lunes, 11 de mayo de 2009

Un nuevo mundo feliz: la precarización del trabajo en la era de la globalización

Éste es el título del libro de Ulrick Beck que tengo entre mis manos. Es ambicioso, abarca muchísimos temas y resulta imposible resumirlo. Quizás el mejor ejercicio de síntesis lo hace el propio autor en unos extraños e irregulares anexos que incluye el libro:

UNA VISIÓN: LA SOCIEDAD DE LOS CIUDADANOS GLOBALES
(Doce tesis)
Ulrich Beck

1. El mayor índice de crecimiento de todo el mundo lo registra el trabajo "precario". En los bastiones occidentales de la sociedad del pleno empleo ha irrumpido con fuerza lo discontinuo, lo impreciso, lo informal; en una palabra, se está produciendo la brasileñización de Occidente. De confirmarse esta dinámica, dentro de diez años uno de cada dos empleados trabajará "a la brasileña".

2. Se ha venido abajo la idea maestra del pleno empleo; a saber, 2 % de parados, trabajo normal por regla general, identidad social y seguridad por cada trabajo. Esto ya es historia.

3. Las relaciones de poder se desplazan. El trabajo se torna local y el capital, global.

4. El régimen de riesgo laboral resultante está repleto de ambivalencias. Nunca fue la creatividad de la gente tan imporante como hoy, pero tampoco nunca fueron los trabajadores tan vulnerables como en esta época, en la que trabajan de manera individualizada y más dependiente que nunca en redes flexibles cuyas reglas se han vuelto indescifrables para muchos.

5. En la vida cotidiana y en la política debe producirse un cambio de perspectivas que ya apuntan muchos indicadores. Se trata de descubrir en la falta de trabajo disfrute del tiempo y asegurar correctamente la actividad laboral discontinua.

6. La antítesis de la sociedad laboral es el fortalecimiento de la sociedad política de los individuos, de la sociedad ciudadana activa in situ. Esta visión postula una democracia ciudadana a la vez local y transnacional en Europa.

7. Con el trabajo cívico, que busca precisamente esto, surge, junto al trabajo convencional, una fuente alternativa de actividad e identidad que no sólo hace más feliz a la gente, sino que también crea cohesión en la sociedad individualizada mediante la revitalización de la democracia cotidiana.

8. El modelo del trabajo cívico presupone varias cosas, entre ellas la reducción del horario laboral para todos en el sector del trabajo a tiempo completo. Todo el mundo, mujeres y hombres, deberíamos tener la posibilidad de trabajar a tiempo parcial si así lo deseáramos. De lo contrario, el trabajo cívico puede dividir a la sociedad en nuevas clases y correr el riesgo de convertirse en un gueto para pobres.

9. El trabajo cívico se recompensa mediante el dinero cívico y de este modo se reconoce y valora socialmente. En la medida en que el receptor de dicho dinero realiza públicamente un trabajo cívico importante y eficaz, se puede afirmar que no es un parado. La consecuencia se impone: ¡en vez de financiar el desempleo, financiemos el trabajo cívico!

10. La Europa de los ciudadanos sólo surgirá en una Europa del trabajo cívico. No hay manera mejor de dotar de sentido a los derechos cívicos que transformarlos mediante el trabajo cívico en un proceso autoorganizado de individuos soberanos. La democracia europea sin duda se revitalizará con y mediante el trabajo cívico.

11. En la antigua República Democrática Alemana, la xenofobia se ha convertido en algo normal, sin que haya sido enérgicamente condenada y estigmatizada por las capas medias de la sociedad. ¿Por qué, entonces, no insuflar vida en esta zona, bajo la égida de grupos ciudadanos germanoorientales, a un movimiento pro derechos civiles sobre la base del trabajo cívico y desarrollar de este modo una cultura democrática del tipo learning by doing?

12. El trabajo cívico puede, además, ensayar fórmulas y foros de regulaciónd e conflictos transnacionales y, de este modo, contribuir, en un mundo sin distancias y, por tanto, cada vez más conflictivo, a que las diferencias entre culturas y religiones sean a la vez reconocidas y dirimidas a tenor de unas reglas tipificadas institucionalmente.

No comparto la propuesta del trabajo cívico porque yo sigo pensando que lo éticamente deseable sería un Salario Ciudadano.

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