundo, así que no es arte en el sentido tradicional del término. Pero, ¿acaso seguimos pensando que el arte es un espacio privilegiado y separado de su entorno mediático y cultural?<br />
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Andrés Lomeña<br />
12 de mayo de 2018Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-37730387204087491932018-03-10T06:19:00.002-08:002018-03-10T06:19:30.837-08:00ENTREVISTA CON SHEILA TAORMINA<i>La única deportista olímpica en tres modalidades diferentes (natación, triatlón y pentatlón) presenta la segunda edición de su libro Swim Speed secrets.</i><br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Su libro Nadar más rápido en todos los estilos empieza con una referencia a cómo dominar un deporte a partir de las diez mil horas de entrenamiento. Usted nadó unas doce mil horas antes de entrar en el equipo olímpico. ¿Cuántas horas llevará ya?</b><br />
SHEILA TAORMINA: No soy una firme defensora de la regla de las diez mil horas. Creo mucho más en una práctica decidida y deliberada. En otras palabras, si una persona practica concienzudamente más de tres mil horas, creo que es más valioso que hacer diez mil horas de forma mecánica. Dicho esto, pienso que cuanta más práctica se tenga, mejor se llega a ser, asumiendo que haya tiempo suficiente para recuperarse del ejercicio. Una persona necesita descansar después de periodos de prácticas muy específicos. Si no descansa, puede terminar quemada o sobrecargada.<br />
No sé exactamente cuántas horas he practicado entre 1996 y 2018 porque no hice ningún deporte entre 1996 y 1998, y desde 2008, cuando me retiré de los deportes competitivos, he sido muy irregular con mi rutina de nado. Supongo, no obstante, que durante mis años de triatlón (desde 1999 a 2004) nadé una media de seis horas a la semana durante 48 semanas. Esto suma 288 horas al año. Si lo multiplicamos por cinco años, eso da alrededor de 1.440 horas de nado durante mis años de triatlón. En mis años de pentatlón entrené algo menos de natación, así que calculo unas cinco horas a la semana durante las mismas semanas. Eso son 240 horas al año. Estuve en pentatlón desde 2005 a 2008, así que esto son 4 años por 240 = 960 horas. Si sumamos las 960 horas de los años del pentatlón más las 1.440 del triatlón, tenemos 2.400 horas de nado entre 1999 y 2008. Desde ese año habré nadado unas dos horas a la semana durante cincuenta semanas, lo que supone cien horas al año. Estoy sorprendida… no está nada mal. No era consciente de lo mucho que he nadado. Esto suma un total de mil horas de natación desde que me retiré de la competición. Por tanto, unas 3.400 horas desde 1996.<br />
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<b>A.L.: En su libro ha explicado perfectamente las teorías de los vórtices en el agua de Cecil Colwin y la teoría de la resistencia de Ernest Maglischo. Reconoce la importancia de los dos paradigmas. En todo caso, ¿cuál de ellos elegiría si tuviera que enfatizar solo uno?</b><br />
S.T.: Las teorías de Colwin y de Maglischo son valiosas, pero si tuviera que elegir una me quedaría con la de Maglischo. Creo que un nadador acelera el agua hacia atrás para tomar impulso hacia adelante del mismo modo que un reactor de propulsión. Tenemos que tener en cuenta que la resistencia y la tercera ley de Newton en un fluido es diferente a como funciona con los sólidos. Con un fluido, tiene que haber aceleración (un cambio de velocidad). En la nueva edición de mi libro Swim Speed Secrets, que salió hace unos días, profundizo en el cambio de velocidad de la mano. <br />
También me gustaría reconocer la teoría de los vórtices de Colwin porque me gusta la idea de la acción rotatoria de las extremidades. La posición del húmero y su articulación con el hombro cambian cuando este progresa a través de las fases propulsoras de la brazada y esto habría que tenerlo en cuenta. Colwin es el único entrenador que conozco que ha desarrollado este tipo de acción de las extremidades. Por tanto, aunque no estoy de acuerdo del todo con la propulsión de los vórtices, los conceptos rotatorios son muy importantes.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cómo han evolucionado los entrenamientos? Se entrena más y los tiempos siguen bajando...</b><br />
S.T.: Hay un debate muy interesante en los círculos de la natación sobre cuánto entrenamiento es ideal. No creo que los tiempos estén mejorando por el aumento del volumen de trabajo. Ahora mismo estoy llevando a cabo un estudio de la Universidad de Georgia sobre los planes de entrenamiento de los equipos de natación. Estoy comparando los planes de entrenamiento de 1993-1994 (cuando Georgia era un buen equipo, pero no era excepcional y nunca tuvo una medalla olímpica) con los de 2015-2016 (cuando Georgia ha ganado siete campeonatos de la NCAA y ha metido a siete nadadores en el equipo olímpico de Río). No he terminado el estudio, así que no puedo hacer afirmaciones categóricas, pero ya tenemos algo. Hay una gran diferencia en el entrenamiento de las piernas. La patada se valora y se entrena mucho más ahora que en los ochenta y en los noventa. Una patada de calidad que dé potencia es una gran característica en los entrenamientos actuales. Creo que los nadadores consiguen mucho más de la “tracción trasera”.<br />
Por último, los ejercicios de fuerza de los nadadores (el entrenamiento en el gimnasio) es mucho más sofisticado ahora.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuántas brazadas se recomiendan antes de respirar? Los nadadores suelen respirar para observar a los rivales, así que también querría preguntarle si estos deberían centrarse en la técnica de nado o en controlar a sus contrincantes.</b><br />
S.T.: Parece que los nadadores de ahora respiran con más frecuencia que en el pasado. Con la excepción del cincuenta metros a estilo libre (durante el cual se respira una o dos veces nada más), los atletas suelen respirar cada brazada a un lado, o alternan la respiración cada tres brazadas. Incluso en las pruebas de cien metros algunos nadadores respiran cada brazada, mientras que otros respiran cada dos ciclos completos de brazos (cada cuatro brazadas). Esto me sorprendió mucho. Mi opinión es que desde que los nadadores tienen más masa muscular (por los entrenamientos de fuerza que ya he mencionado), necesitan más oxígeno para los músculos. Aquí no me remito a ninguna investigación, solo se trata de mi opinión.<br />
Los estudios muestran que la velocidad hacia adelante disminuye cuando se respira, así que el análisis coste-beneficio dice, como resulta obvio, que el oxígeno que va a los músculos es más importante que el ligero descenso de la velocidad.<br />
No estoy de acuerdo con los atletas que respiran con mayor frecuencia por los beneficios psicológicos de ver la competición. Los nadadores pueden saber cómo se desarrolla la competición sin necesidad de hacer respiraciones adicionales para calcular su posición. Por ejemplo, en la mariposa y en la braza, si hubiera una ventaja psicológica significativa al ver la prueba, entonces los atletas girarían la cabeza hacia el lado cuando la sacan del agua. No vemos que lo hagan con frecuencia. Los nadadores ven a los rivales a estilo libre porque es más eficiente girar la cabeza al lado durante la brazada. En resumen, los atletas respiran con tanta frecuencia como necesiten para obtener la cantidad óptima de oxígeno y no calculan el número de respiraciones en base a la frecuencia con la que necesitan ver a los demás nadadores.<br />
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<b>A.L.: ¿Cuáles son sus carreras favoritas?</b><br />
S.T.: Mis carreras favoritas no son las típicas que tenemos en mente cuando pensamos en las Olimpiadas. Desde luego que disfruto con la rivalidad entre los mejores, como Le Clos y Phelps; sin embargo, en las Olimpiadas siempre me inspiran esas eliminatorias en las que el atleta de un país remoto rompe el récord nacional. Puede que no esté tan cerca como para llegar a la final, pero el espíritu de los juegos está vivo cuando vemos a los mejores de cada país dando lo mejor de sí mismos. Se me saltan las lágrimas con esas pruebas. También me encanta ver a los que optan a medalla. La prueba de doscientos metros es mi preferida en todos los estilos, y también los doscientos metros estilos porque ahí es donde hay más estrategia.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Qué nadadores nos recomendaría por su espíritu o personalidad?</b><br />
S.T.: Aleksandr Popov, por ejemplo. Les hablo a los nadadores de él en cada concentración. Hizo cincuenta metros libre en 21.6 segundos hace casi dos décadas y el oro olímpico en 2016 estuvo en 21.4 segundos. Popov no tenía bañadores especiales ni los trampolines de ahora. Él es un fuera de serie como atleta.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Qué estilo ve más prometedor en los próximos años?</b><br />
S.T.: No sé cómo va a evolucionar la natación en cada campeonato, pero creo que seguirá progresando en general y en las pruebas largas en particular. En las grandes distancias puedo ver a los atletas manteniendo la distancia por brazada mientras entrenan una frecuencia más rápida. Creo que eso es lo que hace Ledecky. En la nueva edición de mi libro muestro que la distancia por brazada es un efecto de la mecánica de la brazada, es decir, hasta dónde se desplaza el cuerpo como resultado de la acción de la brazada. En cuanto a la frecuencia, es un efecto de los entrenamientos. De ahí que diga: “El entrenamiento importa”. Los nadadores no pueden mantener la distancia por brazada y la frecuencia a menos que entrenen para lograr esa combinación. Algunos nadadores mantendrán esos ritmos durante la mitad de la carrera e incluso un poco más, pero aquellos que entrenen para mantenerlo más tiempo batirán los récords. Escuché que Popov entrenó de esta manera incluso para el cincuenta metros libre. Él no permitió que la frecuencia bajara ni siquiera en los dos o tres ciclos de brazadas finales.<br />
<br />
<b>A.L.: He leído que la lectura y la natación son bastante similares porque son actividades solitarias y muy gratificantes. Necesitamos una buena novela sobre la natación.</b><br />
S.T.: Nunca he pensado en las similitudes entre la natación y la lectura o la escritura. Tienes razón. Ambas me encantan por las características que señalas. Me sumo a tu esperanza de que un día haya una gran novela sobre la natación.<br />
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9 de marzo<br />
Andrés LomeñaAndresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-11075459062781561662018-03-01T00:43:00.000-08:002018-03-01T00:43:19.890-08:00CONTRA LA LECTURA: ENTREVISTA CON MIKITA BROTTMAN<i>La autora de Contra la lectura (Blackie Books, 2018) nació en Sheffield en 1966. Es doctora en literatura inglesa, psicoanalista y profesora en el Maryland Institute College of Art, en Baltimore.</i><br />
<br />
<b>ANDRÉS LOMEÑA: Su libro Contra la lectura empieza con una comparación entre los placeres de la lectura y las consolaciones de la masturbación. Sé que el título no tiene que leerse de forma literal, ya que usted defiende el acto de lectura, pero no su idealización sistemática. Me pregunto qué tipo de reacciones ha provocado el libro en profesores, pedagogos y otras personas de humanidades.</b><br />
MIKITA BROTTMAN: Cualquiera que lo haya pensado un instante, sabe que en realidad no me opongo a la lectura. La mayoría de personas con algo de juicio se dieron cuenta de que el título no iba en serio. Las personas de humanidades que han leído y analizado la obra parecían estar de acuerdo conmigo, al menos la gente de la universidad. Creo que muchos lo ven del mismo modo que yo: están cansados de la presuposición irreflexiva de que la lectura, por su propia naturaleza, es virtuosa. También creo que muchos temen decirlo.<br />
<br />
<b>A.L.: Su argumento principal es que el acto de lectura no desemboca necesariamente en la mejora del ser humano. Agradezco de veras su mordacidad porque creo que el humanismo es bastante ingenuo a la hora de destacar el valor social de la literatura. ¿Cuál ha sido la razón principal para concebir su proyecto? No sé si prima su enfado hacia los profesores de literatura que tuvo, lo ridículo que le parecen los clubes de lectura o el hartazgo del elitismo interpretativo en la literatura.</b><br />
M.B.: Pues justo todo lo que estás señalando. Quería poner este fetichismo de la lectura en un contexto cultural e histórico más amplio para mostrar que el acto de leer solo se ha considerado virtuoso desde hace muy poco (antes era malo, o una pérdida de tiempo, o pecaminoso). Así bajarían a La Tierra algunos. Quería ofrecer un contrapeso. Además, quería recordar que la lectura puede ser muy poco práctica y que no te hace forzosamente más feliz ni mejor persona. Es suficiente con que nos proporcione placer. No hay necesidad de justificarla en base a ese humanismo social del que hablas.<br />
<br />
<b>A.L.: Cumbres borrascosas fue una mala herramienta para su educación sentimental. En mi caso, El guardián entre el centeno no consiguió el efecto deseado. Además, Werther me transmitió una idea totalmente equivocada sobre el amor. ¿No será que usted quería atacar el idealismo y el romanticismo en la literatura?</b><br />
M.B.: Estoy convencida de que hay un momento para el idealismo y para el romanticismo. Ese momento se da cuando eres más mayor y has experimentado el amor y las relaciones románticas, y necesitas algo sobre lo que fantasear; así puedes seguir creyendo en esas ideas y recordar días llenos de pasión. Cuando eres una chica y no has tenido una sola relación, no creo que sea de mucha ayuda creer que vas a conocer a una persona especial a la que serás fiel toda la vida. Ahí necesitas dosis de realismo. Cuando eres más mayor y también más cínico respecto a la condición humana, entonces te viene bien el idealismo.<br />
<br />
<b>A.L.: En su libro rescata una historia muy divertida de David Lodge en la que unos profesores de literatura confiesan las grandes obras maestras que no han leído. Uno de ellos menciona Hamlet y su trayectoria académica se va al traste. ¿Qué grandes novelas no ha leído? No tenga miedo, yo aún no he podido con Ana Karenina, El conde de Montecristo o Grandes esperanzas...</b><br />
M.B.: ¡Hay muchas! No creo que sea algo de lo que avergonzarse. Cada uno tiene sus gustos. He intentado leer Finnegan's Wake más de una vez y nunca llegué muy lejos. Lo mismo con el Ulysses. Tampoco he leído El conde de Montecristo ni Robinson Crusoe. Nunca he leído las obras históricas de Shakespeare. Me cuesta leer obras poco narrativas sin muchos personajes femeninos. Es solo mi gusto personal.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Qué piensa de los derechos del lector de Daniel Pennac?</b><br />
M.B.: Pennac se dirige a una mayoría que se siente culpable porque no disfruta con la lectura o no lee lo suficiente. Yo me dirijo a una minoría que lee demasiado. No me gusta su “derecho a leer en voz alta” porque eso puede ser muy molesto, del mismo modo que puede ser molesto que alguien haga ruido, ya sea un bebé llorando o un adulto hablando por el móvil. No hay nada especial en el ruido de alguien que lee. ¡Guárdatelo para ti!<br />
<br />
<b>A.L.: Sé que esto no es una competición, pero tengo que preguntarle cuántos libros lee al año.</b><br />
M.B.: Esta es una de las preguntas que transforman los libros en un fetiche. Nunca he intentado contarlo y no sabría cómo hacerlo. Leo algunos libros de pe a pa, pero qué hacemos con las obras de referencia que no he leído y que consulto. O con las que leí en su mayor parte, pero no terminé. Mi novio y yo nos leemos el uno al otro y alternamos capítulos a diario. ¿He leído esos libros? También escucho muchos audiolibros y he releído un montón de obras. ¿Cómo debería contabilizar?<br />
<br />
<b>A.L.: ¿No ha pensado en escribir una secuela? Ya le digo yo el título: La mortificación solitaria. Contra la escritura.</b><br />
M.B.: ¡Es una gran idea y un título magnífico! La escritura también está idealizada como si fuera una virtud en sí misma, al margen de lo que escribas. Hay numerosos grupos de escritura creativa, talleres, clubes y clases. Hace poco descubrí una tendencia muy popular en Estados Unidos donde un grupo de personas se conoce en una cafetería o en un bar solamente para escribir. Me imagino que la idea de estar juntos servirá de ayuda, pero la escritura es una actividad solitaria. Si quieres escribir, simplemente escribe. No necesitas arreglarte ni salir a conocer gente para escribir. Eso es lo que haces cuando has terminado y necesitas un descanso.<br />
<br />
<b>A.L.: Díganos un libro que recomendarías para quedarse dormido.</b><br />
M.B.: Oblómov de Iván Goncharov.<br />
<b>- Otro para acostarse con alguien.</b><br />
M.B.: Los 120 días de Sodoma del marqués de Sade.<br />
<b>- ¿Y para reír?</b><br />
M.B.: A Rationale of the Dirty Joke de Gershon Legman [un análisis cultural e histórico de más de dos mil bromas y cuentos tradicionales].<br />
<b>- Una obra para llorar.</b><br />
M.B.: Or Not to Be: A Collection of Suicide Notes de Marc Etkind [sobre las notas de suicidio de personalidades como Van Gogh o Sylvia Plath].<br />
<b>- Algo para leer en el váter.</b><br />
M.B.: Halo in the Sky: Observations on Anality and Defense de Leonard Shengold [un estudio psicoanalítico y literario de la fase anal freudiana].<br />
<b>- Por último, un libro para saber morir.</b><br />
M.B.: El último recurso de Derek Humphry [un manual para moribundos sobre cómo suicidarse].<br />
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1 de marzo de 2018<br />
Andrés LomeñaAndresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-83002213121367612652017-11-30T11:36:00.001-08:002017-11-30T11:36:46.437-08:00EL PERIODISTA DE PARTÍCULASMe alegra mucho "publicar" este libro digital. He reunido las once entrevistas sobre física que aparecieron en el blog Naukas. Además, he escrito un prólogo donde intento dar coherencia a un proyecto que parecía algo deslavazado. ¡Ahí va!<br />
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<a href="https://drive.google.com/open?id=1ffEIb6B2NcxYRTD-15iBKe1oh7U5BzoA">EL PERIODISTA DE PARTÍCULAS</a>Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-38372521874737035082017-11-01T02:44:00.004-07:002017-11-01T03:15:25.583-07:00ENTREVISTA CON STEVE KEENProfesor de economía en la Universidad de Kingston, crítico postkeynesiano de la economía neoclásica y experto en la hipótesis de la inestabilidad financiera de Minsky. Es el autor de La economía desenmascarada y una de las voces que anticipó la crisis de 2007. Puedes seguirle y apoyar sus proyectos en www.patreon.com/profstevekeen<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: En La economía desenmascarada, usted señala que la mayoría de los errores y sesgos de la escuela neoclásica son falacias de agregación. Explica, por ejemplo, que la curva de la demanda no es necesariamente decreciente, sino que puede adoptar casi cualquier forma. ¿Cuál es la crítica a la economía neoclásica más aceptada? ¿Qué reacciones ha tenido su obra?</b><br />
STEVE KEEN: Tienes razón en que la mayoría de los errores de la economía neoclásica se reducen a falacias de agregación. Hay dos razones para entender por qué sucede esto. En primer lugar, los neoclásicos lo intentan derivar todo de sus elegantes fundamentos microeconómicos, que son empíricamente falsos. Sabemos por la teoría de sistemas complejos que eso no se puede hacer: “La psicología no es biología aplicada”, por citar al Nobel de Física Philip Anderson. En segundo lugar, incluso si esas inferencias fueran posibles, imposibilitaron las agregaciones al partir de una teoría subjetiva del valor.<br />
Los jóvenes estudiantes de economía parecen estar muy influenciados por La economía desenmascarada, lo cual me halaga, ya que ellos han sido uno de mis dos objetivos principales (el otro público al que me dirigía estaba compuesto por los activistas de áreas como el cambio climático, la lucha contra la pobreza o la justicia social, enterrados con frecuencia por el discurso de los economistas). Hay una aceptación bastante extendida de mis críticas a la economía neoclásica por parte de economistas no neoclásicos, así como de mis críticas a la economía marxista por parte de no marxistas. Los neoclásicos rechazan todas las críticas excepto una que ellos mismos desarrollaron y las banalizan en lugar de tomárselas en serio. Los marxistas se comportan del mismo modo respecto a las críticas de la teoría del valor-trabajo. <br />
Dentro de la economía neoclásica, la única crítica que han aceptado es la del llamado teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu según el cual no podemos derivar una curva de la demanda del mercado descendente simplemente añadiendo curvas de demanda de individuos heterogéneos que consumen bienes heterogéneos. Los neoclásicos tergiversaron la conclusión y sostienen que es válido usar un “agente representativo” o asumir que todos los individuos tienen curvas de Engel lineales y paralelas, lo que significa que se asume que todos los bienes y todos los consumidores son idénticos (curvas de Engel lineales y paralelas quiere decir que el consumo no cambia cuando cambian los ingresos, lo que implicaría que no hay bienes de lujo ni necesidades).<br />
Es irónico que los neoclásicos hayan terminado por evitar la crítica a sus teorías asumiendo una condición que socava sus propios fundamentos. Si todos los bienes son idénticos, entonces no tiene sentido el concepto de “precios relativos”, que es una creencia cuasi religiosa. Además, en sus propios círculos están deseando admitir que algunas críticas importan (como en algunas discusiones sobre el teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu), pero cuando un outsider como yo señala las posibles implicaciones que tienen, simplemente te insultan. Aquí tienes algunos casos representativos que ocurrieron en 2012:<br />
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http://www.creditwritedowns.com/2012/04/banks-matter-krugmans-barter-mysticism.html<br />
http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/04/02/oh-my-steve-keen-edition/<br />
http://www.debtdeflation.com/blogs/2012/04/04/krugman-apologises/<br />
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Los neoclásicos se comportan como trolls con sus críticos y esos ataques solían funcionar antes de la crisis financiera porque el público aceptaría que eran expertos y que los críticos estábamos muy mal informados. Después de la crisis global de 2008 ya no pudieron escabullirse, aunque tienden a comportarse del mismo modo.<br />
En cuanto a las demás críticas, aquellas desarrolladas por otros economistas no neoclásicos como Piero Sraffa (más la que yo añadí sobre las falacias lógicas de la competencia perfecta marshalliana), los neoclásicos las rechazan o argumentan que han hecho cambios a la teoría que las tienen en cuenta. Respecto a mi crítica, confunden la teoría de juegos de Cournot (que es matemáticamente válida, aunque sea localmente inestable) con la de Marshall, que era la que yo estaba criticando, y ya de paso me menosprecian. Es frustrante, pero no es diferente a intentar convencer a los mormones de que el libro de los mormones es una fantasía.<br />
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<b>A.L.: Conozco a muchos economistas que se han formado con el manual de Mankiw, que usted desaprueba. ¿Qué libro recomendaría a los estudiantes para que aprendan macroeconomía? ¿Y para la microeconomía? Le preguntaría por la mesoeconomía, pero ni siquiera tengo claro que sea un campo relevante para usted.</b><br />
S.K.: Para llegar a ser economista, primero sugeriría aprender dinámica de sistemas, si es que se imparte en tu universidad, o hacer cursos básicos de matemáticas (cálculo básico y álgebra, así como ecuaciones diferenciales, incluyendo las propiedades básicas de los sistemas no lineales de tercer grado), y también estudiar historia y centrarse en los siglos que van del XVII al XIX, lo que incluirá la evolución del capitalismo (recomendaría un curso en historia económica, pero la mayoría de las universidades ya no los ofrecen). Luego lee un libro sobre la historia del pensamiento económico como el de Bruce Caldwell. Por último, puedes leer mi libro y también el de John Blatt sobre dinámica de sistemas económicos.<br />
La microeconomía es inútil tal y como se enseña en los manuales. Es mejor leer la teoría del precio del postkeynesiano Fred Lee, que abarca setenta años de investigación empírica de las estructuras de costes de las empresas reales, lo que no guarda ninguna relación con los modelos de broma que salen en manuales como el de Mankiw. <br />
El concepto meso es sensato. La interacción de muchas entidades diferentes genera lo que nosotros observamos como macroeconomía y la idea que implica lo meso sobre las relaciones entre los individuos y las dinámicas agregadas es significativa.<br />
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<b>A.L.: ¿Los postkeynesianos intentan crear una economía alternativa completa?</b><br />
S.K: Estamos intentando desarrollar una economía alternativa para reemplazar la neoclásica del mismo modo que Brahe, Kepler, Copérnico, Galileo y Newton desarrollaron una alternativa a la cosmología ptolemaica. El problema para lograr esa finalidad es que los postkeynesianos no comparten una teoría del valor como sí hacen los neoclásicos o, de un modo muy distinto, los marxistas, así que hay muchas disputas entre los postkeynesianos para producir una visión coherente y aceptada de la economía. Lakatos dijo que los programas de investigación científica tenían un núcleo de creencias que los definían: los neoclásicos y los marxistas lo tienen, los postkeynesianos aún no.<br />
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<b>A.L.: ¿Cuál es su postura frente a los bienes Giffen? A propósito, no le pregunto por otros conceptos porque se escapan a mi entendimiento, así que igual le conviene publicar una versión abreviada y sencilla de La economía desenmascarada.</b><br />
S.K.: El concepto de los bienes Giffen fue un intento de explicar la gran hambruna irlandesa desde una perspectiva neoclásica y son un mito: están para que parezca que la regla siempre es la curva de la demanda descendente, pero tal y como sostengo en el libro, los neoclásicos ni siquiera pueden inferirla de su propia teoría.<br />
Tengo presión en dos direcciones opuestas: algunas personas quieren que escriba una versión simplificada y otros que publique una versión con todos los desarrollos matemáticos. Supongo que debería hacer las dos, pero el problema es dónde hallar el tiempo para hacerlas.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué puede anticiparnos de la tercera edición de su obra?</b><br />
S.K.: Añadí muchas críticas a la macroeconomía de los neoclásicos en la segunda edición y mostré un poco de la alternativa monetaria postkeynesiana. Desde entonces, como tuve que diseñar el software de Minsky, he aprendido mucho sobre dinero y modelización monetaria, así que cambiaría sustancialmente los capítulos sobre la teoría monetaria.<br />
También reordenaría el libro. Ya no necesito la visión general del mundo que aparece como punto de partida, ya que la crisis volvió a la gente mucho más abierta a aceptar que debían existir sesgos en la teoría económica si apenas advirtió el mayor acontecimiento económico del pasado siglo (tampoco se predijo la Gran Depresión). Empezaría con todas las cosas que son categóricamente verdaderas: las empresas dan con los costes unitarios decrecientes cuando aumentan la producción, los consumidores no maximizan la utilidad, los bancos, el dinero y la deuda son esenciales en el capitalismo, el equilibrio es algo más bien dinámico en el sentido que le dio Keynes, y así sucesivamente. Y luego abordaría las críticas.<br />
También añadiría muchas ideas sobre la energía. He encontrado el modo de incorporarla en los modelos de producción durante el último año, y eso haría más fácil tener secciones en el libro sobre energía y ecología.<br />
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<b>A.L.: Recomiéndenos un libro.</b><br />
S.K.: Los desposeídos de Ursula K. Le Guin. Es una historia de ciencia-ficción, lo que permite a la autora explorar conceptos que serían muy difíciles de imaginar en un plano más realista. La novela es magnífica.<br />
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<b>A.L.: Una película.</b><br />
S.K.: Los héroes del tiempo de Terry Gilliam. Una comedia fantástica y descabellada al estilo Monty Python.<br />
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<b>A.L.: ¿Paul Krugman o Stiglitz?</b><br />
S.K.: Stiglitz. Al menos Joe sabe que hay alternativas al DSGE [equilibrio general dinámico estocástico] y al modelo IS-LM.<br />
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<b>A.L.: Díganos algo positivo sobre el euro.</b><br />
S.K.: El diseño de los billetes está muy bien. Cuando se vuelvan obsoletos y las economías europeas vuelvan a las monedas nacionales que nunca debieron abandonar, los viejos euros serán útiles para decorar o empapelar.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué le viene a la mente cuando escucha hablar sobre la teoría monetaria moderna?</b><br />
S.K.: Muchas cosas, aunque sobre todo la importancia de tener una comprensión realista de la creación del dinero. Es absurdo que la escasez sea lo más fácil del mundo para crearlo, pero también es importante tener más de una perspectiva en economía. La TMM te permite entender algunas cosas sobre la creación de dinero y sobre la ausencia de restricciones monetarias en el gasto gubernamental. En cambio, no te permite comprender las complejas dinámicas de una economía capitalista. Para eso necesitas conocimientos en sistemas dinámicos y complejos.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué opina de una Renta Básica Universal?</b><br />
S.K.: Estoy a favor por varias razones. La principal es que asumo que la robótica y la inteligencia artificial reemplazarán la mayoría de trabajos productivos actuales, trabajos que estén directamente relacionados con la creación de bienes y servicios reales. Muchos trabajos, por no decir la mayoría, merecen la caracterización que David Graeber acuñó: trabajos de mierda. Alrededor del ochenta por ciento del empleo actual no produce ningún resultado físico y algunas actividades están asociadas a la creación de deuda.<br />
Muchos postkeynesianos apoyan el Trabajo Garantizado antes que una Renta Básica Universal basándose en que sería más eficaz que dar un salario. Creen que los ciudadanos se volverían perezosos si no se les pide que trabajen para vivir. Yo creo que esa visión es tremendamente puritana (veo a gente muy ocupada con el baile, los deportes o la creación artística).<br />
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<b>A.L.: ¿A cuál de estos economistas prefiere? Jean Tirole, Oliver Hart y Richard Thaler.</b><br />
S.K.: Richard Thaler, Oliver Hart y con una puntuación muy negativa, Jean Tirole.<br />
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<b>A.L.: ¿Se atreve a pronosticar quién ganará el Nobel de Economía en 2018? ¿Paul Romer?</b><br />
S.K.: Mi predicción es que será alguien ligeramente a la izquierda del centro del tablero económico que trabaje en el territorio fronterizo del pensamiento neoclásico. Pero sí, Romer si intentaran una especie de redención tras la crisis financiera global, una expiación del estancamiento secular. Si se lo dan a alguien como Summers vomito...<br />
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1 de noviembre de 2017Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-39326795999974050892017-10-26T08:51:00.000-07:002017-10-26T08:52:04.158-07:00ENTREVISTA CON MARK SAINSBURYAutor de FICCIÓN Y FICCIONALISMO.<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: El ficcionalismo tiene que ver con las cosas que somos capaces de pensar. Estas no tienen valor en los términos habituales de verdad o falsedad, de manera que están gobernadas por otro tipo de normas, como la adecuación empírica o la utilidad. Me gustaría preguntarle si este enfoque es parte del legado pragmatista.</b><br />
MARK SAINSBURY: El ficcionalismo consiste en que deberíamos tratar el “discurso” como una “ficción”: el discurso no aspira a ser verdadero, sino más bien útil. El ficcionalismo en la aritmética dice que los números deberían considerarse como entes tan (o tan poco) reales como Don Quijote o Sherlock Holmes. La cuestión en aritmética no es tanto describir un supuesto reino de los números, sino ayudarnos en proyectos prácticos (la construcción de puentes, por ejemplo). <br />
Del mismo modo, la ficción no aspira a ofrecer descripciones directas de la realidad, sino a ser útil en varios sentidos: entretener, agradar, elevar o instruir. La conexión con el pragmatismo es engañosa. Los pragmatistas sostienen que lo verdadero es lo útil, así que no podrían distinguir entre una ficción útil y una verdad. Así, podríamos decir que son en cierto modo ficcionalistas en la medida en que reconocen el valor de la utilidad. También podríamos decir que no tienen los recursos para declararse ficcionalistas, ya que no hacen distinciones entre la verdad y la utilidad. Creo que la segunda opción es la más acertada.<br />
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<b>A.L.: De acuerdo con la novela El ferrocarril subterráneo de Colson Whitehead, habría trenes reales transportando esclavos hacia la realidad, incluso aunque ese ferrocarril subterráneo fue simplemente un grupo clandestino que luchaba por la abolición de la esclavitud, según sabemos por los hechos históricos. Whitehead sería un “literalista” de la historia oficial al transformarla para sus propósitos literarios.</b><br />
M.S.: Tal y como dices, una ficción puede integrar hechos reales, de una forma simple como en Guerra y Paz o de maneras más sutiles, lo que implica alguna capa metafórica adicional, como en el libro de Whitehead que mencionas. Me temo que los ficcionalistas filosóficos no prestan atención a esos aspectos sutiles de la ficción.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué implican los narradores no fiables para el ficcionalismo?</b><br />
M.S.: Podemos hablar de una verdad-en-la-ficción y la necesitamos para comprender lo que ocurre. Un narrador no fiable se aleja de la verdad ficcional y a su vez es parte de la ficción. Algo puede ser verdadero en la ficción, pero también un personaje en la ficción puede decir algo falso. No he notado que estos matices preocupen a los ficcionalistas, pero deberían tenerlos en cuenta. Por ejemplo, decimos que las personas cuyos puntos de vista morales difieren de los nuestros están equivocadas: los demás tendrían falsas creencias morales. El ficcionalista moral podría ver esto como una muestra de que alguno de nosotros es un narrador poco fiable: uno de nosotros ha cometido un error sobre lo que representa la ficción de la moralidad.<br />
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<b>A.L.: También hay inconsistencias en muchas obras literarias, como objetos que aparecen y desaparecen en la ficción porque el autor olvidó que su personaje los tenía. ¿Qué explicación ofrece el ficcionalismo?</b><br />
M.S.: Los ficcionalistas en realidad no ofrecen explicaciones de la ficción, solo reclaman que sus temas dentro del ficcionalismo (las matemáticas o la moralidad) deberían considerarse una ficción. Sería un motivo de disputa decidir si una ficción inconsistente puede resultar útil. Hay filósofos que seguramente creerían que sí (Graham Priest sería un buen ejemplo de esto).<br />
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<b>A.L.: ¿Hay algunas propiedades esenciales en la ficción, una haecceitas?</b><br />
M.S.: Hay personajes ficcionales en el sentido banal de que hay ficciones en las que aparecen los personajes. Cuando alguien escribe una novela, solo añade los habitantes del mundo al texto. Esos personajes no existen, de modo que no constituyen una verdad o una mentira metafísica. Solo hay verdades ficcionales y estas representan una función de lo que el autor ha decidido contar.<br />
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<b>A.L.: La oración Anna Karenina es más inteligente que Emma Bovary parece verdadera, pero no pertenece al mismo marco de referencia, son mundos de ficción diferentes.</b><br />
M.S.: Así es. He intentado mostrar cómo el pensamiento podía ser verdadero incluso cuando no hay personajes ficcionales: la verdad es relativa a ciertas presuposiciones, pero nunca es real ni absolutamente verdadera.<br />
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<b>A.L.: Puedo pensar en un pegaso combinando la idea de caballo con el concepto de alas, y también puedo imaginar que la gente no muere de cáncer, aunque no sea capaz de imaginar una cura específica. En cambio, no sé si realmente puedo pensar en una una hidra con “infinitas” cabezas o visualizar un triángulo de cuatro ángulos.</b><br />
M.S.: No veo ningún problema en una hidra con infinitas cabezas: aunque se las cercenes, sigue conservando otras. Como no creo que haya personajes de ficción en el mundo real, esto no supone ningún desorden para mí. Puedes entender mi libro como un intento de justificar la visión de Bertrand Russell de que la lógica ya no puede consentir un unicornio que la zoología permita.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué le llevó a investigar la ficción?</b><br />
M.S.: Hay una larga tradición a la hora de pensar la representación como una relación entre las palabras y las cosas. En la filosofía analítica de finales del siglo XX llegó a ser la visión estándar, e implicaba que cualquier nombre o representación genuina que significara algo tenía que poseer un portador o referente. Esto conlleva un dilema: o las palabras como pegaso carecen de significado o tienen portadores. Ninguna de las alternativas era plausible. En Referencia sin referentes intenté combatir, tal y como puedes suponer por el título, la postura que conduce a este problema y llevé esa visión general más allá en Ficción y Ficcionalismo para poder aplicarla a los nombres ficticios.<br />
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<b>A.L.: Recomiende una novela...</b><br />
M.S.: Acabo de leer La casa de los nombres de Colm Toibin y me ha parecido realmente buena. Para aquellos a los que les interese la filosofía de la ficción, trata la cuestión de si el personaje de Electra escrito por Toibin es el mismo que el de la obra de Esquilo.<br />
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<b>A.L: Un libro de filosofía que merezca la pena...</b><br />
M.S.: Me gusta Las variedades de la referencia de Gareth Evans.<br />
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<b>A.L.: Díganos algo sobre Kripke y Lewis…</b><br />
M.S.: Kripke y Lewis estaban en el mismo departamento de Princeton, así que tiene que haber historias sobre sus relaciones personales. Imagino que debió existir un alto grado de admiración mutua. En los noventa, muchos filósofos habrían señalado a estos dos pensadores como los más destacados de nuestro campo.<br />
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<b>A.L.: ¿Quiénes son sus tres mosqueteros?</b><br />
M.S.: Frege, Davidson y quizás Grice.<br />
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<b>A.L.: Por último, ¿qué me dice de un personaje ficticio que llamaré Sainsbury?</b><br />
M.S.: Supongo que está intentando llegar al fondo de la cuestión de la representación. Mi próximo libro tratará sobre la percepción y la representación. Algo muy complejo, me temo, pero mi yo ficcional se abrirá camino a través de ese problema y alcanzará una teoría que sorprenda a todo el mundo por su originalidad y poder explicativo.<br />
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26 de octubre de 2017Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-88968135793271664632017-09-12T10:57:00.000-07:002017-09-12T10:57:35.632-07:00ENTREVISTA CON FRANCIS VILLATOROAutor del blog La Ciencia de la Mula Francis, físico, doctor en matemáticas, profesor en la Universidad de Málaga e investigador en ciencias computacionales.<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Me encanta una conferencia TED de Jedidah Isler sobre los blázares. Me pregunto qué diablos son esos chorros de plasma. En todo caso, Isler tiene claro su romance con la física. ¿Cuál es el suyo?</b><br />
FRANCIS VILLATORO: La materia que cae en un objeto astrofísico compacto, como una estrella de neutrones o un agujero negro, se acelera por la conservación del momento angular pasando al estado de plasma; las partículas cargadas del plasma, tanto electrones como iones, se mueven un disco alrededor del objeto compacto, con lo que producen un intenso campo magnético poloidal. En los polos del objeto compacto las líneas de campo magnético están muy juntas y producen una fuerza magnética que arranca las partículas del disco de acreción y las lanza formando dos chorros transversales al disco. <br />
En los núcleos activos de galaxias hay agujeros negros supermasivos con enormes chorros bipolares que aceleran las partículas a velocidades ultrarrelativistas, mayores del noventa y nueve por ciento de la velocidad de la luz en el vacío. Cuando uno de estos chorros apunta hacia la Tierra observamos un blázar; lo más sorprendente es que la velocidad aparente de las partículas del plasma parece superar la velocidad de la luz en el vacío. Por ejemplo, para el blázar 0827+243 las partículas del chorro se mueven al 99,9% de la velocidad de luz en el vacío, pero desde la Tierra muestran velocidades aparentes de hasta 25 veces la velocidad de luz en el vacío. Sin lugar a dudas son fenómenos asombrosos y no me extraña el romance científico de Jedidah. A mí me apasionan muchos temas, desde la física de las partículas fundamentales, hasta la gravitación cuántica, pasando por las ciencias de los materiales o la teoría de ondas no lineales. No sabría contestar a la pregunta sobre la rama de la física que me despierta mayor pasión. <br />
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<b>A.L.: Según tengo entendido, el electrón puede dividirse en tres partes o cuasipartículas bajo determinadas condiciones. ¿Esto implica de alguna forma que no son partículas verdaderamente elementales? Eso por no mencionar a Gavin Hesketh, que mencionó el bosón B, del que apenas encuentro referencias en Internet, o el hecho de que el bosón de Higgs se descompone en quarks. </b><br />
F.V.: Uno de los grandes problemas de la Física y, en especial, de la Divulgación de la Física, es el abuso del lenguaje. Un fotón (la partícula de la luz) en el vacío se mueve a la velocidad de la luz en el vacío porque no tiene masa, pero en un cristal se mueve a una velocidad más pequeña; ¿adquiere masa? Obviamente, no adquiere masa. Un fotón en un cristal no es un fotón libre sino que es una cuasipartícula de tipo fotón, que debido a la interacción con los iones de la red cristalina se mueve como si tuviera un masa efectiva a una velocidad inferior a la velocidad de la luz en el vacío. Lo mismo pasa con un electrón en un material, se le llama electrón por abuso del lenguaje, pues se trata de una cuasipartícula de tipo electrón. Un electrón libre tiene energía, masa, carga y espín, magnitudes que no se pueden separar; no se puede trocear un electrón, ni tampoco se puede tener un electrón sin carga pero con espín, o con espín pero sin carga. Sin embargo, una cuasipartícula de tipo electrón tiene una energía efectiva, una masa efectiva, una carga efectiva, un espín efectivo y un momento angular orbital efectivo; se puede tener una cuasipartícula de tipo electrón con espín efectivo pero sin carga efectiva ni momento orbital efectivo (llamada espinón), una cuasipartícula de tipo electrón con carga efectiva pero sin espín efectivo ni momento orbital efectivo (llamado holón o cargón), e incluso una cuasipartícula de tipo electrón con momento orbital efectivo pero sin carga efectiva ni espín efectivo (llamada orbitón). Más aún, puede separar una cuasipartícula de tipo electrón con carga efectiva, con espín efectivo y con momento orbital efectivo en tres causipartículas de tipo electrón separadas, uno de tipo espinón, otra de tipo holón y la última de tipo orbitón. Esto lo puedo hacer con una cuasipartícula de tipo electrón en un material cuasi-unidimensional (como un aislante de Mott). Pero nadie debería confundir una cuasipartícula de tipo electrón y un electrón libre; se parecen como un agujero negro y la cascada del Niágara, ambos tienen horizonte de sucesos, pero pocos los confundirían. <br />
Por otro lado, los hadrones, partículas compuestas de quarks unidos entre sí por gluones, pueden ser fermiones, los bariones formados por tres quarks de valencia, y bosones, los mesones formados por una pareja quark-antiquark de valencia. Cuando se habla de bosón B se está hablando del mesón B, que está formado por un antiquark fondo o bottom (b) de valencia y otro quark de valencia de menor masa: arriba o up (mesón B+), abajo o down (B0), extraño o strange (B0s), o encanto o charm (B+c); el mesón formado por un antiquark bottom y un quark bottom de valencia se llama bottomonium. Ningún físico llama bosones B a los mesones B, aunque sean bosones; quizás por eso encuentras pocas referencias en la web. Busca mesones B y te hartarás de información.<br />
Finalmente, el bosón de Higgs se puede desintegrar en una pareja fermión-antifermión siempre que la suma de sus masas sea inferior a la suya; por ejemplo, se puede desintegrar en un electrón y un positrón, en un muón y un antimuón, o en un quark y un antiquark (salvo para el quark top que tiene más masa que el Higgs). En ningún caso esta desintegración se puede entender como que el Higgs sea una partícula compuesta de una pareja de fermiones; los fermiones tienen masa y, por tanto, están acoplados al campo de Higgs, luego un bosón de Higgs puede excitar los campos de los fermiones y desintegrarse en una pareja de ellos (el campo de Higgs pasa del estado de bosón al estado de vacío y los campos de los fermiones pasan de estado de vacío al estado excitado como partículas). Repito, en ningún caso se puede interpretar este canal de desintegración del Higgs como una prueba de que se trata de una partícula compuesta. <br />
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<b>A.L.: También he leído que los tetraneutrones son posibles4. ¿Quiere eso decir que hay que revisar el principio de exclusión de Pauli? Los periodistas buscamos nueva física sin conocer bien la clásica, pero se debería disculpar nuestra previsible fascinación por cualquier hallazgo que redefina los postulados de la ciencia actual. A propósito, ¿se enfada mucho cuando lee sobre física en el periódico?</b><br />
F.V.: El núcleo de las estrellas de neutrones tiene innumerables neutrones unidos entre sí por el principio de exclusión de Pauli; no entiendo que la existencia de tetraneutrones se pueda interpretar como una violación del principio de exclusión de Pauli. La estadística de los fermiones, el origen de este principio, está asociada a la invariancia CPT, que cumple todo sistema físico que sea relativista y cuántico; no se ha observado ninguna violación de la invariancia CPT y las teorías que predicen la existencia de los trineutrones y tetraneutrones cumplen con dicha invariancia. <br />
Para un físico un átomo es una partícula en ciertos experimentos, un núcleo atómico es una partícula en ciertos experimentos, un neutrón es una partícula en ciertos experimentos, y un estado resonante es una partícula en ciertos experimentos. Las resonancias, o estados resonantes, son excitaciones de una o varias partículas de vida media muy corta. Los tetraneutrones y los trineutrones son resonancias de neutrones cuya vida media es muy corta. Desde 1986 se han observado indicios de la existencia de tetraneutrones, pero ninguno ha sido confirmado; más aún, difieren entre sí lo suficiente para que unos generen cierta duda sobre los otros. El artículo que citas es un modelo teórico de octubre de 2016 basado en supercomputadores que predice la posible existencia de tetraneutrones con propiedades similares a las observadas en un experimento de febrero de 2016. Todavía no sabemos si dicha interpretación es correcta (entre otras cosas implica que ciertos indicios previos serían erróneos). Aún así, la existencia de resonancias de tipo tetraneutrón, e incluso trineutrón, es perfectamente compatible con el principio de exclusión de Pauli. <br />
Por otro lado, la mayoría de las noticias científicas sobre Física que se publican en la prensa son sensacionalistas y están muy alejadas de como yo las hubiera divulgado. Sin embargo, disfruto leyendo ciencia en los periódicos, pues siempre me da pie a buscar las fuentes originales para profundizar y aprender. Nunca me enfado leyendo sobre ciencia porque así educo mi escepticismo. Más aún, me gustaría que se escribiera mucho más sobre ciencia. Los medios tienen como misión informar y entretener; para educar hay otros foros. Por ello el rigor no es uno de sus fines; aun así, creo que debería haber mucha más ciencia en los medios. Por cierto, me enfada que haya tan poca ciencia en los periódicos y que haya gente que piense que hay tan poca porque es poco relevante. <br />
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<b>A.L.: Su blog resulta muy estimulante, incluso cuando a veces me cuesta seguir las implicaciones de algunos descubrimientos. Creo que no le gusta nada el marco de ciertas investigaciones, como la de Erik Verlinde. Para los profanos, da la sensación de que la comunidad científica se ha sacado de la manga la materia oscura y la energía oscura y que quizás lo que se necesita es volver a un terreno más simple, menos especulativo. Roger Penrose medita en su último libro sobre las modas científicas, los dogmas de fe y hasta la fantasía. ¿Qué tendría que decir aquí?</b><br />
F.V.: Muchos físicos teóricos han abandonado la teoría de cuerdas porque como teoría fundamental sus predicciones están más allá de lo que podemos explorar en la actualidad con experimentos y observaciones. La financiación ha empezado a escasear. Algunos cuerdistas se han adentrado en las aplicaciones del formalismo matemático de la teoría de cuerdas a la física que podemos explorar (materia condensada, estado sólido, nuevos estados de la materia, etcétera). Otros cuerdistas han interpretado la idea de las dualidades, la equivalencia física entre diferentes teorías de cuerdas, como simples diccionarios entre conceptos físicos; si tengo cuatro palabras en una teoría y otras cuatro en otra teoría, propongo una equivalencia entre las cuatro palabras de ambas teorías, un diccionario, y me pongo a estudiar sus consecuencias físicas, como si se tratara de una nueva teoría. Así muchos cuerdistas se han alejado de la Física adentrándose en la Metafísica; así han pasado de hacer ciencia a estar muy próximos a lo que en otras ramas de la ciencia se llamaría pseudociencia. Muchos de estos físicos tienen un prestigio como cuerdistas fuera de toda duda, por ello muchos medios se hacen eco de sus especulaciones salvajes. Un ejemplo paradigmático es Erik Verlinde, otro es Gerardus ‘t Hooft, Premio Nobel en 1999. Por un lado, Verlinde me da cierta envidia; siendo uno de los grandes físicos teóricos de la teoría cuerdas ha recibido una financiación multimillonaria. Pero, por otro lado, también me da mucha pena; ahora se dedica a balbucear especulaciones salvajes que son seguidas por un ejército de prosélitos que no se para a pensar qué sentido tienen dichas especulaciones. En mi blog, mi pena se vuelve rabia y a veces mi lenguaje mostrará que no me gustan sus especulaciones. <br />
En los medios interesa más cuando una persona muerde a un perro que cuando un perro muerde a una persona. En los medios interesa la piedra que al ser soltada sale disparada hacia arriba en lugar de caer hacia el suelo; ninguna noticia destaca todas las evidencias de que las piedras caen hacia el suelo. Lo mismo pasa con las evidencias sobre la materia oscura y la energía oscura. No es verdad que los profanos tengan la sensación de que la comunidad científica se sacó de la manga la materia oscura en 1933; no es verdad que los profanos le pidan a los científicos que vuelvan a un terreno menos especulativo y se olviden de las evidencias acumulados en más de ochenta años. Lo que pasa es que a los directores de los medios solo les interesan las noticias que afirman que la materia oscura no existe porque así lo afirma una especulación salvaje de un científico. Se considera noticia que Verlinde diga que la materia oscura es debida a la reacción de la materia (ordinaria) al efecto de la energía oscura; no creo que ningún profano opine que es más simple explicar la existencia de materia oscura recurriendo a la energía oscura. Nunca confundas lo que piensan los directores de los medios sobre las noticias científicas y lo que saben los profanos. Los mal llamados profanos saben mucho más de lo que parece.<br />
En cuanto a Roger Penrose solo puedo decir que me da mucha envidia lo bien que sabe conectar con el público en sus libros. Repletos de ideas científicas abstractas, decorados con fórmulas que pocos físicos son capaces de entender, logra vender libros que ningún editor aceptaría publicar si fueran escritos por cualquier otro autor (salvo quizás Stephen Hawking). No sé si has leído su último libro, pero no tiene nada que ver con la moda, la fantasía o el dogma de fe, a pesar del título. Se trata de un libro que pretende convencer a los más jóvenes de que trabajen en la teoría de twistores. Me parece muy loable que aún siga insistiendo contra marea en reivindicar su teoría. Pero lo que de verdad me da envidia es que venda decenas de miles de ejemplares de un libro que si no estuviera escrito por Penrose nadie se atrevería a leer. Y, por cierto, que yo disfruto mucho con sus libros, aunque los leo con grandes dosis de sano escepticismo, consciente de sus mensajes entre líneas buscando prosélitos. <br />
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<b>A.L.: ¿Qué sabemos realmente sobre la red cósmica? Me consta que Richard Gott, como tantos otros, se ha esforzado en desentrañar la estructura del universo, pero desconozco qué nivel de detalle tiene el actual mapa del universo. Por ejemplo, ¿qué se sabe de los confines del universo visible? Allá donde se colocaría el imaginario arquero de Lucrecio para ir más allá de los límites de lo conocido. Otra cuestión inquietante es el papel de los filamentos de materia oscura que supuestamente unen las galaxias5. ¿Cómo se comporta o qué se sabe de esa hipotética superestructura? A ver si es como el alcohol en el universo, que parece abundar y sin embargo resulta un tanto irrelevante su presencia.</b><br />
F.V.: Las aproximaciones teóricas y las simulaciones mediante superordenadores de la formación de las grandes estructuras del universo predicen la existencia de la red cósmica desde hace décadas; sin embargo, las primeras pruebas observacionales se obtuvieron hace menos de diez años. Ahora hay muchas evidencias. Como los grandes vacíos están vacíos, como es obvio, y sus paredes están formadas por materia oscura, invisible salvo por sus efectos gravitacionales, observar la red cósmica es muy difícil. Sin embargo, hoy en día gracias al efecto de lente gravitacional se han obtenido evidencias que confirman la existencia de la red cósmica fuera de toda duda. Pocos cosmólogos dudan de su existencia, aunque todos desean que haya más evidencias.<br />
Sabemos muy poco sobre los confines del universo visible, porque, como es obvio, no los podemos ver; pero todos los indicios sobre el universo a gran escala (que solo podemos observar cuando tenía unos 380 mil años de edad) indican que, en promedio, son exactamente iguales al universo cercano que nos rodea. El universo tiene un tamaño unos tres veces más grande que el universo observable y todo indica que en promedio lo que hay más allá del horizonte visible es exactamente igual que lo que hay dentro del horizonte (por supuesto, siempre en las grandes escalas). <br />
Por otro lado, la noticia que citas sobre los filamentos de materia oscura que unen galaxias se refiere a filamentos de la red cósmica de unos siete megapársec de longitud que unen cúmulos de galaxias (recuerda que la distancia entre la Vía Láctea y Andrómeda es de 0,7 megapársecs). Se trata de un artículo muy reciente y todavía no hay confirmación oficial de esta observación. Sin embargo, siendo un resultado esperado no hay dudas serias sobre su existencia. Más aún cuando se han encontrado pruebas de otros filamentos similares, aunque a escala mucho más grande (este filamento es pequeño comparado con las estructuras típicas de la red cósmica ya observadas). Preguntas a qué se debe este filamento y la respuesta es sencilla, la gravedad es atractiva, como las fuerzas de tensión superficial en el agua con jabón, luego da lugar a estructuras similares a la espuma de jabón del baño. <br />
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<b>A.L.: Si realmente hubiera dimensiones enrolladas, ¿no seguirían estando dentro de las tres dimensiones espaciales? De lo contrario, ¿dónde está ese afuera espacial? He visto dibujos de mangueras con una hormiga dentro para ilustrar la idea de las dimensiones extras y no me convence demasiado. Además, ¿qué nos dice de los agujeros negros? ¿La materia que entra saldría vomitada a alguna otra parte? Si así fuera, ¿no tendría que haber una especie de estercolero estelar en algún lugar?</b><br />
F.V.: Imagina un cubo (hexaedro) sumergido en el espacio de tres dimensiones, ¿cuántas caras exteriores tiene? Imagina un hipercubo (teseracto) sumergido en un espacio de cuatro dimensiones, ¿cuántas caras exteriores imaginas? La idea de dentro y fuera que aplicas a objetos de superficie bidimensionales sumergidos en un espacio tridimensional no tiene nada que ver con la idea de dentro y fuera que se aplica a objetos con más de tres dimensiones sumergidos en un espacio de más de cuatro dimensiones. No tiene sentido “estar dentro” en tu pregunta. Las dimensiones extra del espacio están tan afuera o tan adentro como está la dirección derecha-izquierda respecto a la dirección arriba-abajo. Estén o no estén enrolladas no influye. Quizás no te guste que así sea, pero así es. <br />
Las metáforas geométricas como la hormiga en la manguera son solo eso, metáforas. Si no te convencen, busca otras metáforas. Hay cosas inimaginables que solo se pueden imaginar sin imaginarlas, sin intentar imaginarlas, estudiando sus propiedades sin más. Requiere un esfuerzo, pero merece la pena. Las metáforas requieren dos cosas, entender el concepto y entender su relación con la metáfora, por ello muchas veces en lugar de ayudar dificultan el entendimiento. <br />
En cuanto a los agujeros negros, son soluciones matemáticas de las ecuaciones de la gravitación de Einstein. Hay objetos astrofísicos que se describen usando estas soluciones matemáticas. No sé dónde se encuentra el mito. Muchas veces se engaña a los profanos con la metáfora de que los agujeros negros son pozos donde cae la materia sin que pueda escapar; en la vida cotidiana los pozos siempre tienen un fondo, luego nuestra intuición nos dice que en esta metáfora los agujeros negros deberían tener un fondo. Los agujeros negros son espaciotiempo curvado; la energía del campo gravitacional es proporcional a la curvatura. Un agujero negro es espaciotiempo vacío y curvado, nada más y nada menos; la curvatura del espaciotiempo tiene energía potencial gravitacional y alcanza un estado estable autosostenido (el agujero negro no es cuerpo físico, ni un agujero en el espaciotiempo, ni nada por el estilo). Cuando cae una manzana, acelera bajo la acción de la gravedad; es decir, su energía potencial gravitacional se transforma en energía cinética. Lo mismo pasa con lo que entra en un agujero negro, su energía se transforma en energía del campo gravitacional; todas las partículas (excitaciones de campos cuánticos) de lo que cae en un agujero negro se relaja a un estado de vacío y su energía se transfiere a la curvatura del espaciotiempo, con lo que el agujero negro gana la energía de la materia del objeto que ha caído y crece su horizonte de sucesos. La materia no va a ningún sitio, el pozo no tiene fondo, solo desaparece y se transforma en curvatura del espaciotiempo. <br />
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<b>A.L.: ¿Qué lectura nos recomendaría? A mí me ha encantado El gran cuadro de Sean Carroll y Aurora de Kim Stanley Robinson. Le confieso que he fracasado a la hora de entrevistar a varias mujeres, así que si tiene en cuenta la paridad que yo no he podido conseguir en mis conversaciones, mejor que mejor.</b><br />
F.V.: Ahora estoy leyendo mucho sobre ondas gravitacionales, por ello recomendaría los libros de Janna Levin, Black Hole Blues, y de Govert Schilling, Ripples in Spacetime, ambos sobre la historia de la detección directa de las ondas gravitacionales. Hay pocos libros de divulgación escritos por divulgadoras españolas; recomendaría Todo es cuestión de química de Deborah García Bello. Entre los escritos de divulgadores hay tantos que me gustaría recomendar que me quedaré con El ojo desnudo de Antonio Martínez Ron. <br />
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<b>A.L.: Sé que va a acertar en su predicción del Nobel de Física 2017, así que me gustaría retarle a que haga alguna predicción para el Nobel de Física 2018.</b><br />
F.V.: Predecir el Nobel de Física 2018 raya la imposible. Me gustaría que fuera concedido a una mujer y, la verdad, me apena, pero hay pocas candidatas firmes. Entre ellas destaca Lene V. Haus por la luz lenta en condensados de Bose-Einstein gracias a la transparencia inducida electromagnéticamente, que lo recibiría junto a Stephen E. Harris, el padre de esta última. Sin embargo, me parece una predicción más firme un galardón a Sir John Pendry, Sheldon Schultz y David Smith por los metamateriales y sus aplicaciones en el desarrollo de capas de invisibilidad, superlentes y otros sistemas ópticos. <br />
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<b>A.L.: ¿Alguna conclusión? Muchísimas gracias por este apasionante viaje a través de la física.</b><br />
F.V.: La mayoría de los directores de medios y, por ende, periodistas, piensa que a los profanos solo les interesan la astrofísica, la cosmología y la física fundamental, pero no es cierto. La Física tiene ramas muy atractivas en las que se están haciendo avances muy interesantes, como la biofísica o la oceanografía física, por poner solo dos ejemplos. Creo que habría que diversificar la comunicación científica en los medios. Animo a todos los lectores a exigir más ciencia en los medios y, sobre todo, ciencia mucho más diversa.<br />
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12 de septiembre de 2017Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-27127333827591961382017-09-03T10:36:00.001-07:002017-09-03T10:37:20.462-07:00ENTREVISTA CON URSULA K. HEISEUna conversación interesantísima sobre literatura y biodiversidad.<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Usted ha explorado la biodiversidad a través de la literatura, la cultura, el derecho y las artes sin recurrir a la nostalgia, ya que la humanidad no solo destruye especies, también contribuye a crearlas gracias a la domesticación o la genética. También ha analizado el medio ambiente y la llamada sexta extinción masiva como herramientas culturales que nos permiten repensar el desarrollo y la modernización. ¿Cómo consiguió conectar su conocimiento literario con sus preocupaciones ecológicas y conservacionistas en su libro Imaginar la extinción?</b><br />
URSULA K. HEISE: Siempre hay un elemento narrativo cuando la ciencia medioambiental se discute en la esfera pública: los hallazgos de la biología y la ecología y los proyectos y objetivos de los conservacionistas se transmiten al público a través de imágenes e historias, en artículos de revistas y de periódicos, en las páginas web, en los documentales, así como en libros de ficción y no ficción. Como teórica de la literatura y como ambientalista veo una interconexión de lo más interesante.<br />
Cuando empecé a investigar sobre la biodiversidad y las especies amenazadas di por sentado que la ciencia sería bastante clara y que lo verdaderamente interesante sería cómo la ciencia se filtra y se reconfigura en la comunicación pública. Me sorprendió mucho descubrir que la ciencia de la biodiversidad es complicada hasta en sus fundamentos: ¿Qué es la biodiversidad? ¿Cómo la medimos? ¿Es mejor un ecosistema con más especies? ¿Por qué? ¿Debería medirse la biodiversidad en el nivel de los ecosistemas, de las especies, de sus poblaciones o desde el punto de vista genético? ¿Cuál es la mejor definición de especie? Y así sucesivamente. <br />
En una segunda fase, me encontré con que buena parte de la ciencia de la biodiversidad se asentaba en ciertos paradigmas culturales y en juicios de valor: ideas sobre el tipo de naturaleza que merece la pena conservar y qué tipo de naturaleza podemos dejar que se extinga (a veces hasta trabajamos activamente para eliminarla; por ejemplo, los conservacionistas suelen implicarse para acabar con las especies no nativas). Había ideas preconcebidas sobre cómo nos gustaría ver una naturaleza idealizada en el futuro y otras sobre lo que las comunidades humanas deberían hacer con sus entornos naturales y con las especies no humanas. Por tanto, hasta la ciencia descansa sobre determinadas narrativas acerca de los humanos y la naturaleza. En varias culturas encontré historias sobre especies en peligro de extinción o ya extinguidas que se relacionaban de forma directa o indirecta con la experiencia de aquella sociedad respecto a la modernización o la colonización (o ambas) y lo que se había ganado o perdido en el proceso. Las especies carismáticas a menudo simbolizaban la pérdida particular (o la mera creencia de esa pérdida) de la comunidad durante la colonización y la modernización.<br />
Puedes ver esas historias fácilmente por la atención errática que se presta a los taxones biológicos: la mayoría de las especies que se mencionan en las discusiones sobre conservación son vertebrados, muchas de ellas son mamíferos o pájaros y la mayoría de ellas son grandes y carismáticas en el sentido de ser sorprendentes, bellas o con ambos rasgos. Pensé al principio que se trataba de un simple asunto de comunicación, pero resultó que el estudio científico también se había hecho de forma un tanto errática, con algunos de esos mamíferos y especies de pájaros atrayendo mayor atención investigadora que los moluscos, los caracoles o los insectos.<br />
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<b>A.L.: Hay escritores de ciencia-ficción como Kim Stanley Robinson que no sé si están construyendo una visión más afirmativa de nuestro futuro biológico, tal y como usted propone.</b><br />
U.H.: ¡Me encanta la ciencia-ficción! Me fascina que se escriban historias futuristas que son, hasta cierto punto, testigos directos de los hechos (lo que actualmente sabemos sobre el mundo y qué es posible en él) y que muestran una gran variedad de caminos posibles que el futuro puede tomar en determinadas circunstancias (la relación que hay entre la predicción científica, las simulaciones que se hacen y sus relaciones con la narrativa de ficción futurista es muy interesante).<br />
Ursula K. Le Guin y Kim Stanley Robinson me parecen casos destacables por la sofisticación de sus visiones del futuro. Le Guin siempre ha relacionado las preguntas mediomabientales con cuestiones de justicia social en sus novelas y narraciones cortas (como en Los desposeídos). Robinson es uno de los pocos autores de ciencia-ficción contemporáneos que se atreven a plantear un futuro que no será necesariamente una distopía deprimente, ya que parecen factibles algunos modelos de sociedad mejores que los actuales. Lo demostró de forma brillante en su trilogía de Marte (Marte rojo, Marte azul y Marte verde), donde se crea gradualmente una sociedad mejorada, sin que esta sea perfecta. Mientras tanto, en La Tierra encadenan una crisis con otra. En 2312 y en su novela más reciente, Nueva York 2140, traslada de forma muy inteligente sus visiones del futuro. Algunas sociedades se han quedado igual y otras han ido a peor, pero hay algunas que en realidad son significativamente mejores, y no por arte de magia, sino porque las personas se unieron para conseguir cambios. En 2312, la restauración de especies extinguidas desempeña un papel crucial en la trama, y en general, Robinson asume que las sociedades no pueden mejorar a largo plazo sin cuidar el medioambiente. Su utopismo (u “optopismo”, cómo él lo llama, cuando se logra lo mejor posible dadas las circunstancias) es una verdadera inspiración para el pensamiento medioambiental.<br />
También me encanta La última oportunidad de ver, el libro de viajes de Douglas Adams y Mark Carwardine. Adams fue un conocido escritor de ciencia-ficción y Carwardine un zoólogo. En los años ochenta viajaron a diferentes lugares del mundo para ver especies en peligro. Parece imposible escribir un libro divertido sobre la extinción de especies, pero Adams lo logró. En lugar de contar la típica historia de animales perfectamente adaptados que se precipitan hacia la extinción frente a la indiferencia y avaricia humanas, él representa a los humanos y a los no humanos como seres muy mal adaptados. Todos hacen cosas irracionales, ineficientes y contraproducentes. Las preguntas cambian de ¿Cómo este animal llegó a estar en peligro? a ¿Cómo demonios sobrevivió tanto tiempo? Trata la necesidad de conservar el hábitat natural de una forma inusual, ayudándose de las carcajadas y del afecto hacia los humanos y no humanos que fueron creados por una cadena improbable de contingencias evolutivas. Consigue un hermoso contraste frente al tono habitual de lamento, melancolía y predicciones desoladoras de la mayoría de libros de no ficción conservacionistas. <br />
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<b>A.L.: De nada sirve salvar especies si luego vamos a erradicarlas de nuevo, como muestra en su análisis de la novela The Hunter de Julia Leigh, que trata sobre la re-extinción del tigre de Tasmania. Ya nos ha dicho que la ciencia y la narrativa ambientalista se centra en los gorilas, los tigres, los osos o las ballenas y no tanto en los reptiles, los anfibios y los peces, por no hablar de los gusanos, los cangrejos o los hongos y las bacterias. Parece que en el fondo todos somos especistas, es decir, que discriminamos en función de la especie. ¿Es el especismo lo que une a los ambientalistas y a los defensores de los derechos animales?</b><br />
U.H.: Creo que estos movimientos convergen en buena parte de sus pensamientos. Ambos intentan luchar contra el especismo al que te refieres, esto es, el privilegio automático del bienestar humano frente al de los no humanos, y también buscan un hueco en nuestros principios éticos y en nuestros sistemas jurídicos para dar cabida a los no humanos. Lo hacen de forma diferente y a veces tienen conflictos de intereses, pero esos choques resultan tremendamente interesantes por lo que revelan sobre las visiones generales de cada movimiento; por ejemplo, qué especies no humanas deberían vivir con nosotros y en qué condiciones (solo animales en el caso del movimiento por el bienestar animal; animales, plantas y otros organismos en el caso de los ambientalistas). Creo que la preocupación por hacer visibles las aspiraciones vitales de los no humanos dentro de nuestra consideración moral es el área de contacto más importante entre los dos movimientos.<br />
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<b>A.L.: Percibo un giro de los estudios literarios hacia las humanidades digitales. Después de todo, las humanidades digitales son una nueva forma de ver los géneros literarios y novelas que están amenazados, ¿no es así?</b><br />
U.H.: Sí, las humanidades digitales son un nuevo campo de los estudios literarios y van más allá, pues se usan en arqueología, historia y otros ámbitos. En literatura ha tomado dos direcciones muy diferentes: la primera es aplicar viejos métodos de análisis a nuevos objetos de estudio, como los blogs, las redes sociales y la fan fiction. La segunda es el desarrollo de nuevos métodos de análisis digital para viejos objetos de estudio, es decir, mirar en las letras clásicas, como la literatura del diecinueve, y preguntarse nuevas cuestiones que van más allá de la lectura atenta de textos individuales canonizados con la ayuda de bases de datos informatizadas y sofisticados mecanismos de búsqueda. Esta aproximación es la más revolucionaria y también la más controvertida. <br />
Mi propia obra Imagining Extinction está entre esas dos direcciones: quise estudiar las bases de datos sobre biodiversidad como un nuevo e importante género en el cual expresamos preocupaciones culturales y hasta emocionales sobre la inmensa crisis medioambiental. Para estudiar bases de datos con decenas de miles de entradas se requerían herramientas digitales. El objetivo general era mostrar cómo la narrativa estructura algunos tipos de bases de datos y cómo el modo de catalogación y enumeración de esas bases de datos ha caído en las redes de las artes visuales y la literatura para expresar la actual crisis que amenaza con la extinción de especies. El mapa cognitivo que traza la narrativa ahora se da también a través de las bases de datos y todo lo que eso implica: determinar los objetos que entran en esa base de datos, los metadatos con los que se asocia, su arquitectura, etcétera.<br />
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<b>A.L.: ¿Cree que el teórico de la literatura es una especie amenazada? El crítico cultural Terry Eagleton podría ser un zorro y yo me identificaría, desde luego, con el lince ibérico. ¿Qué me dice de usted?</b><br />
U.H.: Creo que me encantaría ser un loro tamaulipeco (Amazona viridigenalis). Es un tipo de loro mexicano que está amenazado en los estados de Tamaulipas, Veracruz y León por el comercio agresivo de animales domésticos que tuvo lugar en los años setenta y ochenta, y también a causa de la deforestación. Un montón de pájaros consiguió escapar y ahora hay una población en crecimiento en el valle de San Gabriel de Los Ángeles y en Florida. Es un ejemplo de especie amenazada que se adapta y prospera en un hábitat completamente nuevo. Espero que esto también sea cierto para los estudios literarios: a pesar de que la influencia de la literatura impresa ha disminuido, toda clase de formas narrativas han eclosionado en los videojuegos, los cómics, las series de televisión y las películas de animación.<br />
De forma más general, he de decir que el poder de los estudios literarios es más claro allí donde se han desarrollado teorías, conceptos y herramientas que van más allá de las bellas letras; mi propio campo de especialización, la narratología, no se limita a la narrativa literaria, sino también incluye la narración oral e informal, la no ficción, los documentales y las nuevas formas de narración a través de los medios. Tal y como dijo Katherine Hayles: nos enfrentamos a una situación similar a la de Olivetti en los años ochenta, que tuvo que decidir entre ser una compañía de máquinas de mecanografía o ser una empresa que vendiera dispositivos de procesamiento de textos. Decidieron hacer lo primero… y ya sabes lo que ocurrió. Sería inteligente por parte de los expertos en literatura no cometer el mismo error. <br />
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<b>A.L.: ¿Alguna novela en peligro de extinción que nos quiera recomendar?</b><br />
U.K.: Hay que leer Nueva York 2140. La chica mecánica de Paolo Bacigalupi y Gold Fame Citrus de Claire Vaye Watkinsare también son novelas especulativas fantásticas con una dimensión ambiental considerable. Adoro la obra de Jeff Vandermeer y su fuerte disolución de las fronteras entre naturaleza y tecnología, pero la trilogía de Southern Reach y Borne me generaron dudas sobre cómo discutir sus obras en conversaciones sobre los problemas ambientales del mundo real.<br />
En cierto modo, ese es el problema al que nos enfrentamos con el concepto de antropoceno: ¿Cómo pensamos y actuamos en un entorno global que ha sido alterado en varios grados por la intervención humana? ¿Qué tipo de acciones podríamos aceptar? ¿Cuáles toleramos y cuáles rechazamos? Hablo en primera persona del plural para referirme al movimiento ambientalista, el cual se ha expandido muchísimo desde principios de los años sesenta y ahora mismo incluye una gran variedad de formas de pensar en las distintas comunidades. Creo que explorar esas diferencias culturales en su contacto con el cambio medioambiental es uno de los desafíos más estimulantes para el ambientalismo.<br />
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Domingo 3 de septiembre de 2017Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-37276831562348737662017-06-28T12:10:00.002-07:002017-06-28T12:10:20.209-07:00LAS ONCE DIMENSIONES DEL CEREBRO: ENTREVISTA CON KATHRYN HESS BELLWALD<i>Doctora en matemáticas por el MIT y profesora en la Escuela Politécnica de Lausana. Su especialidad es la teoría de categorías y la teoría de la homotopía. Su nombre saltó recientemente a los medios de comunicación porque su grupo de investigación había publicado que el cerebro funciona con estructuras realmente complejas e inesperadas de hasta once dimensiones.</i><br />
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A.L.: Muchos periodistas han publicado que el cerebro tiene hasta once dimensiones. Me gustaría que aclarara esa afirmación porque algunos incluso hablan del multiverso de la mente y sospecho que la investigación que han realizado es algo totalmente diferente. Dudo que guarde mucha relación con las once dimensiones de la teoría de cuerdas de la física.</b><br />
KATHRYN HESS: Dentro del microcircuito reconstruido del Blue Brain [el proyecto Cerebro Azul estudia la estructura del cerebro creando una simulación de todo el cerebro a nivel molecular] descubrimos patrones intrincados de conectividad que pueden representarse como objetos matemáticos multidimensionales. Los ladrillos de esas estructuras consisten en familias de hasta ocho neuronas que están conectadas por pares; se tiene en cuenta la dirección de las conexiones de tal forma que la familia al completo transmite información de forma inequívoca desde el canal de entrada al de salida. Esas familias de neuronas, que llamamos “hermandades” [clique], pueden representarse geométricamente como puntos (una neurona), segmentos (dos neuronas conectadas), triángulos (tres neuronas que están conectadas por pares), tetraedros (cuatro neuronas que están conectados por pares), etcétera. Las hermandades interactúan para formar “cavidades” o “agujeros” en la estructura, como por ejemplo tres segmentos de líneas que unen sus extremos para crear un bucle u objetos análogos de mayor dimensión.<br />
La noción de “once dimensiones” que captó la atención de Internet se refiere simplemente a una representación geométrica de una familia de doce neuronas que están conectadas por pares. La hermandad de mayor dimensión que hemos observado hasta ahora es solo de siete dimensiones (compuesta por ocho neuronas). Tenemos razones para creer que cuando miremos en redes más extensas que la que hemos estudiado hasta ahora (y cuando la red misma se refine para estar aún más cerca de la biología), encontraremos hermandades más grandes. Está por ver si las de once dimensiones serán las más grandes que observemos. Yo espero que en realidad demos con hermandades aún mayores, así que no creo que la estructura que hemos descubierto tenga ninguna conexión con la teoría de cuerdas.<br />
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<b>A.L.: ¿A qué os referís cuando decís que habéis hallado un mundo que nunca imaginasteis?</b><br />
K.H.: Uno de los misterios centrales de la neurociencia es cómo la estructura del cerebro moldea su actividad. Las conexiones entre las neuronas del cerebro tienen una estructura increíblemente intrincada, de ahí la dificultad para proporcionar una descripción global cuantitativa. Los disparos neuronales como reacción a los estímulos son, si cabe, aún más complejos. Al examinar la estructura y la actividad mediante la topología algebraica fuimos capaces de detectar y describir cuantitativamente una estructura oculta muy organizada y detallada de lo que parecían patrones muy caóticos, así como discernir una imagen de la estructura de la conectividad de un circuito neuronal cuando responde a los estímulos, algo que era invisible hasta que usamos este filtro matemático concreto.<br />
Lo que hemos llamado “castillo de arena” es la fascinante estructura que el cerebro construye cuando procesa información. Es una imagen geométrica con un grado creciente de coordinación y organización del disparo neuronal cuando el cerebro reacciona a un estímulo, y esta se desvanece abruptamente cuando termina el procesamiento. El patrón de respuesta estereotípico que descubrimos indica que el circuito siempre responde al estímulo construyendo una secuencia de representaciones geométricas que empieza en dimensiones bajas y progresivamente se añaden dimensiones más altas hasta que el crecimiento se detiene repentinamente y por último colapsa. Es una firma matemática para las reacciones a los estímulos.<br />
El modo en que las neuronas se conectan entre sí o la forma en que disparan solo cobran pleno sentido cuando su estructura y su actividad están cartografiadas en una representación de muchas dimensiones, por lo que la estructura del cerebro o su actividad con representaciones de dimensiones bajas (por ejemplo, índices de disparo, tiempos, correlaciones, sincronía, etcétera) son solo la sombra de la actividad real. En cierto modo, nuestros descubrimientos pueden explicar por qué ha sido tan difícil entender la relación entre la estructura del cerebro y su actividad.<br />
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A.L.: ¿Cómo definiría el microconectoma? ¿Y las redes de “mundo pequeño”?</b><br />
K.H.: El microconectoma es la red (o gráfico) que subyace a la reconstrucción digital del proyecto Cerebro Azul de un microcircuito en la corteza somatosensorial de una rata de catorce días, un modelo de ordenador basado en datos fisiológicos y en principios organizativos biológicos y que contiene treinta y un mil neuronas y ocho millones de conexiones.<br />
Se dice que una red es un mundo pequeño si manifiesta tanto un alto nivel de agrupamiento local entre sus nodos como unas rutas relativamente cortas entre los grupos locales. Cada par de nodos está ligado por un número relativamente pequeño de pasos, incluso aunque la mayoría de los nodos tengan pocas conexiones de un solo paso con otros nodos. Muchos neurocientíficos creen que el conectoma del cerebro muestra propiedades de mundo pequeño con la finalidad de minimizar el coste material y energético relacionado con las largas proyecciones neuronales durante la evolución y la actividad del cerebro.<br />
No hemos explorado la relación que hay entre los descubrimientos de nuestro artículo y el mundo pequeño del microconectoma, algo que ha sido confirmado en un estudio reciente publicado en Nature Neuroscience por Reimann et al.<br />
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<b>A.L.: ¿Cuál es el siguiente paso en su investigación y a qué campos se podría aplicar?</b><br />
K.H.: En futuras investigaciones estudiaremos el papel de la plasticidad (el fortalecimiento y debilitamiento de las conexiones como respuesta a los estímulos) con las herramientas de la topología algebraica. La plasticidad es fundamental para el misterioso proceso de aprendizaje y esperemos que sea posible proporcionar nuevos conocimientos sobre este fenómeno.<br />
Tenemos una gran beca INCITE para llevar a cabo estas simulaciones en los superordenadores estadounidenses del Argonne National Labs. Nuestro objetivo es comprender qué le ocurre a la red y a la arquitectura sináptica durante el aprendizaje. Intentaremos responder a preguntas como: ¿Produce el aprendizaje estructuras topológicas de dimensiones más altas? ¿Cuáles son las implicaciones para la estructura de la red cuando hay una coordinación global del peso sináptico? ¿Podemos precisar dónde descansa la memoria proyectando cambios sinápticos en una representación geométrica de dimensión alta?<br />
Si alcanzamos a largo plazo una comprensión profunda del patrón de respuesta normal a un estímulo y lo expresamos en el lenguaje de la topología algebraica, quizás podríamos usar ese conocimiento para detectar y cuantificar patologías cerebrales como las de las enfermedades neurodegenerativas.<br />
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<b>A.L.: Para terminar, quisiera preguntarle si entiende las matemáticas como un todo integrado o si estas se parecen cada vez más a una disciplina con campos divergentes.</b><br />
K.H.: Las matemáticas son un campo de investigación muy amplio. Me temo que los matemáticos que pueden ver “el cuadro completo” son muy pocos. Ten por seguro que yo no me encuentro entre ellos. Por otro lado, creo que es importante estar al tanto de los grandes desarrollos de nuestro ámbito, como por ejemplo la reciente solución al problema del empaquetamiento de esferas, así como cooperar con diferentes áreas de las matemáticas y lograr la interdisciplinariedad.<br />
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28 de junio de 2017Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-55761306014791371142017-06-01T13:02:00.003-07:002017-06-01T13:02:34.248-07:00Wikileaks revela "Pandemic", el virus de la CIAEsta información está íntegramente sacada de <a href="http://www.vanguardia.com.mx/articulo/wikileaks-revela-el-virus-creado-por-la-cia">aquí</a>:<br />
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Hace tres años la CIA creó un malware llamado Pandemic, más inteligente que Wannacry, que usa las redes de empresas, hospitales y universidades para difundirse. No se debía saber hasta el 2064. Se llama Pandemic, un nombre que no requiere gran imaginación. El virus creado por la Agencia Central de Inteligencia, debería permanecer secreta por cincuenta años. Sin embargo, hoy lo revela. Se trata de documentos particularmente significativos.<br />
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El pánico desencadenado por “Wannacry” que hace tres semanas infectó decenas de miles de computadoras en todo el mundo, y que presenta características comunes con Pandemic.<br />
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¿Qué es Pandemic? Es un software maligno (malware) creado por primera vez por la CIA en el 2014, que golpea las computadoras con sistema operativo Windows, aprovechándose de las redes locales (Lan), (es el protocolo SMB usado para compartir archivos, impresiones y otras operaciones sobre la red Lan) aquellas que se encuentran comúnmente en: las empresas, universidades, redacciones de periódicos, hospitales.<br />
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Las informaciones contenidas en manuales revelados de WikiLeaks son extremadamente técnicas, pero el concepto en base de este instrumento, es simple: para difundirse, la pandemia debe infectar “el archivo del servidor”, es decir el servidor de las redes utilizado para descargar archivos empresariales y también actualizaciones del software y de los antivirus. Es aquella máquina que normalmente, se conectan los usuarios de la Lan para hacer la descarga de programas y de documentaciones de varios tipos. Una vez que Pandemic lo ha afectado, quien prueba descargar un archivo recibe “una sopresa”: en vez de la actualización o del documento legítimo, Pandemic les envía el malware y así los contagia, difundiendo la infección.<br />
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Las características que unen Wannacry y Pandemic son evidentes: ambos tienen en la mira a las PC con sistema operativo Windows, se difunden en redes locales y usan el protocolo SMB, pero Pandemic demuestra un instrumento inteligente y versátil. A diferencia de Wannacry, que es simplemente un ransomware, es decir un software que encripta los archivos de la computadora infectadas y pide un rescate por decifrarlas y se limita en replicarse aprovechándose de una vulnerabilidad de SMB, Pandemic permite instalar tantos tipos de malware en la computadora en la cual se difunde y accede excluyendo ciertos grupos del virus, por ejemplo dejando afuera al administrador del sistema de las redes, de modo que esté último no note la infección o por lo menos no se nota al principio, dando así a Pandemic el tiempo para expanderse.<br />
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Los documentos secretos revelados hoy por WikiLeaks son manuales técnicos: publicarlos no es peligroso, en el sentido que no se trata de malware que podría ser utilizado por criminales y espías. Al contrario, ahora que son del dominio público, ahora, las empresas de antivirus tienen a mano informaciones técnicas precisas para revelar este software maligno y actualizar los sistemas a modo de neutralizarlo.<br />
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Pandemic es más difícil de contrarrestar que el ransomware que ha creado pánico en todo el mundo; para debilitar este último bastaba reparar la vulnerabilidad del protocolo SMB que el ransomware se aprovechaba, para Pandemic esta solución no funciona, porque no se aprovecha del protocolo.<br />
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Para contrarrestarlo, es necesario especificar el malware en la máquina sobre el cual se ha instalado y estos manuales ayudan a hacerlo, porque revelan que es Pandemic y cómo funciona.<br />
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Pandemic es una de las cyber armas de la Agencia Central de Inteligencia contenidas en la enorme base de datos Vault 7, que Wikileaks ha iniciado a revelar en Marzo pasado, generando el enojo de la CIA, pero realmente la confrontación entre WannaCry y los instrumentos de Vault 7, nos permite de entender las operaciones que está haciendo la organización de Julian Assange.Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-58690202727306938292016-11-09T08:32:00.001-08:002016-11-09T08:32:19.587-08:00ENTREVISTA CON GRANT HAMILTONProfesión: Profesor adjunto de la Universidad China de Hong Kong<br />
Obras destacadas: <i>The World of Failing Machines</i><br />
Palabras clave: realismo especulativo, no humanos, crítica literaria<br />
Fecha de realización: 9 de noviembre de 2016<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Su libro The World of Failing Machines resume cómo sería una crítica literaria practicada desde el llamado realismo especulativo: 1) Rechazo a la idea de una lectura privilegiada 2) No dejarse seducir por nuestro adiestramiento a la hora de interpretar un texto 3) Experimentar con los textos 4) Seguir los efectos liberados por tu máquina de lectura 5) Especular y crear. ¿Nos podría clarificar estos puntos?</b><br />
GRANT HAMILTON: Creo que dotar a esas ideas de la profundidad que merecen me obligaría a escribir otro libro. Lo mejor será que hable del espíritu de esas palabras. Esas cinco rutas conducen hacia el empoderamiento del lector durante el proceso de lectura. Para hacer eso, tenemos que volver a aprender cómo valorar nuestras respuestas a un poema o una novela (independientemente de las respuestas de los demás). Esto no equivale a decir que hay que ignorar deliberadamente lo que otros han dicho sobre un texto; simplemente consiste en decir que uno ha de tener confianza para respetar su propia reacción al texto. <br />
Una forma de empezar a explorar el terreno de nuestras reacciones frente al texto es experimentar con él. Deberíamos sentirnos libres para hacer lo que queramos con el texto. Podemos, por ejemplo, poner un texto junto a otro fragmento de escritura que aparentemente no guarda relación y ver qué transpiran. Lo que surge, por ejemplo, si leemos a Johann Wolfgang von Goethe a través del físico austriaco Ludwig Boltzmann. Este estilo experimental de lectura no tiene nada que ver con el acto de interpretación, es decir, no guarda relación con el intento de desentrañar el llamado “significado” de una novela. Es un modo de lectura que exige al lector que preste atención a lo que surge de esas conversaciones entre autores. En el mejor de los casos, aquellos que sigan una estrategia de lectura experimental como esta percibirán nuevos conceptos en el libro. Cuando esto ocurre, la lectura ha sido verdaderamente creativa. Así es como uno especula y crea en el acto de la crítica literaria.<br />
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<b>A.L.: Ha usado el simbolismo francés como ejemplo para hablar del realismo especulativo. Cita el poema The Sky de Mallarmé, donde detectamos una separación entre las palabras y el mundo. ¿Es el realismo especulativo de la literatura una nueva forma de decir que el lenguaje no es suficiente para describir el mundo?</b><br />
G.H.: Sí, el lenguaje falla en su búsqueda de alcanzar lo real, pero esto no es nada nuevo. Ferdinand de Saussure mostró a sus estudiantes la arbitrariedad del lenguaje hace cien años. Lo que nos mostraron los simbolistas franceses es que ni siquiera la voz poética tenía acceso a los aspectos esenciales del mundo. Por eso Mallarmé se vuelve tan furioso al final del poema y grita: “¡El Cielo! ¡El Cielo! ¡El Cielo! ¡El Cielo!” Tienes a un hombre con un control supremo sobre el lenguaje, pero ese control no le permite articular el carácter esencial de los objetos cotidianos. Podría haberse ensañado con el Sol, con un árbol, con un gato o con cualquier otro objeto del mundo. La cuestión es que esa incapacidad para describir el mundo no es un fracaso de Mallarmé, sino la consecuencia de la constitución del lenguaje. Para mí, los idiomas son sistemas de simulacro. Y es precisamente por este motivo por el que constantemente olvidamos que no guardan una relación directa con la realidad íntima del mundo que nos rodea. El lenguaje escrito no es distinto, así que tenemos que aceptar de buena gana la provisionalidad de todas nuestras articulaciones.<br />
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<b>A.L.: Levi Bryant ha distinguido cuatro tipos de objetos: objetos brillantes (como los móviles), objetos débiles (como los inmigrantes, los minusválidos, etcétera), objetos oscuros (entes que aún no han sido registrados, pero que podrían existir) y objetos traviesos (las revoluciones u otras dinámicas inesperadas). ¿Considera útil esta clasificación? ¿Cómo podemos rastrear los (hiper)objetos literarios?</b><br />
G.H.: Soy un gran seguidor de la obra de Levi Bryant. Quizás la razón principal de esta admiración sea que ambos compartimos un enorme interés por la obra de Gilles Deleuze. La taxonomía que él ha desarrollado para los objetos es muy provocadora, pero complica excesivamente la discusión para un teórico de la literatura. Me interesa sobre todo averiguar qué tipo de objeto es un texto literario y para responder a esa pregunta creo que hay que prestar menos atención a la distinción entre objetos “débiles” y “oscuros” de la que concedemos a la distinción entre los objetos corpóreos e incorpóreos. Siguiendo a Bryant (y a Deleuze), yo preferiría hablar de “máquinas” más que de objetos. Para mí, la obra literaria que tenemos en las manos es una máquina corpórea. El libro es el hecho material de algo más y ese “suplemento” es la máquina incorpórea que habitualmente llamamos “texto literario”. La mejor manera de entenderlo es reconocer que aunque tenga una novela de Umberto Eco en mis manos, esta es simplemente una copia de otras miles que se vendieron en el mundo. El libro que tengo solo es una simple repetición de un texto literario que puede ser reimpreso siempre que se quiera. En este sentido, los textos literarios son como una fuerza espectral que constantemente persiguen un cuerpo (un libro físico) para habitarlo. <br />
La relación de todo esto con la noción de “hiperobjeto” de Timothy Morton es una pregunta realmente interesante, pero me volvería a llevar una cantidad sustancial de tiempo responderla de un modo significativo. Dicho esto, Morton asegura que experimentamos la “no localidad” de los hiperobjetos de una forma muy particular, lo que lleva a toda suerte de preguntas interesantes para hacernos sobre la dinámica de la obra literaria y sobre el acto de la crítica literaria.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué espera de la crítica realista especulativa? <i>Universes without us</i> de Matthew A. Taylor parece un gran comienzo.</b><br />
G.H.: ¡Desde luego! Taylor expone los peligros de una conciencia humana que busca excederse hasta abarcar toda la vida. Él restablece la distancia entre objetos (entre el mundo y el yo) como una medida para advertirnos sobre nuestro impulso fascista a la unidad (que deberíamos interpretar como la “no diferencia”). El resultado es que recuperamos la habilidad de respirar de nuevo como sujetos que se han dado cuenta de su verdadero lugar en el mundo. En este sentido, el libro de Taylor es un ejemplo realmente interesante sobre cómo un crítico literario puede comprender y responder a los asuntos planteados por el pensamiento del realismo especulativo. Evan Gottlieb es otro escritor que podríamos traer a colación (también Graham Harman, Timothy Morton y Quentin Meillassoux han escrito artículos de crítica literaria muy interesantes).<br />
Lo que intento discutir en mi libro es que si alguien desea ver de verdad hasta dónde llega el realismo especulativo en la crítica literaria, uno tiene que plantearse el propio acto de la crítica. Hay que repensar las ideas y la dimensión de la crítica literaria tal y como se practica hoy en día. Por ejemplo, ¿qué relación hay entre el análisis literario y la verdad? ¿Qué tipo de pensamientos se rechazan en la misma forma del ensayo crítico? Tenemos que aprender a escribir un tipo de ensayo muy diferente al que nos han enseñado en la escuela para poder elaborar respuestas productivas a nuestra lectura experimental de los textos. Debemos aprender a escribir “crítica creativa”, una forma de crítica que reconozca la manera en que el lector se convierte en escritor en el acto de la crítica. Los ensayos idiosincrásicos y caprichosos del siglo XVI del pensador francés Michel de Montaigne nos dan una visión de cómo podría ser esa crítica literaria. En cualquier caso, la obra de Montaigne no debería considerarse arquetípica. Los críticos literarios deberían producir sus propios estilos en el acto de la crítica. Mi esperanza en el realismo especulativo consiste en que la crítica sea una crítica creativa. <br />
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<b>A.L.: Quisiera preguntarle por la teoría de los mundos posibles de críticos como Lubomír Dolezel o Thomas Pavel. Los mundos ficcionales, según estos pioneros, siempre son incompletos y ontológicamente homogéneos. ¿Ha pensado alguna vez en esta conexión?</b><br />
G.H.: No es una área en la que me haya detenido, pero por lo que describes sospecho que encontraría un alto grado de simetría entre la posición de Dolezel o Pavel y la mía. Me entusiasma defender la parte ficcional de la ficción literaria. Sin embargo, eso no equivale a negar el poder que tiene la literatura de afectar al lector de manera profunda. De hecho, una de las dinámicas más sugerentes de la literatura consiste en averiguar cómo esas pequeñas manchas de tinta de una página pueden tener un efecto radical en las personas. ¿Cómo es que los gobiernos prohíben libros? ¿Cuál es el objetivo real de la censura? Esas acciones nos cuentan mejor que ninguna otra cosa lo vital que resulta la literatura para la sociedad.<br />
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<b>A.L.: Graham Harman eligió a Lovecraft como su modelo de realismo extraño. También, aunque en menor medida, a Drácula o a las brujas de Macbeth. Mis modelos serían Jeff Vandermeer (el autor de la trilogía Southern Reach) y Kim Stanley Robinson (el autor de la trilogía de Marte o Aurora). ¿Cuál sería su recomendación? ¿Ballard, quizás?</b><br />
G.H.: Ballard es un gran escritor y alguien por el que tengo el respeto más elevado. Dada su altura en la literatura inglesa, me sorprendería que alguien no pudiera hacer una lectura realista especulativa de su ficción en el futuro próximo. No obstante, habría que advertir contra la tentación de desarrollar un canon de literatura realista especulativa. Preferiría pensar en el realismo especulativo como una técnica que proporciona herramientas y lenguaje para reconectar con la literatura que todos pensábamos que ya conocíamos. <br />
Hemos hablado del libro de Taylor, pero no he dicho aún que él nos ofrece algunas ideas interesantes para discutir el canon de la literatura norteamericana. Esa es la característica más destacable de su obra porque nos muestra con claridad que si leemos y mantenemos un respeto básico por los principios del realismo especulativo, uno sale (potencialmente) recompensado con un tipo de literatura muy diferente. Por decirlo de forma sencilla, el realismo especulativo será más valioso para los estudios literarios como metodología que como una manera de cristalizar un corpus de obras literarias. De manera modesta, espero que mi libro haga un poco más visible esa metodología. Mi propuesta es que el crítico literario pueda hacer uso de esa metodología para ver qué tipo de ideas y conceptos emergen de este encuentro revitalizado con la literatura.Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-86864605072843887582016-10-22T03:14:00.007-07:002016-12-06T04:46:23.739-08:00ENTREVISTA CON RICHARD A. MULLER<i>Profesor en la Universidad de California y autor de libros como Física para futuros presidentes y Ahora: La Física del Tiempo.</i><br />
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<b>A.L.: Su teoría es que la expansión del universo está creando el espacio… y también el tiempo. Si está en lo cierto, las ondas gravitacionales producidas por una gran colisión como la de dos agujeros negros podrían revelarnos si se está creando “tiempo extra”. Usted ha calculado un desfase de un milisegundo. ¿Qué significa ese desfase temporal?</b><br />
R.M.: El tiempo extra solamente se produciría en las inmediaciones de la colisión. Lo que esperamos ver gracias al observatorio LIGO es un retraso adicional, algo que exceda el retraso estimado por la relatividad general.<br />
La relatividad general nos permite calcular la emisión de la señal en base a las ondas de gravedad que se han emitido previamente. Nuestra predicción es que la señal se retrasará de una forma que no está contemplada por la teoría de la relatividad general.<br />
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<b>A.L.: Afirma que la flecha del tiempo causa la entropía y no al revés. Eddington, Hawking o Penrose han tratado de explicar el tiempo apelando a la entropía. Usted no está de acuerdo con ellos. ¿Cómo decidió seguir un camino diferente?</b><br />
R.M.: He estado en desacuerdo con la “interpretación estándar” de Eddington desde que estudiaba en la universidad. Me parecía errónea por motivos obvios, ya que la entropía solo es una medida de probabilidad. La termodinámica nos dice que, en efecto, el futuro más probable es aquel que es más probable. Siempre me pareció ridículo que esta afirmación fuera la responsable de la flecha del tiempo. Me ha decepcionado mucho ver a grandes teóricos como Hawking o Penrose aceptar la explicación de Eddington sobre el flujo del tiempo como consecuencia de la entropía. Me imagino que nunca pensaron demasiado sobre el tema.<br />
Espero que mi libro Ahora: La Física del Tiempo no solamente sea una lectura accesible, sino que los físicos que lo lean puedan reconocer que la conexión entre entropía y flujo temporal no está basada en la ciencia, sino en una posición filosófica errónea. Espero que nadie continúe usando esta conexión, pero si lo hacen, que al menos citen mi obra como un argumento poderoso en contra.<br />
No creo que los físicos a favor de la entropía tengan muchas oportunidades de ganar si tuviéramos que debatir este asunto. Creo que mi argumento es completamente convincente para cualquier experto que tenga la mente abierta.<br />
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<b>A.L.: La energía oscura está acelerando la expansión del universo. ¿Qué ocurre con el tiempo? ¿También se acelera con la misteriosa energía oscura?</b><br />
R.M: Sí, el tiempo también se estaría acelerando con la energía oscura… si mi teoría es cierta. He luchado por encontrar una forma de detectar esto, pero hasta el momento he fallado. En el libro hablo de esto en el capítulo sobre la refutación del origen cosmológico del tiempo.<br />
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<b>A.L.: Defiende el libre albedrío y critica lo que denomina la religión del fisicalismo. ¿Por qué tantas personas se siguen empeñando en defender un determinismo fuerte?</b><br />
R.M.: Muchos físicos adoptan la religión del fisicalismo. Seguramente eso les ayude a centrarse en los aspectos físicos de la realidad y les haga ser mejores físicos. Desgraciadamente, ese tipo de dedicación puede ser tan exclusiva que el físico pierda su sentido de la realidad y crea que su estrecha mirada, tan útil para el avance de la física, representa toda la realidad.<br />
Creo que ofrezco un argumento convincente para que la física no niegue la existencia del libre albedrío. Espero que otros científicos valoren lo que digo. Me encantaría discutir este asunto con Richard Dawkins, ya que no creo que tenga buenas respuestas a mis críticas. Lo que él entiende como su “lógica” no es nada más que una claudicación ante el fisicalismo.<br />
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<b>A.L.: ¿Alguna pista sobre la naturaleza del tiempo psicológico?</b><br />
R.M.: El tiempo psicológico se comprende bien desde hace cientos de años. Hasta Einstein nadie se planteó que el tiempo físico también podía variar. No creo que mi trabajo sobre la física del tiempo tenga impacto alguno en los fenómenos perfectamente conocidos del tiempo psicológico y del tiempo fisiológico.<br />
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<b>A.L.: Se nos acabó el tiempo.</b><br />
R.M.: Mi libro está pensado para obtener un gran impacto en el público general y en los físicos más reputados. Los temas no son matemáticos, sino conceptuales. Cuando Arthur Eddington escribió La naturaleza del mundo físico en 1928, su influencia perduró durante décadas, quizás hasta nuestros días. Además de sus artículos de física, Eddington tuvo que escribir un libro, ya que las nociones conceptuales que sostenía necesitaban argumentos de peso. Del mismo modo, aunque escribí un artículo (con Shaun Maguire), he necesitado un libro entero para convencer a los físicos de que mi aproximación es sólida. Espero haber alterado de forma permanente el modo en que los físicos conciben el tiempo.<br />
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22 de octubre de 2016Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-79767488272930990632016-09-14T02:39:00.004-07:002016-09-14T02:39:46.066-07:00ENTREVISTA CON GAVIN HESKETH<i>Físico experimental de partículas, investigador del CERN y autor del libro The Particle Zoo (editado por Quercus). En la actualidad goza de una beca de investigación de la Royal Society.</i><br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: Nací en 1982 y nunca estudié los quarks en el instituto. Un amigo químico justifica este olvido en el currículo porque, según él, los quarks no afectan a las reacciones químicas. ¿Se debería estudiar el zoo de las partículas en Bachillerato?</b><br />
GAVIN HESKETH: Yo tampoco los estudié, pero creo que deberíamos hacerlo. La ciencia no solamente trata sobre los hechos en bruto, también tiene que ver con la imaginación y con enfrentarse a algunas de las grandes preguntas de la vida, cuestiones equivalentes a preguntarse de qué está hecho el universo o de dónde surgió. Los quarks son una parte esencial de la respuesta. Pensamos que son partículas elementales, los ladrillos básicos de tu persona y de la mía, de La Tierra y de todas las estrellas y toda la materia del universo entero. Creo que nos deberían hablar de esas ideas en la escuela.<br />
Es verdad que los quarks están un poco alejados de nuestra experiencia cotidiana del mundo (aunque no están lejos del todo: se encuentran en medio de cada átomo), pero si le preguntaras a cualquier estudiante inglés por su primera lectura de Shakespeare, probablemente también te diría que está bastante alejada de la vida cotidiana. La escuela no debería tratar solamente contenidos puramente prácticos y creo que los estudiantes no son diferentes de cualquier otra persona: todos recibimos inspiración por medio de las grandes ideas.<br />
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<b>A.L.: ¿Corremos el riesgo de llegar al final de la física, tal y como ha sugerido recientemente Harry Cliff? Después de todo, el LHC no está encontrando una nueva física, tan solo está corroborando la que ya había. Por el contrario, no dejo de leer sobre fotones oscuros, nuevos bosones X e Y, así que no parece que estemos ante ningún declive de la física.</b><br />
G.H.: Es un momento verdaderamente interesante para ser físico de partículas. Por un lado, tenemos una magnífica descripción del mundo subatómico, la teoría conocida como Modelo Estándar. Durante los últimos cuarenta años ha pasado casi cualquier prueba experimental que le hemos hecho. Y aun así, cuando intentamos usar la descripción del mundo subatómico del Modelo Estándar como descripción de todo el universo, hay grandes problemas, inmensos obstáculos que el Modelo Estándar no puede describir: la gravedad es el más obvio, pero también hay otras cosas misteriosas que llamamos materia oscura y energía oscura, así como otros problemas. Responder a cualquiera de esas preguntas requiere algo nuevo. Algunos físicos hablan de “ir más allá del Modelo Estándar”. Así que de ninguna manera estamos presenciando el final de la física. El Modelo Estándar no es una descripción completa del universo y sabemos que queda mucho por descubrirse… algo como un nuevo bosón X o Y, e incluso algo que aún no podemos imaginar.<br />
La pregunta sería: ¿dónde están todas esas cosas nuevas? Creo que los próximos cinco o diez años serán cruciales. El Gran Colisionador de Hadrones es el acelerador de partículas más poderoso que se haya construido jamás y puede buscar nuevas partículas en regiones a las que antes no teníamos acceso. Hay muchos otros experimentos menores que arrancarán en los próximos años para buscar la materia oscura o para entender las extrañas propiedades de los neutrinos. Podríamos estar al borde de un nuevo descubrimiento, motivo por el cual hay mucho entusiasmo en la física de partículas ahora mismo, como cuando apareció una resonancia en los datos del LHC en 2015 (el llamado “exceso de difotones a 750 GeV”). Pudo haber sido la primera señal de una nueva partícula y se escribieron alrededor de quinientos artículos teóricos para tratar de explicar qué podía ser. Ninguno de los experimentos aseguraba ser un descubrimiento y parece que ese exceso era solamente una fluctuación estadística: cuando miramos en los datos tomados en 2016 no encontramos nada. Aún no hay rastro de la nueva física.<br />
También nos preguntamos qué pasa si nada nuevo aparece en el LHC o en cualquier otro experimento. Es posible que los nuevos hallazgos estén fuera del alcance de la tecnología que tenemos. Para mí no sería el final de la física, sino un momento para abrazar nuevas ideas y tomar nuevas direcciones. La física de partículas en veinte años no se parecerá en nada a la de hoy, pero creo que intentar comprender el universo es algo que las personas nunca dejarán de hacer.<br />
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<b>A.L.: En su libro The Particle Zoo describe las ventajas de usar los diagramas de Feynman para visualizar la desintegración de las partículas. Para los inexpertos aún resulta confusa la amplia variedad de transformaciones que se pueden observar; la más fácil sería la creación de un electrón y un positrón a partir de un fotón. ¿Hay alguna regla general para aprender este aspecto de la física de partículas?</b><br />
G.H.: Una de las razones de que las partículas subatómicas sean tan fascinantes es que son completamente diferentes a cualquier cosa que experimentamos en el mundo. Las partículas hacen cosas que parecen imposibles y todo cuanto tenemos para guiarnos son las matemáticas que describen su comportamiento. Lo que es tan útil de los diagramas de Feynman es que ofrecen una imagen bastante intuitiva de lo que dicen las matemáticas; teóricos y físicos experimentales usan esos diagramas por igual para dibujar lo indibujable, por eso los uso en mi libro El Zoo de las Partículas. Esos diagramas son simples por varios motivos: uno sería que la teoría más precisa que tenemos (la versión cuántica de la fuerza electromagnética) puede hacerse con tan solo tres pequeños dibujos. Hay que aprenderse algunas reglas y eso lleva tiempo, sobre todo cuando las partículas empiezan a hacer cosas raras, como cuando la materia se vuelve energía y viceversa. Hay algunos principios generales como el de la conservación de la energía (no puedes obtener algo a cambio de nada), pero incluso esta regla puede torcerse de vez en cuando. Si todo fuera sencillo, no sería tan interesante. Y los diagramas de Feynman son, sin duda alguna, mucho más fáciles que aprenderse toda la parte matemática.<br />
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<b>A.L.: He leído que habría dos tipos de cuerdas. No le quiero preguntar por la controvertida teoría de cuerdas. En lugar de eso, quisiera preguntarle por el momento específico en el que los científicos van de las ecuaciones a la representación de las mismas. ¿Cómo se convierten los números y los cálculos matemáticos en una cuerda unidimensional? ¿Cómo se pasa de la abstracción a los objetos microscópicos reales?</b> <br />
G.H.: La historia de la ciencia está llena de ejemplos de personas que localizan patrones en la naturaleza y descubren las causas subyacentes. En El Zoo de las Partículas menciono la ecuación de Dirac, que parece muy simple (son solo cinco símbolos), pero describe el comportamiento de cualquier electrón en el universo. La ecuación de Dirac es mucho más simple de comprobar porque sabemos cómo medir los electrones. <br />
La teoría de cuerdas es algo distinto y personalmente la veo en la actualidad más cercana a las matemáticas que a la física. Buena parte del trabajo relativo a la teoría de cuerdas es intentar resolver cómo se conecta con el universo real. Si decimos que todas las partículas son “de verdad” cuerdas unidimensionales, ¿qué significa eso? ¿Tiene consecuencias que podamos medir? Hoy por hoy no está nada claro y eso ha sido parte de la respuesta negativa que se ha producido contra la teoría de cuerdas en los últimos años. Como trabajo en el lado experimental, tiendo a una visión más empírica: no creo que podamos probar si la teoría de cuerdas es correcta solo con matemáticas. Creo que aún hay mucho que no sabemos sobre el universo, pero la única forma de descifrarlo es tomando más datos experimentales. Los grandes avances en ciencia, desde el electromagnetismo (que nos llevó a la relatividad de Einstein) a la mecánica cuántica y el Modelo Estándar, han venido después de los nuevos resultados experimentales. Ahora mismo la teoría no está haciendo ninguna predicción sólida sobre lo que podríamos descubrir, así que los datos experimentales son más importantes que nunca.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué es una partícula sin masa? No sé si hablamos de ciertas partículas que carecen por completo de masa o de partículas que en el ámbito teórico no requieren masa (como el gravitón). Los neutrinos tienen masa y hace no mucho los científicos pensaban que era otra partícula sin masa. En definitiva, me pregunto si las partículas sin dimensiones y las partículas sin masa son simples idealizaciones matemáticas.</b><br />
G.H.: Podemos darle la vuelta a la pregunta: ¿qué es la masa? Nuestro conocimiento actual del universo dice que todas las partículas deberían carecer de masa, pero algo ocurrió de forma prematura en el universo, lo que conocemos como el mecanismo de Higgs. En esencia, podemos decir que hay una fuerza extra de la naturaleza que parece “pegarse” a las partículas, haciendo que aparezca la masa. Solamente el fotón y el gluon escapan a esto y permanecen sin masa. Esto es, a todas luces, una idea de lo más alocada, llenar el universo con una fuerza extra de la naturaleza a la que acceden la mayoría de las partículas… y ese es el motivo por el que el bosón de Higgs era tan importante. El bosón de Higgs es la partícula asociada a esta fuerza extra y su descubrimiento en 2012 probó que toda la idea en su conjunto era correcta.<br />
Las partículas con dimensión cero es una idea muy extraña. Lo que podemos decir actualmente es que las partículas son tan pequeñas que no podemos medir su tamaño. En las matemáticas de la física de partículas, es mucho más simple asumir que no tienen ningún tamaño, ya que deja de ser relevante para las cosas que calculamos y comprobamos. Estas suposiciones crean ciertos problemas: los cálculos tienden a fallar a energías muy altas o cuando intentamos explicar qué ocurrió en el universo inmediatamente después del Big Bang. La teoría de cuerdas trata de sortear estos problemas matemáticos diciendo que las partículas no son puntos de dimensión cero, pero ahora mismo no tenemos forma de comprobar esa idea.<br />
Por lo tanto, las partículas sin masa y las partículas de cero dimensiones no son metafísicas. Son una parte muy real de la mejor descripción del universo que hemos podido conseguir. Es una descripción del universo, no necesariamente “la verdad” (podríamos ver que las partículas no son de dimensión cero si pudiéramos mirar lo suficientemente cerca). La única forma de saberlo es seguir llevando los experimentos más allá.<br />
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<b>A.L.: ¿Qué decir entonces de las cuasipartículas? Tengo entendido que son herramientas matemáticas para simplificar la descripción de los sólidos. Ya resulta complicado pensar en decenas de partículas diferentes como para ahora añadir estas cuasipartículas: excitones, fonones, orbitones y plasmones. ¿Llegaremos a ver una tabla periódica de la física de partículas más simple que la actual?</b><br />
G.H.: Sí, hay muchas de esas cosas que aparecen en diferentes lugares, pero solo hay doce partículas que sean fundamentales. Cuatro partículas forman la “primera generación” de la materia: el electrón, el quark arriba y el quark abajo (con estas tres partículas se forma toda la materia que nos rodea), además de un neutrino que interviene en algunas formas de radioactividad. Hay dos copias más pesadas de esas partículas, y suman doce en total. Por ahora no comprendemos del todo por qué la “tabla periódica” del Modelo Estándar tiene esta estructura. Puede que esas partículas no sean fundamentales, sino diferentes disposiciones de partículas aún más pequeñas. Eso explicaría la estructura de la “tercera generación” y finalmente nos daría una lista mucho más simple de las partículas realmente fundamentales. Esta es una de las grandes preguntas abiertas en la física de partículas... y me encantaría conocer la respuesta.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuál es su partícula favorita?</b> <br />
G.H.: Esta es fácil: el bosón Z. Escribí mi tesis sobre este bosón y la he usado varias veces para hacer nuevas mediciones. Se descubrió en 1983, pero ahora es una de las partículas más estudiadas. Es algo así como un fotón con masa, pero tanto el fotón como el bosón Z son en realidad dos combinaciones inseparables de otras partículas, el bosón W0 y el bosón B. Vivimos en un universo extraño.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuál es la partícula más solitaria para usted?</b><br />
G.H.: La WIMP (partículas masivas que interactúan débilmente), que en estos momentos creemos que formaría la materia oscura. Esta cosa extraña flota alrededor del universo, pero en realidad no parece interactuar con ninguna de las demás partículas que conocemos.<br />
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<b>A.L.: ¿Y la más sociable?</b><br />
G.H.: Los gluones. No se encuentran de forma aislada, y aunque hay ocho tipos de gluones, no podemos diferenciarlos… ¡Imagina tener ocho gemelos!<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cuál es la más rápida? ¿Y la más lenta?</b><br />
G.H.: Esta doble pregunta encierra cuestiones muy interesantes. Todas las partículas sin masa viajan a la misma velocidad: la velocidad de la luz. Esto significa que los fotones y los gluones (y los gravitones, si es que existen) son los más rápidos. Sin embargo, los gluones nunca viajan muy rápido porque están atados dentro de otras partículas (así que supongo que son los aspirantes a la partícula más lenta) y los fotones tienen difícil viajar a través de las cosas. Hagamos una carrera: cuando una estrella explota en una supernova, expulsa toda clase de partículas en todas las direcciones. Si hay una supernova a una distancia de varios años luz, ¿qué partícula nos alcanzaría primero? No sería el gluon, pues probablemente no llegaría hasta nosotros. Tampoco el fotón: viaja rápidamente, pero es lento en la salida, al ser absorbido, reflejado y desperdigado por el resto de materia que sale de la supernova. Así que el ganador es… ¡El neutrino! Los neutrinos son muy ligeros y vuelan cerca de la velocidad de la luz, pero apenas interactúan con la materia, así que salen directos de la colisión y nos alcanzan los primeros. En la supernova más famosa (famosa para los físicos de partículas, claro), SN1987A, los neutrinos llegaron unas cuantas horas antes que los fotones. Ahora tenemos detectores de neutrinos gigantes alrededor del mundo que pueden avisar a los astrónomos de la aparición de una supernova.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Y la más agradable?</b><br />
G.H.: Solo puedo dar una respuesta antropocéntrica a tu pregunta. Creo que el fotón es bastante simpático porque sería difícil imaginar el mundo sin él. Casi toda la vida en La Tierra depende de los fotones que llegan desde el Sol. Usamos fotones para ver y experimentar el mundo que nos rodea. También los usamos para aprender cosas que ocurrieron en los confines del universo a muchos millones de años luz.<br />
<br />
<b>A.L.: Díganos cuál es la partícula más inesperada o extraña de todas.</b><br />
G.H.: En 2011, el experimento OPERA hizo algunas mediciones que parecían mostrar cómo los neutrinos viajaban más rápidos que la velocidad de la luz. Eso los hubiera convertido sin el menor género de dudas en las partículas más extrañas de todas, ya que nada puede romper ese límite de velocidad universal. Aunque fue un error de medición, los neutrinos siguen siendo las partículas más extrañas e imprevisibles. Miles de millones nos atraviesan todo el tiempo sin hacer nada; pueden cambiar de un neutrino a otro mientras viajan y, tal y como he escrito en El Zoo de las Partículas, puede que sean la clave para responder a algunas de las grandes preguntas de la física de partículas. ¡Si al menos fueran un poco más dóciles a la hora de medirlos!<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Entonces el quark extraño no es tan raro como su nombre sugiere?</b><br />
G.H.: No es más extraño que las demás partículas infinitamente pequeñas (masivas, aunque sin masa) que viajan a través del tiempo según el Modelo Estándar. Como el quark extraño fue una de las primeras cosas exóticas que se descubrieron, en su momento parecía una partícula de lo más rara.<br />
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14 de septiembre de 2016Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-12069332085778776492016-08-05T03:14:00.002-07:002016-08-05T03:16:11.439-07:00ENTREVISTA CON MARTIN BOJOWALD<i>El físico alemán Martin Bojowald, nacido en 1973, ha trabajado en el instituto Max Planck de Alemania y en la actualidad imparte clases en la Universidad Estatal de Pensilvania. Es el autor del libro de divulgación científica Antes del Big Bang (Debolsillo, 2015).</i><br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: La cosmología cuántica de bucles es un modelo cosmológico cada vez más relevante. Los periodistas perciben los paradigmas científicos como una guerra abierta, pero no voy a preguntarle si la gravedad cuántica de bucles ha derrotado finalmente a la teoría de cuerdas. Preferiría preguntarle qué se entiende por un “bucle” en la teoría cuántica de bucles.</b> <br />
MARTIN BOJOWALD: El “bucle” en la gravedad cuántica de bucles denota un objeto matemático que se usa en la configuración básica de la teoría. Las personas a veces tratan de visualizarlo como un bloque elemental o un átomo de espacio (como el anillo de una cota de malla), pero no está claro si esta interpretación se apoya en realidad en la teoría. El “bucle” en la gravedad cuántica de bucles es, por tanto, mucho menos intuitivo que la “cuerda” en la teoría de cuerdas. Hablando de cuerdas, no creo que esta teoría haya sido derrotada. La gravedad cuántica de bucles y la teoría de cuerdas aún nos ofrecen resultados sobre las posibilidades de la física en situaciones muy diferentes, así que es difícil compararlas. Ambas teorías pueden tener algo de verdad y las dos tienen que perfeccionarse. Si hay alguna lucha, la más importante se libra dentro de cada una de las teorías para asegurarse que satisfacen todas las condiciones de consistencia interna. <br />
En la gravedad cuántica de bucles se da una covarianza que nos dice que una teoría del universo hecha de bloques elementales tiene que permitir ciertas simetrías para proporcionar un espacio-tiempo propiamente dicho. Por ejemplo, si usamos los bucles como bloques elementales, estos tienen que estar lo suficientemente separados en una especie de hoja de cuatro dimensiones, y que no colapsen unos con otros. Aún no sabemos si este es el caso de la gravedad cuántica de bucles. Una investigación reciente indica que puede haber sorpresas: en algunos casos que se han calculado, no obtenemos un espacio-tiempo tetradimensional, sino un espacio de cuatro dimensiones espaciales y ninguna temporal. Este ejemplo ilustra que la consistencia de la gravedad cuántica de bucles todavía no es lo suficientemente sólida.<br />
<br />
<b>A.L.: El físico Don Lincoln no cree firmemente en la existencia de los “preones”, pero para él estas hipotéticas partículas elementales son una intuición más fuerte que la de los bucles o las cuerdas. ¿Cuál es su intuición?</b><br />
M.B.: De acuerdo con la gravedad cuántica de bucles, la materia tendría sus propios bucles independientes de los bucles del espacio. Las versiones actuales no incluyen preones, así que obtendríamos quarks y leptones de los bucles. Sin embargo, la teoría es muy flexible en términos de materia y uno podría formular una versión con preones entre los bucles y los quarks. No se ha hecho hasta ahora, pero sería posible. En contraste con la teoría de cuerdas, la gravedad cuántica de bucles no aspira a lograr la unificación de las fuerzas y de las partículas elementales, de ahí que no haga muchas afirmaciones sobre las posibles formas de la materia.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Qué papel desempeña la temperatura de Planck [a veces llamada “calor absoluto”, en contraste con el “cero absoluto”] en el origen del universo y de qué manera se romperían las leyes de la física a esa temperatura?</b><br />
M.B.: No sabemos mucho sobre la física a la temperatura de Planck porque la materia está mucho más caliente que cualquier cosa que podamos describir de manera fiable con teorías verificadas por los experimentos. Si usamos la relatividad general para retrotraer el actual estado del universo hasta el Big Bang, vemos que esta temperatura, y otras aún más altas, deberían haberse dado en ese momento. No sabemos si esa extrapolación es correcta porque no hay pruebas observacionales de la relatividad general a esas temperaturas extremas. En este sentido, la temperatura de Planck es un concepto teórico, pero al margen de las razones prácticas, no hay nada en la física que limite la temperatura de un plasma para que sea inferior a un determinado valor.<br />
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<b>A.L.: La cosmología cuántica de bucles es útil si nos acercamos al instante antes del Big Bang. También sería útil en el instante antes del Big Crunch, sin que eso implique que vaya a darse un Big Crunch. He leído que el Big Bang podría estar relacionado con la existencia de agujeros blancos. ¿La idea de los agujeros blancos tiene algún valor en la actualidad?</b><br />
M.B.: No creo que el concepto de agujero blanco sea muy útil en astrofísica o en cosmología. Un agujero blanco es el reverso temporal del agujero negro, así que las cosas que normalmente caen en un agujero negro saldrían por un agujero blanco. Es una simple construcción teórica, pero sabemos que la regresión temporal de los procesos comunes (como la rotura de una taza) son poco comunes y no demasiado relevantes en las observaciones reales. Respecto a la cosmología cuántica de bucles, ya no está claro que podamos hablar de algo antes del Big Bang. Tal y como mencioné arriba, algunos modelos recientes han mostrado que el tiempo puede desaparecer del espacio-tiempo, normalmente cuando hay una alta densidad o temperatura. Si esto hubiera ocurrido en el Big Bang, la temperatura podría permanecer limitada, pero la materia no tendría forma de atravesar las regiones atemporales en torno al Big Bang (o a un posible Big Crunch). Cuando escribí Antes del Big Bang, este resultado aún no estaba disponible, pero hubo un precursor que llamé “olvido cósmico”. La intemporalidad es aún más fuerte que ese olvido cósmico y requiere que repensemos los modelos del universo basados en la cosmología cuántica de bucles. Este proceso no se ha completado.<br />
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<b>A.L.: Ha descrito los viajes en el tiempo como espejismos producidos por las descripciones matemáticas. También dice en su libro que el origen del tiempo quizás solo sea una convención nacida de las ecuaciones. Me temo que va a decepcionar a los periodistas que están esperando ideas tan exóticas como los universos-burbuja. ¿Qué cree que se descubrirá en los próximos años en torno a ese misterioso periodo previo al Big Bang?</b><br />
M.B.: En gravedad cuántica de bucles, la cuestión de la intemporalidad tiene que entenderse mucho mejor. En física solemos pensar en términos de dinámica y evolución o cómo cambian las cosas en el tiempo. Estamos casi perdidos cuando ya no existe el tiempo. Creo que este desarrollo es bueno porque la sensación de estar perdido te devuelve un cierto grado de humildad que estaba ausente cuando la gente (aquí me incluyo) empezó a hablar sobre qué había “antes del Big Bang” en términos demasiado concluyentes, o al menos más concluyentes de lo que estaba justificado por la teoría. Aunque agrade a los periodistas, demasiada especulación es perniciosa para la ciencia porque empuja los avances científicos hacia direcciones que son probablemente erróneas. Está bien hacer algunas sugerencias que capten el interés de los periodistas y de los lectores en general, pero es problemático cuando una especulación se convierte en un programa completo de investigación que solamente se sustenta por su aroma a ciencia-ficción.<br />
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<b>A.L.: Le deseo mucha suerte en sus investigaciones.</b><br />
M.B.: Aún estamos en una fase temprana en la investigación de la gravedad cuántica. No hay observaciones que puedan contarnos cómo tenemos que modificar la relatividad general y la mecánica cuántica para que puedan combinarse en una única teoría. Las condiciones de consistencia matemática aún no se han calculado completamente. Deberíamos ser pacientes hasta que esto se consiga con cierto grado de éxito.<br />
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5 de agosto de 2016<br />
Andrés LomeñaAndresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-38370090225490342222016-07-11T04:37:00.000-07:002016-07-11T04:44:09.310-07:00ENTREVISTA CON KATHERINE BODEProfesión: Profesora en la Universidad Nacional Australiana<br />
Obras destacadas: Reading by Numbers<br />
Palabras clave: literatura australiana, Humanidades Digitales<br />
Fecha de realización: 11 de julio de 2016<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: En su libro Reading by Numbers ha comentado las fortalezas y debilidades de las Humanidades Digitales. ¿Ha encontrado resistencia contra este nuevo campo de investigación en su país?</b><br />
KATHERINE BODE: Creo que como en todas partes. En Australia hay académicos que son reacios a las Humanidades Digitales y hay quienes las aceptan de buena gana (y, por supuesto, los hay que aún no se han decidido). Las preocupaciones del primer grupo son prácticamente similares en Australia que en el resto de lugares: las Humanidades Digitales serían una manifestación del impulso neoliberal para mercantilizar la investigación, o bien fracasarían a la hora de producir resultados útiles. Creo que es importante darse cuenta de que las Humanidades Digitales no son algo compacto. No solamente son un conjunto de debates y prácticas diversas de las diferentes disciplinas humanísticas; además, los profesionales adoptan diferentes enfoques dentro de esos campos. Por ejemplo, las Humanidades Digitales aplicadas a los estudios literarios muestran una división entre quienes están interesados por la teoría y aquellos a los que les preocupa la historia. Dentro del campo de la historia, hay un amplio rango de paradigmas, como la Text Encoding Initiative (TEI), la edición académica digital, la historia literaria rica en datos, la compilación digital, el desarrollo de bases de datos, etcétera.<br />
Lo que nombras como fortalezas y debilidades de las HD es mi manera de preguntarme acerca de cómo Franco Moretti ha empleado un marco cuantitativo y digital, y de qué manera se relaciona con los enfoques que ya tenemos sobre la historia del libro. En un artículo que estoy preparando para la revista Modern Language Quarterly desarrollo esta crítica al atribuir ciertos problemas de la “lectura distante” a ideas preconcebidas que hemos heredado de la tradicional “lectura atenta” de los estudios literarios. Aún está en fase de preimpresión:<br />
https://katherinebode.files.wordpress.com/2014/07/equivalence1.pdf<br />
En este tipo de crítica, donde las Humanidades Digitales están específicamente sometidas a examen, es tan necesario refutar la visión homogénea que prevalece entre quienes están fuera de este campo de estudio como enriquecer la discusión y la reflexividad desde dentro de ese marco de trabajo.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cómo ha encarado el reto de aprender métodos cuantitativos en el ámbito de la literatura?</b><br />
K.B.: Hay tantos métodos en las Humanidades Digitales que no creo que sea viable o deseable adquirir competencias en todos ellos. En lugar de eso, creo que la mejor forma de acercarse a las HD es dejarse llevar por las preguntas de la investigación que te interesan. Soy consciente de los diferentes métodos que están desarrollándose o aplicándose en las Humanidades Digitales al acudir a charlas y conferencias, leyendo blogs y hablando con colegas de profesión. Sin embargo, lo que me motiva es aprender a aplicar un método particular cuando pienso: “Eso puede ayudarme a investigar el tema X o la idea Y a la que he llegado en mi investigación”, que es una historia de la lectura y del libro. A continuación, intento encontrar un curso sobre ese método (hay un número creciente de esos cursos ahora, ya sean de pago o gratuitos), pero también puedo elegir aprender por mí misma, leyendo la documentación asociada y experimentando con la herramienta. En cualquier caso, siempre buscaré artículos que se refieran al potencial crítico del método en particular y a describir su forma de uso. Es muy importante que reconozcamos e investiguemos las ideas preconcebidas y los argumentos que subyacen a los métodos de las Humanidades Digitales, al igual que ocurre en las humanidades en general (o en cualquier otro campo de estudio). <br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cómo definiría la literatura australiana después del “giro transnacional”?</b><br />
K.B.: El llamado giro transnacional ha sido un rasgo fundamental en la crítica literaria australiana de la última década. Robert Dixon, uno de los académicos más prominentes de este giro, lo describe como la intención de “explorar las muchas formas en que la literatura nacional siempre ha estado conectada al mundo” (“Australian Literature-International Contexts,” 2007, 20). Esto significa que debemos tomar en consideración las obras y autores en relación a la traducción, las culturas internacionales, las formaciones intelectuales, los premios o los sistemas de medios y la edición internacional (este es el área que a mí me interesa). <br />
El gran beneficio del giro transnacional es que desafía la definición de literatura australiana que habíamos utilizado en el pasado: textos de autores que nacieron o vivieron la mayor parte de sus vidas en Australia, y también escritos centrados en asuntos australianos. Ahora nos preguntamos qué se considera “australiano” y lo pensamos a través de diferentes contextos. Encuentro el giro transnacional un contexto muy interesante con el que trabajar porque, al igual que en cualquier investigación basada en datos, sitúa la categorización en el centro de la reflexión. Aunque los análisis cuantitativos se perciben como positivistas, creo que el giro transnacional y los estudios literarios basados en datos tienen un gran potencial crítico ya que nos fuerzan a reflexionar sobre los términos con los que construimos nuestros objetos de estudio.<br />
<br />
<b>A.L.: Sé que es prácticamente imposible delinear la literatura australiana en unas pocas líneas, pero cualquier introducción sería bienvenida para comprender cómo las “obras menores” [sic] que ha estudiado fueron eclipsadas por las obras maestras de la literatura australiana.</b><br />
K.B.: Lo cierto es que las “grandes obras” consiguieron ser diferentes en periodos muy distintos. A mediados del siglo XX, por ejemplo, los grandes escritores del siglo XIX eran autores como Henry Lawson y Banjo Patterson, los llamados “poetas del campo” [bush poets]. Con el nacimiento de la crítica literaria feminista a finales de los sesenta y los setenta, esos autores y la tradición que los ensalzó empezó a ser vista como “masculinizada” y orientada hacia una cultura del campo que no reflejaba las vidas de la mayoría de los australianos. Autoras como Miles Franklin y Ada Cambridge adquirieron relevancia. Todo esto no es más que una forma de decir que las grandes obras y autores son algo variable. La premisa de mi libro Reading by Numbers era que, dada esta contingencia, sería útil considerar la historia de la novela australiana basándome en lo que se leía y se valoraba en el pasado, más que en lo que ahora lee y valora la crítica literaria.<br />
Con esa precaución en mente, me hace ilusión ofrecerte mi perspectiva del siglo XXI de los “grandes autores” de la tradición literaria australiana. En el siglo XIX destacaría obras como Mi impresionante carrera de Miles Franklin y Para el resto de sus días de Marcus Clarke. En la lista de principios del siglo XX incluiría El principio de la sabiduría de Henry Handel Richardson y Así es la vida de Joseph Furphy. Patrick White y Christina Stead son grandes autores de la mitad del siglo XX con obras como Tierra ignota y El hombre que amaba a los niños, respectivamente. Poetas como Les Murray y Oodgeroo Noonuccal han sido muy relevantes en las letras australianas a finales del siglo veinte, así como novelistas como Thomas Keneally, Kate Grenville, David Malouf y Tim Winton. Entre los autores más interesantes y con un perfil literario más alto, señalaría a Nam Le con su obra El barco, y a Alexis Wright, cuya novela Carpentaria es, a mi parecer, una de las obras australianas más innovadoras publicadas hasta la fecha.<br />
<br />
<b>A.L.: Su tarea no hubiera sido posible sin el proyecto AustLit (http://www.austlit.edu.au). Me pregunto si podríamos importar su metodología para investigar la literatura española.</b><br />
K.B.: AustLit fue la fuente primaria para Reading by Numbers, la base de datos de todo lo que he rastreado, modelado y analizado para explorar la historia de la novela australiana desde la perspectiva de lo que se publicó y que estuviera disponible para su lectura. Cualquier bibliografía digital que permita a los usuarios buscar y exportar resultados de forma aceptable para el análisis cuantitativo es susceptible de usarse como la base primordial de este tipo de proyectos. Si vuestra biblioteca permite eso, se puede usar, pero los investigadores necesitarían calcular cuál es la cobertura bibliográfica y en qué categorías literarias se centra. Por ejemplo, AustLit, como la mayoría de las bibliografías, se centra en lo literario más que en el género “ficción”, así que esa fue una de las características de la base de datos que tuve en cuenta en mi análisis.<br />
<br />
<b>A.L.: Su próximo libro se llamará A world of fiction: digital archives and the future of literary history. No sé si ha usado la palabra “mundo” con alguna intención concreta. ¿Qué nos espera en su nueva inmersión literaria y digital?</b><br />
K.B.: Aunque me interesa la world literature, no uso el término “mundo” en ese sentido. Lo hago con dos intenciones. La primera es una referencia distendida a la imagen espuria que la digitalización masiva nos ofrece del “mundo”, esto es, el acceso a todas y cada una de las obras de la literatura que han existido. En realidad, lo que está digitalizado es una subsección (y a menudo una subsección muy menor) de lo que se ha recopilado en archivos. En las colecciones digitales (y en las bibliografías digitales) necesitamos ser conscientes de la amplitud y de todas las ausencias para usarlas con inteligencia. <br />
El segundo sentido de “Un mundo de ficción” es para referirme a la literatura que estoy estudiando en el libro. Analizo la inagotable base de datos de la National Library of Australia, que es la recopilación de periódicos históricos más grande y completa que hay, donde he descubierto que la ficción de todo el globo apareció en esas publicaciones periódicas australianas durante el siglo diecinueve: de Bretaña, América y Australia, pero también de Austria, Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Hungría, Nueva Zelanda o Rusia. Las tecnologías digitales (tanto los archivos como los métodos disponibles) han hecho posible, por primera vez, descubrir un corpus de ficción e investigar estas publicaciones y su contexto literario.<br />
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<b>A.L.: Muchas gracias por brindarnos la oportunidad de acercarnos a la literatura de su país.</b><br />
K.B.: Quisiera reiterar que los recursos y métodos digitales no son intrínsecamente buenos o malos. Pueden usarse crítica e inteligentemente… o no. Más que celebrar o lamentar la llegada de esos recursos y métodos, la tarea que resulta apremiante es someterlos al estudio que siempre hemos reservado para sus hermanos analógicos: ¿Es un archivo útil? ¿Por qué o por qué no lo es? ¿Qué me permite entender de la obra literaria este nuevo paradigma crítico? Y así sucesivamente. Hay académicos mucho mejor preparados para indagar con herramientas no digitales, de ahí que tengamos que desarrollar una nueva forma de alfabetización. En todo caso, los humanistas ya poseen los pilares más importantes (el pensamiento crítico e historicista) con los que elevar las Humanidades Digitales.<br />
Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1981251455878249915.post-44051823573329743032016-05-21T00:27:00.004-07:002016-05-21T00:27:30.700-07:00ENTREVISTA CON JENANN ISMAEL<i>Profesora de filosofía en la Universidad de Arizona y autora del libro How physics makes us free<br />
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<b>ANDRÉS LOMEÑA: ¿Estaba predestinada esta entrevista a convertirse en una realidad? He contactado con usted libremente, pero no elegí que su libro apareciera en mi muro de Facebook a través de la cuenta del físico Sean Carroll. ¿Qué tipo de libertad (positiva, negativa, externa, interna, etcétera) se da en la física?<br />
</b>JENANN ISMAEL: Depende de lo que quieras decir con “predestinado”. Soy consciente de que es la típica respuesta de un filósofo. Las personas odian que los filósofos nunca den una respuesta clara y que analicen inmediatamente el significado de las palabras. Algunas veces tienen razón al quejarse, pero en este caso, todo depende realmente de los significados. Hay diferentes significados para predestinación y distintos sentidos de libertad. La física descarta algunos y permite otros. He empleado cierto esfuerzo en el libro para enfatizar de qué manera el futuro “no” está predestinado y por qué “somos” libres, incluso en un régimen determinista. Desde mi perspectiva, si atendemos a las concepciones de autonomía y libertad que han desarrollado los filósofos que trabajan en asuntos como la responsabilidad moral y el autogobierno, el determinismo es compatible con todos aquellos conceptos que deberían preocuparnos. <br />
Si la física es determinista o no sigue siendo una cuestión abierta, pero como el determinismo es frecuentemente visto como la fuente principal del riesgo científico a la libertad humana, el libro se mantiene dentro del campo determinista. La idea es mostrar qué tipo de libertad es posible dentro de los confines relativamente bien conocidos de la física clásica.<br />
La libertad positiva que comento en el libro es aquella que permite la aparición de criaturas que regulan el impacto del medio ambiente en su comportamiento y lo hacen de acuerdo con las metas que nacen de sus propias elecciones. La libertad presupone seres que no están marcados pasivamente por el entorno y que recogen información sobre el curso de su historia; eligen, aprenden y construyen un conjunto de valores, objetivos, esperanzas y sueños (una concepción de quiénes son y qué quieren) con los materiales proporcionados por su experiencia, algo similar a cuando un escritor propone una serie de hechos imaginarios dentro de una historia, o como cuando un escultor transforma la piedra en una estatua. Este conjunto de información autocreada es la que los seres humanos usan para llevar a cabo sus decisiones. Este tipo de libertad es enteramente compatible con el determinismo. Nos da una especie de control sobre quiénes somos o qué elegimos que es bastante aproximado a lo que el sentido común supone. Este tipo de libertad es el producto de la sofisticación psicológica. En lugar de cablear las respuestas programadas a ciertos estímulos, la madre naturaleza proporciona al ser humano una plataforma psicológica que le permite “construirse un yo”. Hay dos partes importantes en el tipo de libertad que enfatizo: a) El yo ejercita una especie de papel creativo en su propia formación. b) El yo ejercita un control crucial sobre el comportamiento. Esto quiere decir que se puede modificar el estado externo de una persona sin que se logre cambiar su comportamiento, ya que el comportamiento depende de sus decisiones. <br />
La “voluntad”, tal y como se suele emplear el término, es solamente un elemento práctico del yo, por así decirlo. Es la facultad mental que toma decisiones y ejerce un control motor sobre el cuerpo. Defiendo que existe libertad en la voluntad humana, en el sentido de que hay un control genuino e inalienable sobre lo que decides, aunque también haya limitaciones externas para la voluntad. Puedes levantar los brazos, cantar una canción o hacer la cena si decides hacerlo. También puedes tratar de ser bueno, gentil y simpático con los demás. No puedes, sin embargo, volar sin más o saltar por encima del Empire State Building simplemente deseándolo. Nuestros poderes físicos están limitados por las leyes de la física y estas leyes nos dan control sobre los movimientos voluntarios de nuestros cuerpos. <br />
Si he captado tu terminología, caracterizaría mi forma de entender la libertad como un sentido positivo de libertad interna sobre nuestras voliciones, combinado con una libertad externa de nuestro comportamiento, que está controlado por la voluntad.<br />
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<b>A.L.: Sartre dijo que estamos condenados a ser libres, Spinoza pensaba que el libre albedrío es solamente una ilusión y Kant sostuvo que no tenemos pruebas fehacientes de la libertad, pero tenemos que actuar como si fuéramos libres. ¿Dónde encajaría la física? Diría que en la segunda opción, pero su libro habla de cómo la física “nos hace” libres. Quizás todo esto no sea más que un “juego de lenguaje”.<br />
</b>J.I.: Coincido contigo en que parte de la dificultad radica en la confusión de términos. Palabras como “libertad” no aparecen en ninguna parte de la física, así que antes de que veamos si la física es incompatible con la libertad, tenemos que decir algo sobre lo que significa la libertad. No creo que tengamos una noción “preteórica” clara y perceptible sobre lo que es la libertad o el libre albedrío. El común de los mortales tiene una concepción sustancial e intensa sobre cómo funciona la vida “para él” cuando lleva a cabo sus elecciones. No hay un mandato en la estructura del mundo que impulse su mano o que le haga decidir de antemano. Él cree que su yo realiza la elección y eso solamente ocurre “aquí y ahora”. No está nada claro que esas convicciones preteóricas puedan ser meras ilusiones bajo leyes deterministas. Creo que parte del desafío consiste en compatibilizar esos dos aspectos, asumiendo que esas convicciones son acertadas en un contexto determinista. La tarea de reconciliación pasa por mostrar que nuestras ideas preteóricas pueden ser correctas, aunque requieren un examen profundo de las relaciones entre las leyes, el tiempo y el orden causal.<br />
Al decir que la física nos hace libres, quiero expresar varias cosas. Una es que la física hace que seamos lo que somos. La física nos hace seres humanos y los seres humanos tienen la capacidad para ejercer el tipo de libertad que he descrito. También quise decir que nos hace libres en el sentido de que no equivale a ser hojas movidas por el viento, flores creciendo en el jardín o planetas orbitando alrededor del Sol. El cuerpo humano se mueve, si lo hace, bajo su propia voluntad. Y eso significa que, nos guste o no, tenemos que tomar decisiones. Significa que no solo tenemos la “capacidad”, sino la “carga” de decidir literalmente nuestro destino. Eso no evita que haya muchas constricciones a la libertad humana, ya sea por exigencias sociales, psicológicas o políticas. Hay circunstancias en las que nuestras decisiones, o la capacidad práctica para ejercerlas, están limitadas por los condicionantes de nuestras vidas. Dentro de esos límites, decidimos quiénes ser y cómo actuar. <br />
Hay personas que tratan de vivir pasivamente, delegando el control de sus vidas a las personas o fuerzas de su entorno, pero esa opción es en sí misma una elección libre.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Qué opinión le merece la teoría de los mundos posibles? No tienen nada que ver las hipótesis de David Lewis o las de Hugh Everett, aunque ambas perspectivas sugieren que podemos imaginar diferentes caminos en nuestras vidas. Daniel Dennett rechazaría las dos propuestas.<br />
</b>J.I.: Pienso en los mundos posibles de la filosofía como una forma pintoresca de representar las posibilidades. No creo en el universo de mundos reales cerrados y desconectados entre sí que describe David Lewis. En esa acepción de mundo posible sería correcto decir que, en cualquiera de las vidas (o de los mundos separados en compartimentos estancos), los seres humanos tendrían muchos futuros posibles y no estaría fijado cuál de ellos se hará realidad, independientemente de su voluntad o de cualquier cosa que tenga lugar antes de que tomen sus decisiones.<br />
En el multiverso de Everett, los mundos posibles no son universos literalmente cerrados, sino partes de nuestro universo. Si existen tales cosas es una cuestión empírica que se puede separar de los temas que discuto sobre la libertad humana.<br />
<br />
<b>A.L.: ¿Cree en la posibilidad del demonio de Laplace, una inteligencia tal que conociera todas las fuerzas de la naturaleza y así pudiera prever el futuro o conocer el pasado?<br />
</b>J.I.: En mi libro uso un argumento bastante raro y elegante de Michael Scriven. Un demonio laplaciano que supiera las leyes del mundo y sus condiciones iniciales podría fallar en su intento de predecir con exactitud el comportamiento de un dispositivo que funcionara de acuerdo con un mecanismo contrapredictivo, siempre y cuando el demonio tuviera que revelar su predicción al dispositivo. Tu primer pensamiento puede ser que tales dispositivos no existen en un escenario determinista, pero en realidad, no solo son compatibles con el determinismo, sino casi triviales de fabricar.<br />
Esta cuestión es algo desconcertante y no llegué a abordarla del todo, en parte porque defendía la compatibilidad del determinismo con un orden causal en el que tienes la libertad de refutar a cualquiera (incluso a una inteligencia laplaciana que sabe todo lo que podría conocerse) con tan solo rascarte la nariz si te dijeran lo que vas a hacer dentro de un minuto. La reflexividad es una parte importante de la explicación, en términos computacionales, de por qué una inteligencia no podría tener éxito en su predicción. <br />
<br />
<b>A.L.: He estado leyendo el libro de divulgación científica Spooky action at a distance de George Musser. Parece que la no localidad sigue fascinando a los científicos. Si lo he entendido bien, el entrelazamiento cuántico implicaría que o bien el principio de Heisenberg está equivocado, o bien lo está la teoría de la relatividad. ¿Cómo escapamos de esta nueva trampa conceptual?<br />
</b>J.I.: Buena pregunta. Otro de los gigantescos y magníficos problemas a los que nos enfrentamos es intentar resolver cómo es el mundo y cómo encajamos en él. Creo que el libro de George es excepcional. No creo que la cuestión pueda resolverse sin un cambio de paradigma y espero vivir lo suficiente para verlo cuando ocurra.<br />
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<b>A.L.: Me encantaría seguir haciéndole preguntas, pero no quiero robarle más tiempo y he decidido, espero que con absoluta libertad, concluir la entrevista.<br />
</b>J.I.: La física no pone en riesgo la libertad humana. El hecho de que seamos parte de una estructura gobernada por leyes no debería llevarnos a pensar que no tenemos control sobre nuestro destino. Es algo que los compatibilistas como Dan Dennett han estado reclamando durante años; si realmente queremos comprender la libertad humana, deberíamos centrarnos en las nociones de autonomía, autogobierno y autoconstitución. Deberíamos dejar de buscar una habilidad inflada metafísicamente que actúa desde “fuera” del orden causal y entender que nuestra posición “en” el orden causal nos da un control creativo sobre quiénes somos y lo que hacemos. Deberíamos dejar de preocuparnos por los riesgos imaginarios que correría la libertad por culpa de la física y centrarnos en cómo la libertad humana puede verse socavada por factores psicológicos, sociales y políticos. Si he añadido algo a la discusión de Dennett, sería haber mirado más de cerca de los fundamentos de la física. Creo que hay enseñanzas valiosas en la naturaleza de las leyes físicas, la causalidad y el tiempo que pueden ser provechosamente extraídas del pensamiento acerca de cómo los seres humanos encajan en el orden natural.<br />
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20 de mayo de 2016Andresitohttp://www.blogger.com/profile/06490943189621228420noreply@blogger.com0